viernes, mayo 28, 2010

JAIME ORNELAS DELGADO : Las pugnas de la derecha


TENDAJÓN MIXTO
Las pugnas de la derecha

JAIME ORNELAS DELGADO

La derecha priista (finalmente fueron gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) los que impusieron el neoliberalismo en México) y la derecha panista (usufructuaria de la modalidad neoliberal sustentada en la riqueza de los menos y la pobreza de los más), con sus respectivos aliados (el Verde Ecologista de México en el caso del PRI y esa extraña mezcla formada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Elba Esther Gordillo con el Partido Acción Nacional (PAN)), pusieron a funcionar el ventilador y el olor de los desechos ha resultado nauseabundo.

Por fortuna, una parte importante de los ciudadanos que han mantenido su apoyo a Andrés Manuel López Obrador pudo encontrar en Armando Etcheverry y el Partido del Trabajo (PT), una candidatura digna que, el 4 de julio, nos permitirá ir a las urnas sin vomitar. Sin embargo, es de lamentar que la izquierda se fraccionara y perdiera la oportunidad de salir unida con una propuesta viable que la diferenciara de la podredumbre de esas derechas que hoy se disputan la gubernatura y mañana la presidencia de la República, a pesar de haber mostrado su incapacidad de ofrecer nada que no sean dádivas a una ciudadanía harta de ambas pero necesitada por la miseria en que la han hundido el gobierno federal panista y el estatal priista.




Un agravio a la memoria histórica de México

La semana pasada, en su visita a Washington, Felipe Calderón se presentó en el cementerio militar de Arlington para rendir homenaje a los veteranos de todas las guerras y conflictos bélicos que ha sostenido Estados Unidos en todo el mundo, incluidos los soldados que participaron en las distintas invasiones a México.

Que Calderón haya despreciado la tradición de que ningún mandatario mexicano –ni siquiera Fox– homenajeara a esos soldados, representa, además de la legitimación de esas intervenciones, una total claudicación ante la conducta belicista del imperialismo yanqui. ¿Qué otro significado puede tener el hecho de que Felipe Calderón tuviera la desfachatez de colocar una ofrenda floral en homenaje a quienes fueron por el mundo asesinado, la mayor parte de las veces, a todos aquellos que tenían el mal gusto de defender a sus países agredidos?

Los estadounidenses que participaron en la invasión de 1847, que concluyó con la pérdida de la mitad de nuestro territorio original; y en 1914, a quienes tomaron el puerto de Veracruz o en 1916 traspasaron la frontera buscando a Pancho Villa, fueron homenajeados por quien se ostenta como presidente del país agredido. Así cómo no lo iban a aplaudir tanto los congresistas, si con ello premiaban a su “mejor empleado del mes”.



Los gastos inútiles

Según advierte un estudio de Fundar, institución especializada en examinar las finanzas públicas, el gasto en comunicación social y publicidad del gobierno federal durante el (des)gobierno de Felipe Calderón, creció 500 por ciento en términos reales, al pasar de 819.7 millones de pesos gastados en esos rubros en 2006, el último año de la administración de Vicente Fox, a 4 mil 928 millones en 2009. “Este tipo de aumentos son escandalosos, es un absurdo que se dé en tiempos de crisis”, se indica en el mencionado estudio. La magnitud de este gasto inútil, se puede calcular si sabemos que con el monto erogado tan sólo el año pasado se hubiese pagado el costo promedio de 11 mil 931 instrumentos médicos del IMSS, cuyo importe es de 4 mil 662 millones de pesos.

Además, en el gobierno de Calderón el gasto inútil ejercido en este tipo de conceptos resulta siempre mayor a lo presupuestado: así, en 2007 los diputados aprobaron 611.3 millones de pesos para ese rubro y al final Calderón gastó mil 683 millones; en 2008, se acordaron 955 millones y se usaron 3 mil 313 millones, precisa el estudio de Fundar. El documento establece que la reasignación de recursos para publicidad, cuando la crisis obligó al gobierno a realizar recortes por alrededor de 80 mil 000 millones de pesos, es contraria a lo que estipula el artículo 21, fracción III de la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, acerca de que primero debe eliminarse el gasto en ese rubro.

Para explicar este abuso de poder, podemos sugerir dos hipótesis: 1) el haberse robado la presidencia de la República, obligó a Calderón a un gasto extraordinario para fortalecer la imagen de su gobierno; y 2) debió compensar a los medios de comunicación (básicamente Televisa y TV Azteca) por las pérdidas que les ocasionó la reforma electoral de 2007, que prohibió a los partidos y particulares contratarles tiempo de promoción política.

¿Ingenuo?

¿Pero sabrá Marcelo Ebrard a qué vino a Puebla, a qué candidato de la derecha vino a apoyar? O de plano abandonó ya las filas del lopezobradorismo y, ahora aliado a una corriente claudicante, desvaría creyendo que la derecha levítica lo apoyará en su ambición rumbo a la presidencia de la República.

De cualquier manera, el Peje que desean matar goza de cabal salud.


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