Las huellas del neoliberalismo
Virginia González Melgarejo
Desde la década de 1980, durante el gobierno de Miguel de la Madrid, nuestro país ha padecido las políticas neoliberales tendientes a facilitar al capital monopolista la acumulación del capital, la imposición del libre mercado, la apertura total e indiscriminada de la economía y el abandono sistemático del Estado de bienestar. Desde entonces hemos visto cómo se destruyen los derechos conquistados por la lucha de los trabajadores, derechos que el neoliberalismo convierte en bienes privados destinados al lucro y beneficio individual; tal es el caso de la educación, la salud, la vivienda, las jubilaciones y pensiones.
Hoy, un peligro más se cierne sobre el movimiento obrero, la reforma laboral panista, que de aprobarse acabará con las garantías mínimas que debe gozar cualquier trabajador, una de ellas la seguridad y estabilidad en la contratación, que en este infausto sexenio se han visto profundamente vulneradas.
Virginia González Melgarejo
Desde la década de 1980, durante el gobierno de Miguel de la Madrid, nuestro país ha padecido las políticas neoliberales tendientes a facilitar al capital monopolista la acumulación del capital, la imposición del libre mercado, la apertura total e indiscriminada de la economía y el abandono sistemático del Estado de bienestar. Desde entonces hemos visto cómo se destruyen los derechos conquistados por la lucha de los trabajadores, derechos que el neoliberalismo convierte en bienes privados destinados al lucro y beneficio individual; tal es el caso de la educación, la salud, la vivienda, las jubilaciones y pensiones.
Hoy, un peligro más se cierne sobre el movimiento obrero, la reforma laboral panista, que de aprobarse acabará con las garantías mínimas que debe gozar cualquier trabajador, una de ellas la seguridad y estabilidad en la contratación, que en este infausto sexenio se han visto profundamente vulneradas.
Lo ejemplos de esto abundan, sin ir más lejos, en Puebla, y seguramente en muchas otras partes del país; grandes empresas transnacionales, pero también nacionales ofrecen puestos de trabajo a jóvenes recién egresados de la universidad con la condición trabajar por un periodo de tres meses a prueba. Durante ese tiempo los jóvenes asisten a la empresa ocho horas diarias y más si es necesario, ponen todo el empeño de los principiantes y a cambio obtienen una remuneración de 400 pesos a la semana. Claro, se les dice, no pueden exigir más, pues están a prueba, y al final las gracias, si bien les va; y aquellos o aquellas “afortunados o afortunadas” que son contratados, lo hacen bajo contratos individuales, semestrales, con bajos sueldos y sin las prestaciones más elementales. De esta manera se eliminan también los sindicatos y las molestas huelgas, pues no existirán los contratos colectivos, pero eso sí abundará una mano de obra calificada en total indefensión, situación que sólo beneficiará a los dueños del capital.
Estas son las huellas que va dejando el neoliberalismo a su paso, la baja calidad en el empleo y un temor constante de perderlo, lo que trae consigo la desesperanza para lograr una vida digna. Lo trabajadores saben muy bien que el encargado en el país de la promoción de estas políticas tiene nombre y apellido: es Javier Lozano Alarcón, personero de los amos del dinero.
La situación de deterioro constante del nivel de vida de los mexicanos no se va a resolver en el modelo actual; el neoliberalismo es el problema y no la solución de los problemas que crea; para superar esa situación se requiere un proyecto alternativo de nación que cambie el rumbo del país y se proponga alcanzar en un tiempo previsible los mínimos de bienestar y felicidad que merecemos los mexicanos. Ese nuevo proyecto será presentado en la ciudad de Puebla el próximo 1 de julio, y en el zócalo de la capital de la República el próximo 25 de ese mismo mes por el presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, proyecto al que debemos estar muy atentos todos los mexicanos que pensamos que el cambio es posible.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario