WULFRANO TORRES PÉREZ : La triste realidad de los mexicanos y la flatulencia verbal de sus políticos

OPINIÓN
La triste realidad de los mexicanos y la flatulencia verbal de sus políticos

WULFRANO TORRES PÉREZ

Los funcionarios no funcionan.

Los políticos hablan pero no dicen.

Los votantes votan pero no eligen.

Los medios de información desinforman.

Los militares están en guerra

contra sus compatriotas.

Los policías no combaten los crímenes, porque están ocupados en cometerlos.

Eduardo Galeano

El entonces candidato Felipe Calderón pontificaba: “mi política tiene un solo objetivo: crear empleos bien pagados, para que tú y tu familia vivan mejor, y para eso voy a hacer cuatro cosas: primero, voy a reducir los impuestos para quienes trabajan, producen o generan empleos, y voy a simplificar su pago; segundo: voy a transparentar totalmente los impuestos que pagamos; tercero: voy a invertir mejor tu dinero; y cuarto: voy a garantizar la estabilidad económica para cuidar tu patrimonio”. Tres años después, la realidad demuestra todo lo contrario y pone en evidencia el tamaño de sus mentiras y la naturaleza de su origen (el fraude).

“Paguen aunque sea un poquito”, petición hecha por el presidente del empleo a los grandes empresarios que, por haberlo llevado al poder, se creen con derecho a no pagar los impuestos, que el resto de ciudadanos sí debemos cubrir. El resultado es que el boquete en las finanzas públicas por 300 mil millones de pesos para el presente año debemos taparlo los ciudadanos y para ello los legisladores del PRI–AN negociaron el incremento al IVA y al ISR; además, según la Auditoría Superior de la Federación, los excedentes petroleros se han utilizado para cubrir las deficiencias en la recaudación fiscal. Un ejemplo de esta política fiscal depredadora es que el Senado aprobó que se exente por dos años del pago de impuestos por 5 mil millones de pesos a las empresas de telefonía móvil que darán el servicio del llamado triple play.

“Hacer que los mexicanos compartan la percepción positiva de los especialistas sobre las expectativas de recuperación económica, para aumentar así la demanda interna”, pidió Calderón a los banqueros. Aseguró que hay una recuperación económica pero “el problema es de percepción, y por eso el reto del gobierno y de los banqueros es poder transmitir precisamente una percepción que sea acorde con lo que está ocurriendo en este momento”. Ahora el doctor Calderón, aparte de gastroenterólogo y médico legista, resultó ser oftalmólogo al diagnosticarnos dificultades de percepción; el problema es que los mexicanos vemos distorsionada la realidad: los 6 millones de nuevos pobres en lo que va del presente sexenio y el hecho de que nuestra economía tuvo el peor desempeño en América Latina en la crisis del año pasado, son sólo ilusiones, no existen, la criminalidad tampoco (el jefe Diego anda de vacaciones).

Cuando se le preguntó a Gómez Mont, en su calidad de secretario de Gobernación, si los ciudadanos pueden sentirse libres de la violencia generada por la guerra del gobierno federal contra el crimen organizado declaró: “yo me siento a salvo, sólo corren peligro quienes tienen miedo, sostuvo. Esconderse, huir, temer, es estar siempre en peligro. El cobarde muere mil veces, el valiente sólo una”. Irónicamente, ahora su jefe Diego está desaparecido y no creo que vaya a engrosar la lista de “los costos colaterales”, ahí sólo van a parar los simples ciudadanos comunes y corrientes.

De acuerdo con cifras oficiales, desde 2006 las muertes por la guerra contra el crimen organizado suman ya 22 mil 700; sin embargo, para Felipe Calderón “México no cambiará su estrategia de combate al narcotráfico, pese a la creciente violencia generada por los cárteles de la droga, lo que ha manchado la imagen del país”. “...la única batalla en la que reconozco que no vamos avanzando bien es en la de la percepción”. Señaló estar consciente de que la violencia genera una percepción de falta de control por parte del Estado entre los mismos mexicanos y en el exterior. Es decir, según este estratega militar, la realidad está bien el problema es nuestra incapacidad para percibirla, tal vez la televisión que se especializa en inventar realidades pueda ser la solución a nuestros problemas.