martes, junio 15, 2010

Ricardo Andrade Jardí : Opresión Telecrática

Opresión Telecrática
Ricardo Andrade Jardí


Por si algún ingenuo tenía dudas de para quién “gobierna” el usurpador. O, más bien, de a quién sirve el administrador mediocre, que hoy ocupa la residencia conocida como Los Pinos, el que, mientras se paseaba por Sudáfrica, en México eran ejecutados más de medio centenar de personas, debido a una estrategia: estúpida y criminal, que ya nos adentra, como cada día es más obvio, en un estado de guerra civil, donde las claras fuerzas beligerantes son las mafias del crimen organizado (gracias a la IMPUNIDAD institucional) y la mafia del poder político. Convertido que ha sido el poder político dicho en ya tan sólo el administrador de una mafia transformada en poder de facto y encabezada por la telebasura comercial del país.

Todos los privilegios para el gran amo: Televisa. La empresa que hoy marca el rumbo del país y que durante décadas se ha dedicado a deseducar a los mexicanos, a grado tal, que hoy nuestros legisladores son productos, no de Vasconcelos, por supuesto, de Chabelo y Chespirito. Ese es el nivel, que por otro lado salta a la vista, de quienes promulgan o modifican las leyes. Un nivel alarmante de mediocridad, que lo mismo acompaña a toda la clase política; partidos políticos que viven del presupuesto público y que son la voluntad “zombie” de lo que la telecracia ordena; “gobernantes” que no conocen más realidad que la que Televisa les permite y una sociedad que todavía “sobrevive” con la estúpida esperanza de que la selección nacional, patrocinada por las chatarras Bimbo y Coca-cola, tenga la oportunidad de hacer algo “digno” en la comercial Copa Mundial de Fútbol. Nadie se salva del control opresor que la clerical telecracia impone en el país. El desgobierno federal inicia una guerra que no puede ganar bajo ninguna circunstancia y abre así el infierno de una latente guerra civil al tiempo que esa guerra sirve de cortina de humo para que el empresariado mafioso del país arrebate a la nación toda la infraestructura pública, para hacer jugosos y rentables negocios con lo que antes nos pertenencia a todos. La desaparición de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) es un ejemplo de eso. Por no hablar de PEMEX, ni de las minas o de los ferrocarriles mexicanos. Ahora le regalan la fibra óptica a Televisa y se les ofrece la ampliación del espectro radioeléctrico a costo de ganga, faltaba más, el usurpador no es más que un administrador menor del medio de producción que opera como si fuera dueño de la concesión pública. ¡Ni hablar! Mientras los mexicanos sigamos dejando que los López Dóriga nos desinformen y los Chabelos nos eduquen, estaremos condenados a vivir bajo la opresión de la telecracia que ya afila sus garras para imponernos al siguiente usurpador, que esta vez será todo un producto melodramático de imbecilidad telebasura: un toluqueño galán de TV del Estado de México.

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