Por: Redacción de www.sinembargo.mx
Casa de citas
Antes de 1993, cuando adquirió el paquete de medios Imevisión (que incluyó a la televisora del mismo nombre –hoy conocida como TV Azteca–, la Compañía Operadora de Teatros y los Estudios América), el empresario regiomontano Ricardo Benjamín Salinas Pliego sólo era conocido por ser heredero del Grupo Salinas y Rocha y la tienda Elektra, que por cierto en aquel tiempo estaba quebrada. Fue México, al que hoy le niega un mísero favor, el que lo hizo quien es. Ahora, casi 20 años después, el hombre que compró ese paquete en 669 millones de dólares (gracias al préstamo que le hizo Raúl Salinas de Gortari, hermano de quien entonces gobernaba al país, Carlos Salinas de Gortari) se ha convertido en el segundo hombre más rico de México, de acuerdo con la lista de Forbes publicada apenas en marzo pasado. Curiosamente, de donde realmente emana su fortuna personal –y la indignación de la sociedad por esos modelos de negocio– es de la cadena de tiendas minorista Grupo Elektra. De acuerdo con Forbes, Salinas Pliego tiene una fortuna personal de 17 mil 400 millones de dólares, lo que lo situó en el sitio 37 global de los más ricos del mundo, por arriba del fundador de la popular red social Facebook, Mark Zuckerberg. Y “la fuente de ese despegue” es Elektra. La encargada de saquear jodidos.
La cadena comercial controlada por el empresario, quien ronda los 56 años, es la más popular entre la población de menores ingresos en México y junto con Banco Azteca tiene como clientes potenciales a los más de 50 millones de pobres que ha generado el gobierno, en su incapacidad para producir crecimiento económico, empleos y bienestar para la sociedad. La minorista otorga créditos con pagos semanales bajos –“abonos chiquitos” le llaman ellos– para comprar muebles, electrodomésticos y electrónicos; lo que no dicen es que las tasas de interés que cobran por esos bienes son muy superiores a las del promedio del mercado y terminan estrangulando la economía de esas familias, ya de por sí deprimida. Los más pobres, pues, han generado que Salinas Pliego –con la aprobación de los gobiernos de Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada y el propio Felipe Calderón Hinojosa– sea hoy un multimillonario y también, está visto, un empresario sin valores ni ética. La decisión de la Federación Mexicana de Futbol de programar el juego entre los Tigres y el Morelia (equipo de primera división, este último, del que Ricardo Salinas es dueño, lo mismo que de los Jaguares de Chiapas, lo que le da enorme influencia en la Femexfut) a la misma hora en que se transmitirá el primer debate entre los presidenciables fue incluso celebrada por el empresario regio. En su cuenta de Twitter (@RicardoBSalinas) escribió: “Si quieren debate, véanlo por Televisa, si no, vean el fútbol por Azteca. Yo les paso los ratings al día siguiente”. Además ignoró por completo el llamado que le hizo el Instituto Federal Electoral, para concientizarse y no transmitir ese partido, o cambiarlo de horario, para evitar la distracción ciudadana a un asunto prioritario para el destino de la nación, lo que a juicio de los analistas refleja también su mezquindad, una que, por desgracia, se alimentó desde la cúpula de quienes tienen el poder federal, estatal y municipal. Pero no, de nada sirvieron los llamados. Ayer, volvió a retar a los usuarios de esa red social. Desde su cuenta afirmó: “¡Éste sí es un debate! Entre un grupito de twitteros autoritarios y los ciudadanos libres de votar por lo que quieren ver”. Su cerrazón y su falta de compromiso con la democracia está expuesta. Por encima de la ética está el de esconder hechos relevantes y asuntos prioritarios para el país e impedir a la sociedad que, en el caso de las elecciones del próximo 1 de julio, elija libremente y bien informada. Qué vergüenza, Ricardo Salinas. * * * Y si a alguien le queda duda por qué Salinas Pliego apoya con sus estrategias televisivas al candidato tricolor Enrique Peña Nieto, ahí está la candidatura al Senado de la República de su hija Ninfa Salinas Sada, quien actualmente es diputada por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el mismo que va en coalición con el mexiquense. Pero, además, está la del director de Proyecto 40 –otra señal de televisión propiedad de Ricardo Salinas–, Luis Armando Melgar, quien va para la primera senaduría en Chiapas; el se ha desempeñado como presidente de Fundación Azteca desde 2011 y además fue director de Seguros Azteca. El “Verde” también impulsa al Senado al ex diputado federal Alberto Puente Salas, quien trabajó como asesor de la Cámara de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), y en TV Azteca hasta el 2003. Otro prospecto de ese partido que busca curul en el Senado es Carlos Alberto Puente Salas, ex asesor de la CIRT y, claro, ex directivo de TV Azteca. Ya en el colmo del ridículo, la alianza PRI-PVEM designó a Raúl Osorio, conductor del programa “Venga la Alegría”, de Televisión Azteca, como candidato a diputado federal por el distrito nueve de la Delegación Venustiano Carranza, en el Distrito Federal. Pero en el PRI, Ricardo Salinas Pliego también tiene piezas para mover. El tricolor puso como candidato al Senado a Tristan Canales Najjar, quien se ha desempeñado como presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), ex diputado federal y directivo de Televisión Azteca. Además, como candidato a diputado al senador Jorge Mendoza Garza, ex vicepresidente de Información y Asuntos Públicos de TV Azteca y ex presidente de la CIRT. Por si fuera poco, Salinas también busca que el senador con licencia Manuel Velasco Coello –nieto del ex gobernador chiapaneco Manuel Velasco Suárez (1970-1976)–, ahora candidato del PRI y del Partido Verde al gobierno de Chiapas, sea el primer mandatario estatal emanado de TV Azteca. De acuerdo con luchadores sociales en la entidad, el consorcio de Salinas tiene ya seis mineras en las costas chiapanecas; han denunciado ya ante la Presidencia de la República y la Secretaría de Economía frenar “el indiscriminado e ilegal saqueo” de los minerales de Chiapas, pero ya ve usted, nada ha pasado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario