Tragedia, frivolidad, justicia
Adolfo Gilly
1. Tragedia
Monseñor Raúl Vera, obispo de Saltillo, en su incansable
clamor por la justicia, dice hoy en La Jornada que el gobierno de
Felipe Calderón se va con cerca de cien mil cadáveres espacidos por todo
el territorio, decenas de fosas clandestinas, cerca de cuarenta mil
desapariciones forzadas, doscientos mil desplazados, encarecimiento de los
alimentos, fuga de capitales y venta de empresas mexicanas al capital
extranjero.
Esta tragedia mexicana no es un azar del destino. Tiene
al menos dos propósitos.
Uno, contribuir a mantener una de las industrias de
exportación más rentables, el narcotráfico, y con ella las redes financieras
locales e internacionales que la sirven, la encubren y sacan de ella sus
propios y grandes beneficios.
El otro, sembrar el miedo, la indefensión y la
desorganización en el pueblo mexicano para imponer las llamadas reformas
estructurales, cuyo objeto es terminar de convertir en valor de cambio, en
mercancías, en fuente de dinero para pocos y no de disfrute y vida para todos,
nuestros trabajos, nuestra educación, nuestra salud, nuestras vidas y todas las
riquezas naturales de México: las tierras, las aguas, los bosques, el suelo y
el subsuelo y hasta el aire mismo con sus plantas eólicas.
De la indignación moral contra esta tragedia nació en la Ibero, el
viernes 11 de mayo de 2012, el #YoSoy132. Otra vez los estudiantes se
aparecieron a desordenar lo que bien planchado estaba y a informar lo que
estaba desinformado. ¡Caramba y zamba la cosa, que vivan los estudiantes!,
cantaba Violeta Parra.
¡Bienvenidos sean, y larga y sorpresiva vida al
movimiento y a su inventiva!
2. Frivolidad
Mientras los estudiantes, lo mismo que Javier Sicilia y
los movimientos que se organizan y actúan en todo el territorio nacional
–Cherán, Atenco, Wirikuta, la Policía Comunitaria, las Juntas de Buen Gobierno
zapatistas, los mineros, los electricistas y tantos y tantos más– enfrentan
esta tragedia cada uno en su lugar y con su modo, la respuesta desde los
gobiernos es la frivolidad y la amenaza, y desde muchos políticos el
desconcierto y el pasmo.
El primer mensaje de Enrique Peña Nieto como presidente
entrante, ante el escenario de destrucción que el que se va nos deja, es un
discurso frívolo. Por eso mismo es conveniente tomarlo en serio. Mencionaré
aquí tres de sus propuestas.
Nos dice Enrique Peña Nieto que se propone transformar
una democracia esencialmente electoral en una democracia de resultados. Como
ustedes bien saben por sus estudios, el pragmático y empresarial atributo resultados nada
tiene que ver con el sustantivo democracia. Es un vocablo del pensamiento
empresarial. Claro y coherente era, en cambio, el lema del Plan de Ayala, cuya
demanda republicana fuelibertad, justicia y ley. Sigue vigente para todos
nosotros.
Tenemos playas, mares y litorales, tenemos valles y
extensas planicies que deben ser espacios de verdadera oportunidad para nuestra
gente, dice después ese mensaje.
México cuenta con bellezas naturales y culturales
suficientes para convertirse en potencia turística global.
Sí, todo eso existe en México y es patrimonio común de
vida y disfrute del pueblo mexicano, y no un espacio de verdadera oportunidad para
muchos o para alguno.Espacios de oportunidad es lenguaje empresarial,
amenazante para esos bienes nuestros que ahora los ven como nuevos espacios de
despojo.
Más claro aún: esas bellezas naturales, dice Peña
Nieto, permitirán a México convertirse en una potencia turística mundial.
El sustantivo potencia se da de patadas con el adjetivo turística,
pero esto es lo menos. Lo de más es que el presidente entrante se propone poner
a la venta ese patrimonio y convertir a la naturaleza en valor de cambio en el
mercado y no en valor de uso, de vida y de disfrute de los habitantes de la
nación mexicana.
Enrique Peña Nieto también nos dice que vamos a ser
protagonistas globales, preparando y educando a las nuevas generaciones para
triunfar en cualquier lugar del mundo. Es la propuesta de un funcionario que no
sabe el precio de la tortilla y del boleto de Metro ni el monto de los salarios
mínimos ni los terribles índices de la pobreza ni los estragos de la guerra de
Calderón.
La idea de educar a los jóvenes mexicanos para
triunfar en cualquier lugar del mundo parece surgida de la mente de un
publicista de universidad patito.Conocemos los índices de exclusión
educativa a nivel universitario: los cientos de miles de jóvenes que, teniendo
derecho y capacidades, no tienen acceso cada año a la educación superior; y las
enormes deficiencias en recursos, instalaciones y hasta nutrición de la
educación primaria y secundaria.
¿Cómo puede el nuevo presidente hablar de educar para triunfar
en cualquier lugar del mundo? Ustedes, estudiantes, lo saben bien: está
hablando para una juventud dorada de hijos de ricos, esos que nos llaman la
prole y creen que el título se paga, no que se alcanza con trabajo,
estudio, tenacidad y experiencia aprendida en la práctica del conocimiento.
Este es el pensamiento frívolo del presidente que nos han
heredado una elección comprada y la falsa justicia de los magistrados del
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Este es, en efecto, un
tipo de democracia que en verdad da resultados, dirán los miembros del Consejo
Mexicano de Hombres de Negocios, uno de cuyos empleados bien podría haber
escrito este primer mensaje presidencial.
3. Justicia
El Movimiento Progresista tiene razón en denunciar el
fraude e impugnar ante la justicia la validez de la elección presidencial.
Tiene razón también en señalar la prevaricación del alto tribunal electoral. Lo
que no resulta tan coherente es por qué sólo se impugna la elección
presidencial y se dan por válidos todos los demás resultados de la jornada
electoral, falseados por la misma operación de compra de votos y de coacción
clientelar de los votantes. Es desafiar a medias y aceptar a medias el
resultado del fraude.
Pero más allá de esta incongruencia, que como ya sucedió
en 2006 deja abierta una línea de falla y de litigio, un hecho es evidente:
quienes con razón reclamaron su derecho ante la justicia electoral no
encontraron jueces probos ni justicia legítima.
Pero ¿encuentran esa justicia los mexicanos y las
mexicanas cada vez que son victimas de una agresión, un agravio, un despojo,
una violación, un crimen de sangre o un atropello pequeño o grande de la
autoridad? ¿Encuentran justicia en un país ocupado por sus propias fuerzas
armadas? ¿Tienen a quien acudir las víctimas de la tragedia de este sexenio
funesto?
El clamor de justicia en México es inconmensurable. Piden
justicia Cherán, Ayotzinapa, Guerrero entero, Veracruz, Chihuahua y todos los
estados de la dolida geografía mexicana. Piden justicia los movimientos
indígenas y campesinos. Piden justicia los zapatistas y el entero pueblo
chiapaneco, los pobladores de Cherán y de Atenco, los trabajadores despedidos,
las víctimas de las catástrofes mineras, los cientos de miles de víctimas del
terror desatado por Felipe Calderón y los suyos.
Justicia es un clamor nacional que en la desvaída campaña
electoral sólo se empezó a escuchar de verdad ese viernes 11 de mayo, cuando
ustedes en la Ibero, al grito deAtenco no se olvida, se rebelaron
contra la represión, la injusticia y la mentira.
La justicia no empieza por la promesa escrita en un
programa, sino por la denuncia, la indignación y la pelea en los casos de la
vida real, poniendo el cuerpo y alzando el grito en la denuncia.
La justicia empieza por el conocimiento y la divulgación
de la injusticia. Empieza por conocer, saber e informar al país cada
injusticia, como lo han hecho quienes han asumido como personas o como
organizaciones esa ardua tarea. La ausencia de justicia está encubierta y
legitimada por el monopolio de la información. Antes que esos jueces
infidentes, Televisa y TV Azteca son los fabricantes y los encubridores de la
injusticia.
El gran malentendido del inicio de la campaña electoral
con el apretón de mano a Joaquín López Dóriga y con él a su empresa, fue roto
por ustedes ese 11 de mayo y con todo lo que después vino en las calles y
plazas. La temporada electoral culminó en el cerco estudiantil a Televisa. Así
cambiaron el panorama de la elección y hasta sus cifras finales.
Esa es conquista del movimiento estudiantil. No salió a
pelear por partidos y promesas sino contra el escudo de la injusticia: Televisa
y TV Azteca, el monopolio de la información, la expropiación del conocimiento,
la mentira organizada y tecnificada. Es la enseñanza más preciosa del
movimiento: saber, conocer, investigar, denunciar e informar al pueblo la
injusticia y la depredación de esos que usurpan el gobierno y ejercen el poder.
Tenemos ahora por delante una embestida contra nuestros
derechos y nuestras vidas que ya se apresuró a desatar Felipe Calderón con su
proyecto legal de desmantelamiento de los derechos y conquistas de los
trabajadores y sus organizaciones. Promete además Enrique Peña Nieto reforma
energética: privatización abierta o encubierta de Pemex y el petróleo,
propiedad inalienable de la nación, y apertura del territorio a la depredación
de la megaminería; reforma fiscal: IVA a alimentos y medicinas, exenciones
impositivas a los ricos; reforma educativa: exclusión para unos y privatización
para otros, esos que, dice él, van a triunfar en cualquier lugar del
mundo. Ante estos desafíos está hoy el movimiento #YoSoy132.
* * *
No se trata en cada movimiento de hacer un programa
nacional, unos estatutos, una institucionalización. Son tareas de otros. Es
mejor y más vivaz mantener el alerta y la pronta respuesta y, en medio de la
vida de estudio, trabajos y disfrute que nos reúne, hacer propias las grandes
causas de este pueblo; disputar cada día la información; usar la cultura y los
conocimientos científicos y tecnológicos que las universidades nos dan, no para
triunfar en cualquier lugar del mundo, sino para enfrentar y desconcertar a los
agentes y los voceros de la injusticia y el despojo, y para defender y difundir
todas y cada de las causas de la justicia y la libertad.
Auditorio Narciso Bassols, Facultad de Economía, UNAM, 4
septiembre 2012.
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