viernes, septiembre 07, 2012

Fuero militar (Tercer artículo) : María Teresa Jardí



Fuero militar
María Teresa Jardí

III
Algunos de los amparos interpuestos y revisados diligentemente por la Corte es claro que han sido presentados incluso por militares violadores de derechos de otros militares para evadir la justicia militar a la que están sujetos. Y no es el caso, por cierto, del amparo que se revisa por estos días al que me referiré el domingo porque se me alargó mi colaboración de hoy y ese caso en particular es muy interesante e incluso en La Jornada del miércoles, respecto al mismo, se confundía como agravio del quejoso lo que había sido clara decisión del Juez de Distrito en agravio del quejoso, quien acepta al juez civil como juzgador y quien no pretende ser juzgado por un tribunal militar, sino la revocación, entiendo, del auto de formal prisión. Decisión que no había sido del todo tomada en el Canal del Congreso en la sesión pública del martes.
Pero la instalación de la dictadura, iniciada en horario estelar y ante los ojos y los oídos atentos de ciudadanos que no alcanzábamos a atinar a suponer que era cierto lo que lo que en México estaba sucediendo, al darse por perdedores: la panista, obligada por el usurpador que había negociado impunidad para sus crímenes atroces con el que se imponía contra la voluntad ciudadana y el Verde, tan impresentablemente oportunista, con el golpe dado por la narcoteletiranía dueña de Peña el 1 de julio. 
Avalando la Corte lo anterior resuelve cancelando el fuero del Ejército Nacional al que se teme y de ahí el descrédito propiciado por el propio Calderón contra el único Ejército constitucional que los mexicanos tenemos, días antes de la elección, con la detención de generales de alto rango, para enviar el mensaje de que la dictadura va, con ese Ejército o sin él, prácticamente anulado ya por los yanquis y él que deberá someterse, con Peña, a lo que mande un cuestionado torturador colombiano.
Fuero que en cambio se otorga sin cortapisas a lo más impresentable tanto de la clase política con el cargo de legislador a modo, como con el adelanto del nuevo gabinetito plagado de traidores a los compañeros de expartido y a la justicia.
La Corte está cancelando el fuero militar no en aras de la protección a los derechos humanos, lo que no estaría mal. Se está haciendo a manera de evitar, por lo que pueda venir, que el Ejército nacional se ponga del lado del pueblo. A la narcoteledictadura que Calderón nos deja le aterra el apoyo que puedan dar sus integrantes a la sociedad mexicana que se va a ver obligada a enfrentar, de entrada, la represión continuada, mucho más generalizada que se dará, que nadie lo dude, en contra de los millones que hartos estamos diciendo ya basta de tanta ignominia para nuestra patria mexicana; y, más temprano que tarde, a la dictadura misma “legalizada” por canallas integrantes del mismo Poder Judicial producto de un golpe de Estado, en el caso de los ministros de la Corte, e integrado, en el caso de los magistrados del TRIFE, con elegidos a modo por saberlos comprables y serviles.
Y no deja de ser curioso que las únicas voces en contra de masacrar del todo el fuero militar sin salvaguardar la parte relativa a la función asignada para los elementos de ese instituto por lo que queda sin violar consignado todavía en la Constitución más avanzada del mundo en 1917 por un Constituyente, integrado por hombres y mujeres del pueblo, nos fue dada a los mexicanos como garantía de la conversión en un país de leyes, expedida luego de una Revolución que costó tantas vidas y la que cien años después también ha sido masacrada no respetando ya ni siquiera el postulado del sufragio efectivo. Y ni qué decir por lo que toca al enterrado grito de tierra y libertad para todos que como ejemplo Emiliano Zapata nos diera, a los que se nos ido cancelando hasta esa memoria imprescindible para la construcción de la identidad que produce el orgullo de saberse integrante de una patria respetable y respetada por todos. En fin, el domingo sí espero referirme al interesante caso concreto de un militar acusado de asesinar a su expareja, a la que encuentra en la cama con otro al que también se le acusa de haberlo privado de la vida.

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