domingo, mayo 13, 2012

Quadri, el payaso verde de Elba Esther : Jorge Canto Alcocer


 Quadri, el payaso verde de Elba Esther
Jorge Canto Alcocer
Dedicarle unas líneas al presunto candidato del PANAL pudiera parecer ocioso, pero lo considero pertinente particularmente en la antesala del primer debate presidencial, toda vez que, tal como ha venido haciendo en su “campañita”, seguramente dedicará la parte fundamental de su tiempo a atacar las propuestas y la figura del candidato del movimiento popular, cuyo ascendente paso lo está llevando cada día más cerca de una nueva victoria electoral.
Con su cabello largo y su estilo retador, Quadri fue colocado como candidato de la mafia gordillista para obtener el voto joven y crítico merced a su creada fama de “ecologista”, “académico” e “independiente”. Nada más lejos de la verdad, ya que el antiguo hippie y tránsfuga del marxismo –como muchos de su ralea- es desde hace muchos años un fiel servidor de los intereses de la oligarquía política en el poder y, sobre todo, de los intereses más perversos y anti-ambientales de las empresas multinacionales.
Aunque se presenta como un iconoclasta y un rebelde, desde que salió de las aulas universitarias Quadri se colocó rápidamente en la burocracia priísta en los tiempos de Salinas y Zedillo, para luego pasar –nada raro tampoco- a las filas de las organizaciones más reaccionarias y voraces de la oligarquía, como el Consejo Coordinador Empresarial, organismo que participó activamente en la guerra sucia electoral de 2006 y que se ha mantenido atacando, ciertamente con mayor sutileza -mas no menor encono- a Andrés Manuel López Obrador.

Aunque ha tenido algunos desplantes provocativos, como el defender las bodas gay y los derechos sexuales de las mujeres frente a la jerarquía eclesiástica, el verdadero discurso derechista y antilibertario del hombre de los cabellos largos ha emergido claramente en el tema de la seguridad, en el que se ha mostrado incluso más radical que la yunquista Vázquez Mota, al afirmar que de llegar al poder establecería una militarización absoluta de las fronteras e inundaría el país con una policía federal “todopoderosa”. En el marco de dicho tema, el candidato elbista, supuesto defensor de los derechos humanos, se gastó la puntada de decir que suprimiría todas las policías municipales, las que –dijo- no servían para nada por estar integradas por elementos “gordos y panzones”, una frase que merecería ser consignada ante la CONAPRED. Claro está que jamás dijo que proponía se hiciera con los miles de “gordos y panzones” que quedarían desempleados, por lo que a lo mejor su verdadera intención no fue la de discriminar a las personas por su aspecto físico, sino la de fortalecer a los ejércitos de sicarios de las organizaciones criminales con individuos que mal que bien conocen el manejo de armas e información logística de importancia.
Su obsesivo enunciar del término “sustentabilidad” es otra farsa del payaso, pues en realidad tanto en su praxis laboral como en sus propuestas se ha mostrado como un fervoroso defensor del libre mercado, del capitalismo voraz, uno de esos “ecologistas” encargados de “lavar la cara verde” de las empresas multinacionales que aprovechan las lagunas legales y la corrupción de nuestro país para contaminar y depredar salvajemente el ambiente, maquillando sus acciones con una que otra insulsa “campañita” de reciclaje y de limpieza.
En materia socioeconómica, el payaso “verde” sorprende por la crudeza de su antipopulismo: mayores aumentos a las gasolinas y gases, IVA generalizado en alimentos y medicinas, eliminación de apoyos al campo, reforma anti-laboral y otras propuestas por el estilo. Sólo le falta proponer la criminalización de la pobreza y su castigo con la pena de muerte.
Nos queda claro pues que el “loquito” ni es ecologista, ni es académico, ni es independiente. Es un antiguo burócrata priísta que busca un nuevo “hueso” en la estructura gubernamental, y cuya misión para lograrlo es atacar al movimiento popular y reducirle sufragios.
Ninguna otra cosa se podía esperar de un muñequito de la “mamá de Chucky” y, por ende, de Salinas de Gortari, el titiritero mayor. Dado que su estrategia electoral está fracasando totalmente, podemos esperar un endurecimiento en su discurso y su direccionamiento cada vez más descarado hacia nuestro candidato. El primer debate presidencial parece el escenario ideal para ello, algo que seguramente Andrés Manuel y su equipo deben de tener en cuenta para utilizarlo como un nuevo trampolín en un camino que ya tiene un marcado olor de triunfo.


No hay comentarios.: