Florecimiento cívico en CU
EDITORIAL DEL DIARIO LA JORNADA
Ayer, después de 19 días de sacudir
saludablemente la vida pública del país, de romper las inercias de las campañas
electorales y de poner bajo severo cuestionamiento social a la mayor parte de
los medios, jóvenes y estudiantes de decenas de universidades se reunieron en
una asamblea en Ciudad Universitaria con el propósito de revisar, por mesas de
trabajo, algunos de los problemas más candentes del país, presentar propuestas
y hacer frente a las tareas de dar dirección y propósitos bien definidos al
movimiento #YoSoy132, articularlo con otras causas sociales y adoptar una
postura común ante el proceso comicial que deberá culminar dentro de 32 días.
Son impresionantes, por
decir lo menos, la lucidez, la fluidez y el civismo con que los muchachos, que
habrían podido reducirse a una masa heterogénea, amalgamada sólo por el estado
de ánimo del descontento juvenil, han ido dando forma organizativa y metas
concretas a un movimiento que, conservando su pluralidad y su carácter
apartidista, empezó a forjar ayer, en el campus central de la máxima casa de
estudios, sus propios lineamientos, con una metodología deliberativa precisa y
un sentido democrático que debiera ser ejemplar para la clase política del
país.
El encuentro, que
comenzó a las 10 de la mañana, se extendió por una temática diversa referida al
propio movimiento (memoria histórica, postura política, organización y plan de
acción, alianzas con otras organizaciones y causas, métodos de participación y
difusión, proyección internacional), al proceso electoral (información y
transparencia del resultado de la elección, definición de la agenda
poselectoral) y sobre aspectos problemáticos del acontecer nacional que han
sido soslayados por las principales fuerzas partidistas y por el grueso de la
clase política: solución a la violencia, democratización de los medios
informativos; una política educativa coherente y con sentido social, que
garantice el acceso universal y gratuito a la educación, y estrategias de
Estado en materia de arte, cultura, ciencia y nuevas tecnologías y
participación de migrantes.
Algunas de las
propuestas de la asamblea –que serán llevadas por las delegaciones para su
análisis y discusión en cada universidad– fueron la creación de una red de
observadores electorales, la demanda al IFE de que emplee software creado por
la UNAM para el conteo rápido de votos, auditar a las casas encuestadoras –que
fueron ampliamente criticadas–, la difusión en cadena nacional del debate entre
candidatos presidenciales, el establecimiento de la revocación del mandato,
destinar 8 por ciento del PIB a la educación y el fortalecimiento de vínculos
entre universidades públicas y privadas. Se pidió, además, la salida de Elba
Esther Gordillo de la presidencia vitalicia del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE) y sendos juicios políticos a Felipe
Calderón, por los saldos de su guerra contra la delincuencia organizada, y a
Enrique Peña Nieto, por su participación en el episodio represivo de Atenco,
hace seis años. En torno al rechazo a la figura del aspirante presidencial
priísta no hubo, sin embargo, consenso, pero se acordó un exhorto a impedir la
imposición por las televisoras de un candidato a la presidencia. No es
odio o intolerancia contra su nombre, sino hartazgo e indignación, explicaron
los jóvenes, así como una enérgica negativa a la restauración del viejo
régimen, representado, a juicio de los participantes, por el político
mexiquense.
A reserva de que el
amplísimo repaso a la realidad nacional realizado ayer en Ciudad Universitaria
se concrete en resolutivos, se ha hecho evidente que los participantes en el
encuentro y sus representados integran un movimiento pacífico, bien informado,
crítico y propositivo, que merece todo el respaldo de la sociedad. Sean
bienvenidos esos estudiantes y jóvenes al viejo y terco empeño de
transformación democrática, justa y ética del país.
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