viernes, mayo 18, 2012

El fantasma de Salinas recorre México : Jorge Canto Alcocer


El fantasma de Salinas recorre México
Por Jorge Canto Alcocer

Atrás van quedando las formas diplomáticas, las sonrisas falsas, el copete bien peinado y el cariz de galán de Televisa; poco a poco vamos reconociendo, cada vez con mayor claridad, las viejas formas del autoritarismo, la cerrazón, la intolerancia y, finalmente, la brutalidad. Así, desde el descalabro de la Ibero, la campaña de Peña Nieto va de mal en peor, lo que incluso ya se está reflejando claramente en las encuestas “copeteadas” y, con mucha mayor luz, en los sondeos independientes.
Conforme las cosas se van complicando en el terreno de los hechos, el “nuevo PRI” se va difuminando, y los modos tradicionales de hacer política toman de nuevo carta de naturalización en la campaña del de Atlacomulco. Junto con la creciente y vergonzosa compra de votos –detectada desde el principio-, en las últimas semanas hemos visto la guerra de declaraciones, las absurdas y absolutistas descalificaciones de los adversarios, el fraude descarado en las manifestaciones de las redes sociales y, finalmente, las agresiones físicas contra manifestantes pacíficos.
Los hechos nos recuerdan cada vez más a la campaña de 1988, cuando Salinas de Gortari inició la contienda prácticamente como candidato único, llevando a los demás como meras comparsas. Los dirigentes del entonces partido “invencible” competían entre sí para ofrecer la mayor cantidad de votos a su nuevo “tlatoani”: que si el “voto verde” aportará diez millones de votos; que sí la CTM aportará otros ocho millones; que si las organizaciones populares se retratarán con cinco millones…, y así la danza de los millones de sufragios subía de tono día con día, con una alegría y un desparpajo que asemejaban un carnaval.

De pronto, sin embargo, el verdadero rostro de México empezó a figurar: En notas perdidas de algunos periódicos independientes nos enterábamos de protestas en algún sitio, de escisiones del “partido único” en otros, de grandes concentraciones de los opositores. Poco a poco aquel alud comenzó a crecer a la vista de todos, menos, por supuesto, de los panegiristas, de los gacetilleros y de los propios dirigentes del PRI-gobierno.
Fue mi primer compromiso electoral, y recuerdo como si ayer fuera las protestas de jóvenes yucatecos contra el “colís”, las nutridas concentraciones a favor de Cuauhtémoc y de Clouthier, las enfervorizadas pláticas con algunos compañeros de mi edad y de militancia izquierdista, sobre todo después de la emotiva declinación de Heberto Castillo a favor del candidato del Frente Democrático Nacional en las postrimerías de aquella heroica campaña.
El despeñadero de Peña va siguiendo una ruta similar. Desencuentros en las universidades, tropiezos en los medios no controlados, protestas populares a diestra y siniestra, denuncias de presiones y compra de votos. En las redes, la fraudulenta presencia de “twitteros” y “facebookeros” fantasmas se va haciendo cada vez más frecuente, así como inoperante, pues por cada twitter y comentario falso, la ciudadanía, y sobre todo los jóvenes, crean mil.
Todos sabemos el final de la historia de 1988: México votó a favor del cambio, a favor del Cuauhtémoc Cárdenas, pero el gobierno de Miguel de la Madrid, los medios de comunicación de la oligarquía y la aceitada maquinaria priísta se robaron con descaro el voto e impusieron a Salinas de Gortari en la presidencia. El pueblo votó, pero su lucha fue tímida y mal dirigida, y la soberanía popular fue violentada.
En 2012 tenemos muchos más medios independientes, el movimiento popular posee una estructura y una organización, y la maquinaría priísta, aunque formidable aún, no tiene tanto margen de maniobra como hace 24 años. Con todo, la transformación de México requiere la participación activa, valiente y decidida de cada ciudadano. La lucha aún es larga y compleja, pero la victoria popular está cada vez más cerca. ¡No podemos permitir otro 1988!


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