En los cuernos de la luna
Virginia González Melgarejo
El pasado 30 de abril concluyó el periodo ordinario de sesiones de la Legislatura federal, que ha estado muy apurada en la aprobación de leyes. Entre otras, el 20 de abril los diputados aprobaron la Ley que crea la Agencia Espacial Mexicana. De esta manera, México se une a la Comunidad Espacial Internacional, que cuenta ahora con 44 países, y somos el octavo país de América en contar con una entidad de este tipo.
Pero, ¿sabía usted qué México ya tuvo una Comisión Nacional del Espacio Exterior? Fue entre los años de 1962 y 1977 y, entonces, se desarrollaron un par de cohetes impulsados por combustible sólido utilizados para monitorear las condiciones atmosféricas; asimismo, se construyó en Tulancingo, Hidalgo, una estación terrestre para comunicaciones espaciales (la cual por cierto pretenden reactivar) y de haber seguido desde entonces por el camino del desarrollo científico y tecnológico, tal vez, nuestro país sería otro, pero como siempre, no hubo presupuesto para su sostenimiento y la agencia fue cerrada.
Virginia González Melgarejo
El pasado 30 de abril concluyó el periodo ordinario de sesiones de la Legislatura federal, que ha estado muy apurada en la aprobación de leyes. Entre otras, el 20 de abril los diputados aprobaron la Ley que crea la Agencia Espacial Mexicana. De esta manera, México se une a la Comunidad Espacial Internacional, que cuenta ahora con 44 países, y somos el octavo país de América en contar con una entidad de este tipo.
Pero, ¿sabía usted qué México ya tuvo una Comisión Nacional del Espacio Exterior? Fue entre los años de 1962 y 1977 y, entonces, se desarrollaron un par de cohetes impulsados por combustible sólido utilizados para monitorear las condiciones atmosféricas; asimismo, se construyó en Tulancingo, Hidalgo, una estación terrestre para comunicaciones espaciales (la cual por cierto pretenden reactivar) y de haber seguido desde entonces por el camino del desarrollo científico y tecnológico, tal vez, nuestro país sería otro, pero como siempre, no hubo presupuesto para su sostenimiento y la agencia fue cerrada.
Todo apoyo para la investigación y el desarrollo tecnológico siempre será bienvenido, pero en un país como el nuestro, en donde se ha abandonado por años, casi con desprecio, la creación de tecnologías propias que nos permitan dar el gran paso e ingresar al mundo desarrollado, sobreviene la duda, ¿si tenemos institutos como el mexicano del petróleo, que se encuentra prácticamente en el abandono, por qué no se ha invertido un peso en desarrollar la explotación de petróleo en aguas profundas? Tampoco se ha invertido en el desarrollo de tecnologías agrícolas, que nos conduzcan a la soberanía alimentaria; de la misma manera se abandonó la manufactura de vacunas y ahora las tenemos que importarlas, y de la prometida refinería para producir nuestra propia gasolina sabemos que se puso la primera piedra, pero no se sabe cuando se pondrá la segunda, Finamente, si bien la ley obliga al Estado a invertir el uno por ciento del PIB en ciencia y tecnología, apenas si se invierte el 0.36 por ciento.
De la educación ni se diga, hoy tenemos escuelas que no tienen vidrios ni baños y niños que van a clases sin haber probado bocado, el rezago educativo asciende a 33 millones de adultos (aquellos que no han concluido el ciclo básico) y 4 millones de analfabetas.
Mientras esta situación no cambie, de poco va a servir la país tener su Agencia Espacial Mexicana. Pasarán muchos años para que podamos, desde el Mezquital, enviar hombres al espacio, imagínese usted, el presupuesto de la NASA es de 19 mil millones de dólares anuales. Pero esperemos que ese sueño algún día se haga realidad. Pero ¿se imagina usted poner a muchos malos políticos en un cohete espacial y mandarlos a la luna? Sería genial, pero claro sin boleto de retorno.
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