Sin un ápice de vergüenza y apostando a la desmemoria
Por María Teresa Jardí
No es una buena nueva para los mexicanos el priísta carro completo que, con la elección de Yucatán, recién se inicia. Cuestión de lógica. Si con equilibrios se complican las cuestiones políticas en el mundo. Sin ellos las tentaciones autoritarias se multiplican. Pero la desvergüenza panista, escudada en el convencimiento de que la desmemoria debe ser el motor del pueblo, es impactante por cínica.
Patéticos, por decir lo menos, exigiendo el recuento de los votos: “voto por voto”. El actuar de ese partido sin el menor resquicio de haber conservado ni una gota de inteligencia. Convencido de que el pueblo, que avanza exigiendo su remoción del gobierno federal, ha olvidado que un panista usurpa el Poder Ejecutivo. Un panista que se opuso, ciertamente cobijado por el PRI y por el PRD, a ese recuento solicitado por AMLO y por millones, muchos millones más de ciudadanos mexicanos convencidos de que AMLO es el triunfador de esa contienda robada.
Por María Teresa Jardí
No es una buena nueva para los mexicanos el priísta carro completo que, con la elección de Yucatán, recién se inicia. Cuestión de lógica. Si con equilibrios se complican las cuestiones políticas en el mundo. Sin ellos las tentaciones autoritarias se multiplican. Pero la desvergüenza panista, escudada en el convencimiento de que la desmemoria debe ser el motor del pueblo, es impactante por cínica.
Patéticos, por decir lo menos, exigiendo el recuento de los votos: “voto por voto”. El actuar de ese partido sin el menor resquicio de haber conservado ni una gota de inteligencia. Convencido de que el pueblo, que avanza exigiendo su remoción del gobierno federal, ha olvidado que un panista usurpa el Poder Ejecutivo. Un panista que se opuso, ciertamente cobijado por el PRI y por el PRD, a ese recuento solicitado por AMLO y por millones, muchos millones más de ciudadanos mexicanos convencidos de que AMLO es el triunfador de esa contienda robada.
Un impresentable que prefirió llegar “haiga sido como haiga sido” usurpando, que con el recuento esperar, en todo caso, seis años. Con lo que se habría evitado, a lo largo de su siniestra usurpación, el rasgado del tejido social de los mexicanos, que tintos en la sangre derramada de miles de compatriotas mexicanos, nos ahogamos hoy.
Usurpador que hace el ridículo fuera, mientras va vendiendo el país a lo más canalla de la empresa. Que es la única, por otro lado, que a un país con los índices de inseguridad, que tiene hoy México, es capaz de venir a arriesgar la vida y el negocio de su vida cuando el origen del mismo es la limpieza.
A los que entrega Calderón los bienes de la nación, expulsados de otros lugares por mafiosos, todo les da igual, mientras se les condonen los impuestos, como las transacciones, entre mafiosos, que en realidad son, permitiendo irracionales explotaciones cuando no vendiendo hasta la imagen de la Virgen Morena. Empresarios españoles, expulsados de otros lugares por sus abusos. Canallas a los que sólo les interesa expandir a la mala el negocio. Hasta que les ocurra, a los nuevos indianos, lo que a Mouriño o lo que a Fernández de Cevallos. Ya se sabe que “la América” se hace para que la mujer y los hijos la disfruten.
Vomitivo es Nava protestando por el triunfo de Araujo, a sabiendas de que el PAN eligiera, como perdedora, a la que en Mérida se conoce como “La Rata” Zavala, no precisamente por su honorable trayectoria.
Una crónica anunciada era que el PRI iba a ganar Mérida. La corrupción del cabildo panista exhibida una y otra vez y continuada con el mismo impune actuar, hacía imposible para la sociedad meridana, incluso con su doble moral a cuestas, el salir a votar por el PAN. Que el PRI iba a ganar Mérida era una crónica anunciada y vuelta a anunciar. Ninguna sorpresa. Imposible que siguiera el PAN.
Pero lo que es del todo incomprensible es la salida del canal de televisión por Cable, que maneja Milenio, a las cinco de la tarde, dando como segura ganadora a Araujo con un porcentaje altísimo que luego no se vio reflejado en las urnas. La democracia no existe, queda claro. Pero apostarle a la inteligencia es siempre lo inteligente. Y la campaña a nivel nacional del panismo usurpador en contra de la elección yucateca y particularmente del triunfo en Mérida de Angélica Araujo está fundamentada en esa salida temprana que permite el que se crea que fue un madruguete de quienes no estaban seguros del triunfo de la que sus siglas llevaba. Más allá de que echa por tierra lo de que las encuestas de salida son la neta.
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