martes, marzo 29, 2011

Federico Arreola : Encinas y Eruviel: la necesaria comparación

Encinas y Eruviel: la necesaria comparación
Federico Arreola
2011-03-28


Eruviel Ávila, chantajeó a Enrique Peña Nieto y al PRI con la amenaza de irse al PAN-PRD si no le daban la candidatura priista a gobernador del Estado de México. Si no lo favorecían, se iba a otro (¡a otros dos!) partidos. Así de sólidos son sus principios.

Alejandro Encinas, a quien se le ha puesto la mesa varias veces para que se sirva el platillo, tentador para cualquier político ambicioso, de la alianza PAN-PRD, por lealtad a sus convicciones ha rechazado ir con un partido en cuya ideología no cree. Así de sólidos son sus principios.

Eruviel Ávila tiene en Carlos Salinas de Gortari y Elba Esther Gordillo a sus principales apoyos políticos. Es decir, es un niño mimado de la mafia del poder.

Alejandro Encinas, hombre de izquierda toda la vida, siempre ha luchado contra los políticos enriquecidos como Salinas y Elba Esther que tanto daño he han hecho a México.

Eruviel Ávila no ha hecho nada medianamente relevante en su carrera. Lo más que ha logrado es ser alcalde, dos veces, de Ecatepec.


Alejandro Encinas no solo fue un gran jefe de gobierno del Distrito Federal, sino que tiene una trayectoria absolutamente envidiable en la que ha habido cargos públicos, actividades intelectuales y episodios de gran trascendencia para la lucha democrática en México.

Eruviel Ávila trabaja no solo para ganar la gubernatura del Estado de México, sino para hacer posible en las presidenciales de 2012 la victoria de Enrique Peña Nieto, el candidato de la mafia de la política.

Alejandro Encinas busca ser gobernador, sí, pero solo en la medida en que llegar a ese cargo sirva para alcanzar, en 2012, el cambio verdadero y profundo que México necesita. Y apoya, sí, al candidato que la mafia del poder combate, Andrés Manuel López Obrador.

Por ahí andan analizando los gustos musicales, cinematográficos y literarios de Eruviel Ávila, y este no pasa la prueba de la cultura mínima.

Alejandro Encinas, en cambio, es un hombre culto, sensible, comprometido con el arte.

Son muy diferentes, sí. Uno representa la luz de la esperanza de que es posible cambiar todo lo que está mal en México. El otro ni siquiera es más de lo mismo, sino más de lo peor.

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