Eric Villanueva Mukul : LAS REFORMAS: UNA VUELTA MAS DE TUERCA NEOLIBERAL

LAS REFORMAS: UNA VUELTA MAS DE TUERCA NEOLIBERAL
Eric Villanueva Mukul

Las iniciativas de reforma fiscal y hacendaria del PRI, no rebasan los marcos neoliberales, tienen un tufo electoral, pretende llamar la atención a los poderosos y de paso evitar las alianzas en el Estado de México.
Por fin, después de tanta expectativa, fueron presentadas las iniciativas de reforma hacendaria y laboral del PRI. La primera en el Senado a cargo de Manlio Fabio Beltrones y la segunda en la Cámara de Diputados, por Francisco Rojas.
Ambas propuestas no se salen de los parámetros de las políticas públicas neoliberales que en los últimos 30 años, las administraciones del PRI y del PAN, han venido aplicando, cada una presentada como la verdadera solución a los problemas del desarrollo del país. Y cada una ha venido a complicar más la situación, aunque cada administración ha dicho que, sin importar lo que esté pasando, estamos mejor o que estaremos mejor.
Estas iniciativas no son la excepción. Ambas tienen una larga exposición de motivos con una gran carga demagógica, pues en ambas se intenta darle fundamento en una preocupación social, pero al final acaban proponiendo una vuelta más a la tuerca neoliberal que es precisamente la que ha provocado los múltiples problemas estructurales que vive hoy la economía y la sociedad mexicana.

En la reforma hacendaria, señalan que el país tiene problemas gravísimos como la polarización social y económica, la pobreza de más del 50% de la población, los bajos niveles del ingreso per cápita, la baja captación de los ingresos fiscales, los problemas educativos, el problema de las pensiones y la atención de los servicios de salud, entre otros. Estando de acuerdo en que dichos problemas son reales, el PRI parece olvidarse que esos problemas no aparecieron ayer y que son tambien responsabilidad de sus administraciones. Pero lo peor es que, no encontramos en la propuesta un factor directamente tendiente a resolver dichos problemas.
Para empezar, la reforma hacendaria entraría en vigor hasta el 2013, lo que significa que no tendría efectos inmediatos. La disminución del impuesto sobre la renta del 30 al 25, lo fundamentan en un argumento típicamente neoliberal, sobre la necesidad de incentivar la inversión aligerando la carga fiscal de las empresas, para promover la inversión y la generación de empleos. Un argumento desgastado que se lo hemos escuchado a todos los secretarios de Hacienda y a todas las iniciativas de las ultimas 5 administraciones. De verdad piensan que las 400 corporaciones que dominan la economía mexicana, requieren ese incentivo para invertir; o que los 11 integrantes de la lista Forbes lo necesitan.
El 87%, de las empresas mexicanas, son micro, pequeñas y medianas empresas, que lo que requieren, son condiciones favorables para su desarrollo. Eso significa un cambio en las condiciones en donde se deje de privilegiar a ese puñado de grandes empresas y se oriente hacia el mercado interno, incrementando la demanda interna, fomentando la inversión, inyectando recursos a la economía y no sólo controlando la paridad cambiaria y la inflación, ahogando con eso, por la falta de liquidez, a la mayoría de la economía y haciendo realmente difícil la existencia a la inmensidad de los mexicanos.
En cuanto a la disminución del 16 al 13% del IVA, nuevamente será el sector de más altos ingresos los que se beneficien, pues mediante el engorroso proceso de pagar primero y luego recuperar, son muchas, empresas y personas físicas, que no podrán recuperar, precisamente por su condición económica y social. Además, circunscribir la tasa cero a la canasta básica, significa intentar aumentar la recaudación vía el IVA, en detrimento del impuesto a la renta. Si, ese es otro de los paradigmas neoliberales.
Pero no se dice nada sobre la urgencia de suprimir los regímenes especiales, que precisamente benefician a esas 400 corporaciones, que permiten la elusión de cientos de miles de millones de pesos. Hasta 500 mil millones, calculan algunos.
En el fondo, de lo que se trata es de darle una vuelta más a la tuerca neoliberal, beneficiando al sector de los altos ingresos y apretándole al sector medio y de bajos ingresos, polarizando de paso aun más la sociedad mexicana y haciendo más difícil el desarrollo de la economía mexicana.
La reforma laboral no canta mal las rancheras. Aunque no es todo lo que el sector empresarial ha pedido, tambien va en el sentido de liberar la contratación de la fuerza de trabajo y aligerar de la responsabilidad patronal a los empresarios para cargárselas a los trabajadores, desequilibrando aun más los factores de la producción.
Les traiciona el subconsciente porque llegan a señalar que esta iniciativa está directamente vinculada a la competitividad y la promoción de la inversión, Es decir, vinculan al empleo y al costo de la mano de obra, como uno de los factores directos de la competitividad, que ha sido otro de los argumentos neoliberales de los últimos 30 años, que ha llevado a la disminución severa de la participación de los trabajadores en la distribución del ingreso nacional, la disminución del mercado y la demanda interna, a la existencia de cerca del 50% de pobres de este país y a crear el fermento social para la violencia y el crimen organizado que hoy padecemos.
Cierto es que, en el caso de los trabajadores domésticos y de los jornaleros agrícolas, son necesarias algunas de las medidas mencionadas en la propuesta, pero en este caso son utilizadas de manera demagógica, porque no se va a profundidad y son usadas como señuelo, para establecer nuevas condiciones en la contratación de personal para las empresas.
En efecto, de eso se trata la contratación de personal a prueba hasta por 6 meses, lo que abre un espacio para la contratación temporal de trabajadores, sin ninguna responsabilidad para el patrón.
Pero lo que realmente es un total despropósito, es señalar que los juicios prolongados hacen quebrar muchas empresas y lo presentan como una acción de los trabajadores y sus abogados, cuando todos saben que los juicios largos son un instrumento para presionar a los trabajadores a rendirse y que no son su responsabilidad. Limitando a sólo un año la posibilidad de pagar los salarios caídos, independientemente de cuánto dure el litigio, nuevamente es quitarle responsabilidad al patrón.
Por eso las cúpulas empresariales han salido a alabar la propuesta. El mismo Javier Lozano, el más anti laboral de los secretarios del Trabajo, ha salido a aplaudirla. Sí, ese, el responsable del conflicto minero, de Pasta de Conchos, de Lázaro Cárdenas, de Luz y Fuerza del Centro y el SME, de Mexicana de Aviación y de otras lindezas. El propio Calderón, las valoró inmediatamente y llamó a aprobarlas
Por eso señalamos que lejos de resolver los problemas que supuestamente se pretende combatir, se están aplicando las mismas fórmulas y sólo se contribuirá a agudizar aún más los problemas que ya sufrimos.
En el mediano y en el largo plazo, ni a los empresarios les van a servir estas propuestas, porque las recomendaciones de las políticas económicas que deben aplicarse, van en el sentido de evitar la polarización social y del ingreso, ampliar la demanda y el mercado interno, fortalecer la inversión, la educación, la ciencia y la tecnología, la salud y las pensiones, como un medio para lograr niveles altos de crecimiento y generación de empleos, Nada que ver con sus propuestas.
Más allá de los argumentos esgrimidos, las propuestas tienen un profundo tufo electoral, que tienen por objetivo llamar la atención de los grupos poderosos del país, tratar de evitar las alianzas en el Estado de México y, en el caso de Beltrones, disputarle la candidatura a Peña Nieto. Por eso, una fue presentada en la Cámara de Diputados y la otra en el Senado. Beltrones no podía llevarse todos los reflectores. El mensaje del PRI y sus propuestas a los grupos poderosos podrían resumirse de esta manera “Véannos, somos mejores y más útiles, podemos cuidarles sus intereses más eficientemente que el PAN o cualquier otro. Apóyennos”.
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