viernes, junio 25, 2010

Guillermo Fabela Quiñones : La independencia, no sólo amenazada

La independencia, no sólo amenazada


Por Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

La independencia de México está amenazada, pero no por el crimen organizado como afirma Felipe Calderón, sino por la pobreza que nulifica los esfuerzos productivos de cincuenta millones de mexicanos. Conforme a los hechos y sus consecuencias, la independencia la perdimos a partir de que nos convertimos en país importador de alimentos, incapacitado para garantizar su autosuficiencia alimentaria. Estamos ya a merced de los grandes consorcios agroindustriales, los cuales pueden decidir nuestro futuro en la medida que dependamos de ellos, no más de cinco gigantes trasnacionales que actúan con base en firmes principios económicos donde no tienen cabida consideraciones de índole social.

El crimen organizado es un mal menor en comparación con el flagelo que significa la pobreza extrema, entre cuyas consecuencias está la de agravar el problema del crimen organizado y la violencia concomitante. Está probado que en la medida que mejoran las condiciones sociales de un pueblo, se reducen los riesgos de males colaterales, como la descomposición social y sus dramáticas secuelas. Esto explica porqué está creciendo el consumo de drogas en los países pobres, mientras que en las naciones ricas está disminuyendo, según la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen (UNODC por sus siglas en inglés).
En el “Informe mundial sobre las drogas 2010”, puntualiza que el mundo en desarrollo enfrenta “una creciente amenaza que podría esclavizar a millones en la miseria de la dependencia de las drogas”. Esta situación absurda obedece a la necesidad imperativa de huir de una realidad lacerante, y el medio más eficaz es el consumo de estupefacientes, aun cuando ello conduzca a un problema mayor. Esto explica porqué no disminuye el consumo global de drogas, pues cada día son más los habitantes del planeta, principalmente del tercer mundo, que recurren a esta forma de escape irracional que alimenta al crimen organizado.
De ahí que el mejor medio para defender la independencia de México, en este momento, sea subsanar el déficit tan grande que existe en materia social, la causa primordial de todos los males colaterales del país. Nada se ganaría, en cuanto se refiere a la defensa de la independencia, si se liquidara al crimen organizado de manera radical. El problema central de nuestra dependencia seguiría igual o peor, porque la raíz del mal está en otra parte. Somos un país hipotecado, incapacitado para revertir esta situación en el mediano plazo, porque los ingresos de dólares no alcanzan para solventar nuestras necesidades básicas. En este sentido, las reservas récord de divisas en el Banco de México, no son más que un paliativo y una ilusión.
La lucha contra la delincuencia organizada nada tiene que ver con la defensa de la soberanía nacional, no es más que una estrategia con fines mediáticos cuyo origen estuvo en la necesidad que tenía Calderón de legitimar su “gobierno”. Si realmente quisiera dar golpes firmes y certeros contra las organizaciones delictivas, el camino está por otro lado. En primer lugar, cerrar la llave que da paso a una descomposición social muy grave, o sea la pobreza, que permite a dichas organizaciones contar con un gran ejército de reserva que evita su liquidación.
Es correcto que se luche contra la delincuencia, pero hacerlo conforme a métodos idóneos y con los medios adecuados, no metiendo al país en una vorágine de violencia que sólo contribuye a agravar los problemas fundamentales del país. Dice Calderón que “a nosotros no correspondió el honor de conquistar la libertad nacional, pero sí la posibilidad de preservarla y defenderla contra quienes la amenazan”. Sin temor a equivocación, es mucho más amenazante la dependencia alimentaria que tenemos de las grandes trasnacionales, que las actividades ilícitas del crimen organizado. No hay comparación, en términos de preservación de la independencia, entre lo que significa la dependencia económica con respecto a Estados Unidos, que los males provocados a la sociedad por el crimen organizado.
Sí son muchos y muy lamentables, desde luego, pero más perjudicial es nuestra dependencia económica de la nación vecina, ya que nos tiene atados a sus designios, absolutamente desfavorables para la gran mayoría de mexicanos. Allí está la raíz de todos nuestros males, no en el papel que juegan los cárteles en lo que se refiere a la defensa de la independencia. Según el inquilino de Los Pinos, “vale la pena” librar la lucha contra el crimen organizado, “porque es por México y por las familias mexicanas”. Con todo, valdría mucho más la pena luchar a brazo partido por la independencia económica de México, sería una lucha que además nos uniría firmemente como sociedad, factor al que Calderón le da mucha importancia en el discurso. No hay duda que “unidos los mexicanos vamos a ganar”, pero unidos en torno a una causa que nos asegure un mejor futuro.


(gmofavela2010@hotmail.com)

No hay comentarios.: