jueves, mayo 31, 2012

Los jóvenes y la contienda : Laura Bolaños Cadena

Laura Bolaños Cadena
Los jóvenes y la contienda
www.poresto.net

El despertar de una parte de la juventud da un vuelco de muchos grados a la situación actual. Es una inyección de fuerza al movimiento ciudadano, pero todavía falta una mayor suma de las voluntades en lucha. Los grupos y organizaciones en resistencia, electricistas, mineros, empleados de líneas aéreas; organizaciones de derechos humanos; defensores de migrantes, familiares de desaparecidos y de víctimas del feminicidio; los civiles que sufren atropellos a mano de policías, Ejército, Marina, etc., aún están dispersos. Si se coordinan representarán una real fuerza que obligará a los detentadores del poder, en lo inmediato, a respetar la voluntad popular en las urnas.

No es contra Peña

La protesta juvenil es contra el sistema. Contra una forma de gobernarnos como a súbditos, no como a ciudadanos. Contra la corrupción, la impunidad, la violencia. Contra una clase política que ha generado mayor pobreza, exclusión, violaciones de los derechos humanos. Que ha llevado a cabo la mayor entrega de la economía del país al extranjero. Millones de jóvenes excluidos de la educación superior, grave desempleo. Incremento exponencial de la delincuencia organizada con decenas de miles de muertos en una guerra sin sentido. Con autoridades delincuentes que maltratan, extorsionan, secuestran y asesinan migrantes centro y sudamericanos. Contra el asesinato de periodistas y activistas sociales. Un sistema que ha hundido al campo. Peña Nieto representa la continuidad de ese sistema que no se rompió con la entrada del PAN al gobierno, antes empeoró.

Calderón y Josefina reprueban como pintores

Pero no se hagan bolas los que se creen a salvo de las críticas del movimiento. Felipe Calderón, que se ufana de no ser atacado por los muchachos y Josefina, no pintan nada. Calderón está de salida y Josefina se diluye día con día. Ninguno de los dos es blanco principal, y no merecen que se les dé una importancia de la que carecen... El peligro para México es Peña Nieto.

La lucha pacífica

El mayor acierto de los jóvenes es optar por la vía pacífica. Tiempo ha que concluyó el ciclo de las revoluciones armadas, salvo alguna excepción. Los movimientos en diversas partes del mundo han dejado de lado los métodos violentos. Los pueblos no son dueños de las armas ni tienen ejércitos, policías, marinos y paramilitares. Sólo tienen sus manos, su corazón y su inteligencia. Su indignación. Los jóvenes estudiantes mexicanos han impuesto en sus filas el rechazo a cualquier signo de violencia. Esto indica un alto grado de conciencia y el predominio de la razón sobre los impulsos.
El menor hecho violento ofrecería un magnífico pretexto para dar paso a la represión. De ahí el uso de provocadores, agentes del sistema que aparecen en los actos en ocasiones hasta encapuchados y se ponen a romper vidrios, atacar comercios, incendiar vehículos. Nada de esto ha sucedido gracias a la actitud de los jóvenes y a la vigilancia que ejercen en las reuniones.

Aprendizaje

Los mexicanos, en general, no hemos sabido protestar. Acostumbrados en mayoría a “callar y obedecer”, porque no creemos tener derechos, solemos dejarnos atropellar por quien ostente un cargo oficial cualquiera. Hasta por el o la conserje de las escuelas públicas. Sólo reaccionamos cuando ya estamos “hasta la madre” y entonces nos ponemos violentos, y lo único que conseguimos es que nos den en la ídem. Pero se ha ido asimilando la lección.
Recuérdese que el propio EZLN, que se levantó en lucha armada, comprendió, con inteligencia y lucidez que su lucha debe ser pacífica. El error de una marcha amenazante de apoyo a los zapatistas, indujo la votación a favor de Zedillo. La consulta ciudadana acabó de convencer de ello a los zapatistas, y desde entonces enarbolan la bandera del movimiento pacífico.
Otro gremio en lucha por justas causas, los maestros de la CNTE, vieron retraerse el apoyo popular a causa de sus métodos violentos. Ojalá aprendan la lección.

El despertar ciudadano

Quienes nos hemos quejado de la pasividad de la gente, de la apatía juvenil, de la indiferencia que induce a preferir un concierto de rock a un acto político –nada contra el rock– vislumbramos ahora una esperanza. ¿México está cambiando? Desde luego que sí. Los mexicanos empiezan a darse cuenta de su fuerza. Comenzó la resistencia organizada desde hace tiempo con las numerosas ONG de derechos humanos y por la libertad de los presos políticos. Hoy existen muchas organizaciones en lucha por diferentes objetivos. Y a la marea creciente de los últimos tiempos, se añade el movimiento juvenil, eminentemente pacífico, que da un fuerte empuje a la resistencia general. Esto rinde frutos de inmediato. El sistema no puede reaccionar con violencia. También ellos perciben nuestra fuerza. México ya no podrá ser gobernado como antes.

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