La necedad de Calderón
Virginia González Melgarejo
Errar es humano, necio es quien persiste en el error y, precisamente, reconocer los errores es lo que necesitaría el gobierno federal y, especialmente quien ilegítimamente lo encabeza, reconocer que en esta absurda guerra declarada al crimen organizado y al narcotráfico se ha perdido completamente el rumbo. El país, hoy en día, es un verdadero caos de violencia, violencia que no debe convertirse en parte de nuestro cotidiano, al cual no debemos acostumbrarnos, violencia que en todo momento debemos rechazar y repudiar en este país.
Desde muchos ámbitos de la vida nacional se ha pedido hacer un alto en el camino y recomponer el rumbo, tratar de rescatar del inminente naufragio al “barco de gran calado”, pero pareciera que hasta Los Pinos no llegan esas voces y, ahora hasta los aliados de guerra piden estrategias más inteligentes; así lo señaló la semana pasada la secretaria de Estado del gobierno de Barack Obama, la señora Hillary Clinton en un discurso pronunciado en Washington en el marco de la vigésima reunión anual del Consejo de las Américas, donde habló de la brutalidad y el barbarismo de los narcotraficantes en México y mencionó que rebasa ya la imaginación y, concluyó: “lo que necesitamos son estrategias más inteligentes y efectivas para enfrentar esta continua amenaza a la sociedad civil y a la legitimidad del gobierno”.
Virginia González Melgarejo
Errar es humano, necio es quien persiste en el error y, precisamente, reconocer los errores es lo que necesitaría el gobierno federal y, especialmente quien ilegítimamente lo encabeza, reconocer que en esta absurda guerra declarada al crimen organizado y al narcotráfico se ha perdido completamente el rumbo. El país, hoy en día, es un verdadero caos de violencia, violencia que no debe convertirse en parte de nuestro cotidiano, al cual no debemos acostumbrarnos, violencia que en todo momento debemos rechazar y repudiar en este país.
Desde muchos ámbitos de la vida nacional se ha pedido hacer un alto en el camino y recomponer el rumbo, tratar de rescatar del inminente naufragio al “barco de gran calado”, pero pareciera que hasta Los Pinos no llegan esas voces y, ahora hasta los aliados de guerra piden estrategias más inteligentes; así lo señaló la semana pasada la secretaria de Estado del gobierno de Barack Obama, la señora Hillary Clinton en un discurso pronunciado en Washington en el marco de la vigésima reunión anual del Consejo de las Américas, donde habló de la brutalidad y el barbarismo de los narcotraficantes en México y mencionó que rebasa ya la imaginación y, concluyó: “lo que necesitamos son estrategias más inteligentes y efectivas para enfrentar esta continua amenaza a la sociedad civil y a la legitimidad del gobierno”.
Así o más claro; estrategias en primer término, porque se duda que verdaderamente lo que vemos a diario obedezca a una estrategia, doña Hillary incluso señaló que no se está ni siquiera cerca de tenerla, y si existiera alguna pues replantearla de manera inteligente y sobre todo que tuviera algún grado de efectividad, porque actualmente ni inteligencia ni efectividad.
Los saldos de guerra son escalofriantes, 23 mil muertos y siguen contando, diariamente nos enteramos de decenas de ejecutados, decapitados, “levantados” secuestrados, y el gobierno federal insiste en continuar por el mismo camino, el secretario de gobernación Fernando Gómez Mont, prepotente y amenazante comentó en televisión nacional “señores criminales, aquí estamos, vengan por nosotros” y tal vez ya les tomaron la palabra.
Y aunque los daños ya no sean tan “colaterales”, difícilmente se cambiará el rumbo, para desgracia del país, hacerlo, sería reconocer que Calderón se ha equivocado, y eso, nunca... “haiga sido como haiga sido”.
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