domingo, marzo 06, 2011

Julio Pimentel Ramírez : “Rápido y furioso”: patio trasero

“Rápido y furioso”: patio trasero
Julio Pimentel Ramírez


Mientras Felipe Calderón acude a Washington, obedeciendo al llamado del presidente del imperio del Norte, a una reunión en la que el lenguaje diplomático de elogios mutuos ocultó la desequilibrada relación bilateral en la que Estados Unidos impone decisiones sobre las cuestiones fundamentales para ambas naciones, en México la administración federal panista, con la venia de la cúpula del PRI, anuncia la entrega de los llamados “contratos incentivados” mediante los cuales prosigue la privatización de Petróleos Mexicanos.
El gobierno calderonista, de origen ilegítimo y esencia neoliberal, cede soberanía en todos los ámbitos del quehacer económico, político y social pues así como se somete a las directrices del Departamento de Estado en materia de narcotráfico, sigue la línea trazada por los organismos financieros del gran capital transnacional en lo que se refiere a aspectos fundamentales y estratégicos en energéticos, petróleo y energía eléctrica particularmente.
Para no enredarse en la maraña de declaraciones en torno al narcotráfico y fenómenos que lo acompañan, como el tráfico de armas y el flujo de dinero ilegal, es preciso no perder de vista que además de ser un multimillonario negocio transnacional de larga trayectoria, es un instrumento “geopolítico” utilizado por las potencias imperiales para someter naciones y apoderarse de sus recursos económicos, además de eliminar a grupos políticos y sociales que dificulten su control.
Los ejemplos son varios, desde la llamada “guerra del opio” emprendida por el imperio británico contra China en el siglo XIX, el respaldo estadounidense a la mafia italiana al fin de la Segunda Guerra Mundial, el tráfico de amapola en Afganistán por tropas yanquis, el caso Irán-contras (se canjeaba droga por armas para combatir a la Revolución Sandinista), el Plan Colombia que después de años de guerra y sufrimiento no disminuye el problema del narco, por mencionar algunos de ellos.
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En el caso de nuestro país, el llamado Plan Mérida es solamente la fachada de una estrategia de injerencia exponencial en nuestros asuntos internos vinculados con la seguridad pública, que se entrelaza con asuntos de seguridad nacional. El caso de la muerte del agente estadounidense en una carretera de San Luis Potosí, está pletórico de preguntas sin responder, manipulaciones y mentiras que algún día serán expuestos en un cable filtrado al estilo del actual Wikileaks.
Para muestra del trato de “patio trasero” que la Casa Blanca, el Pentágono y sus órganos de inteligencia brindan a México, lo tenemos en el último escándalo hecho público: un fracasado operativo llamado “Rápido y Furioso” que incluía la introducción de armas a México sin informar, menos consultar a sus contrapartes mexicanos. ¿O lo aceptó señor Calderón?
Se reveló que autoridades de Estados Unidos permitieron que miles de armas adquiridas por contrabandistas llegaran a México, como parte de una operación para ubicar a la cadena completa del trasiego hasta los cárteles de la droga en el país. La meta era asegurar las armas antes de cruzar la frontera, pero la operación falló y los armamentos llegaron a su destino.
Un agente de la Oficina para el Control de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF), John Dodson, aceptó que la agencia dejaba pasar intencionalmente las armas a territorio mexicano, durante la implementación del plan denominado “Rápido y Furioso”, con el fin de seguirlas hasta los capos de la droga. Pero la ATF perdió el rastro de miles de armas que ya han sido ligadas a crímenes, incluyendo el asesinato de un agente de la patrulla fronteriza el pasado diciembre.
Unas mil 765 armas fueron vendidas a presuntos contrabandistas en un lapso de 15 meses, de las cuales sólo 797 fueron recuperadas, incluyendo 195 que fueron ligadas a crímenes en suelo mexicano.
La ATP debería ser culpada por parte del incremento de violencia en México, pues hay una correlación de la escalada de violencia y la compra de armamento. Dodson confirmó que durante ese fallido operativo, no se logró la captura de ningún miembro importante de los cárteles de la droga. Lo peor es que miles de armas aún están perdidas y siguen cobrando víctimas en ambos lados de la frontera. ¿Dónde está la valentía calderonista para defender la soberanía nacional

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