Cuando el río suena...
Virginia González Melgarejo
Virginia González Melgarejo
Las reflexiones expuestas por Fidel Castro en un largo artículo titulado “El gigante de las siete leguas”, publicado la semana pasada, le ha dado la vuelta al mundo de habla hispana. Los principales diarios en diversos países dieron cuenta de lo expresado por el comandante Castro desde La Habana, tras haber leído el más reciente libro de Andrés Manuel López Obrador La mafia que se adueño de México... y el 2012.
Ambos textos, el de Fidel y el de Andrés Manuel, si aún no los ha leído, apreciable lector, debiera hacerlo; los dos resultan indispensables.
Como era de esperarse, la reacción del gobierno espurio no tardo en darse, y es lógico, pues si hay algo que debe enfurecer a Felipe Calderón es, precisamente, que se le recuerde que llegó a la presidencia de la República “haiga sido como haiga sido”, situación que no le ha dado, ni ha podido darle, legitimidad alguna a su gobierno fallido.
Al reclamar a Cuba elecciones libres y democráticas, la canciller Patricia Espinoza debió haberse mordido la lengua, y nomás faltó que le sacara ésta al Comandante. Pero en su documento de reclamo a Fidel, en ningún momento señala que lo expresado por el Comandante fuera mentira.
De todos es sabida la depredación que de los recursos naturales y bienes públicos han hecho en el país los llamados gobiernos neoliberales como señala Castro; el capitulo de Carlos Ahumada es muy bien conocido en la isla y dibuja la burda forma en que se fraguó cerrarle el paso a quién millones de mexicanos reconocemos como el presidente legítimo, así como la entrega de los bienes nacionales a un puñado de hombres, que en el libro se reconocen con nombre y apellido.
Gran verdad expone Fidel al afirmar que, cuando se derrumbe el sistema neoliberal en México, Andrés Manuel López Obrador, será la persona de mayor autoridad moral y política de México para dirigir el proyecto alternativo de nación y, concluye diciendo el Comandante: “hoy me honro en compartir los puntos de vista de Manuel López Obrador, y no albergo la menor duda de que mucho más pronto de lo que él imagina, todo cambiará en México”.
La revolución de las conciencias ha iniciado y, sin duda alguna, el comandante Castro tiene toda la razón, hoy somos millones los que desde abajo luchamos día a día junto a López Obrador para lograr la transformación pacífica de este país que merece un mejor destino que el que le han labrado los neoconservadores que aún suspiran por la restauración del Porfiriato.
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