Félix Fuentes : Otro político asesinado; Calderón se desmarca. ¿Qué pueden hacer los alcaldes?

En la Línea 

 Félix Fuentes
Otro político asesinado; Calderón se desmarca. ¿Qué pueden hacer los alcaldes?

El levantón y asesinato del alcalde panista de Santiago, Nuevo León, Edelmiro Cavazos, comprueba que al hampa la tienen sin cuidado advertencias oficiales y Calderón no está informado de la realidad nacional, según el sacerdote Arturo Farela.

Cavazos fue encontrado con los ojos vendados y maniatado, con la marca del narcotráfico. Fue plagiado en su domicilio por un comando que tripulaba siete camionetas, a las 0:00 horas del lunes pasado.

El homicidio del edil de 38 años de edad sacudió a la República, en particular a la población neolonesa, que ya no soporta la brutalidad impuesta por mafias. Es noticia de impacto mundial, similar a la del candidato a gobernador priísta por Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, muerto a días de ser elegido.

Como acostumbra, Felipe Calderón expresó sus “profundas condolencias” a la familia del victimado y continuó su interminable discurso de condenas a los “cobardes asesinatos”. Pero cada día se acerca Calderón al reclamo masivo de la nación.

Rodeado de gobernadores y diputados panistas, Calderón afirmó que contra el crimen organizado ninguna autoridad debe lavarse las manos. Afirmó que “esta no es la lucha de Felipe Calderón”, y que si hubiese actuado la mitad de los más de 450 mil policías de los estados, el problema ya habría terminado.

Es claro que Calderón carece de información sobre la situación del país y de los peligros que representa la delincuencia. Además de matar a políticos, militares, marinos, policías y civiles, el hampa impone leyes de terror y extorsiones, amén de exhibir cadáveres colgados, decapitados, descuartizados, etcétera.

Constantemente nos enteramos de crímenes dantescos o extorsiones, como pagos en Ciudad Juárez por 100 ministros de la Iglesia evangélica, bajo amenaza de balacear a feligreses en las misas.

Hoy sabemos que los delincuentes ultiman a periodistas porque mencionan en notas de radio y prensa escrita actos del narcotráfico, o porque recomiendan a jóvenes no consumir drogas.

Leemos periódicos de Tamaulipas que dan cuenta del repliegue de soldados. Prefieren permanecer en sus cuarteles o llegar tarde a los lugares donde suceden asaltos y balaceras.

Eso mismo se vio en el municipio de Santiago. Nadie se avocó a la búsqueda del alcalde Edelmiro Cavazos, pero cuando fue descubierto su cadáver en la carretera que conduce a la cascada Cola de Caballo, hubo intensa movilización de policías y militares. El aparato de siempre y los homicidas a larga distancia, festejando sus “hazañas”.

Calderón inició la “guerra” sin consultar a nadie, ni al Congreso de la Unión, y se vistió de soldado con uniforme de campaña. A sus congéneres de Acción Nacional dijo que “esta no es la lucha de Felipe Calderón... no es sólo mi tema... cualquiera que haya rendido juramento constitucional es su tema”.

Hoy quiere Calderón que gobernadores, alcaldes, agentes del Ministerio Público y policías de los distintos niveles participen en “su” guerra. En la reunión con los blanquiazules pudo preguntar Calderón quién de ellos, en particular los gobernadores, es capaz de enfrentar a los cárteles con cuantos policías tengan a sus órdenes. Nadie habría levantado la mano.

Si algunos batallones de soldados se repliegan, ¿por qué quiere Calderón que los alcaldes enfrenten a la delincuencia? ¿Ignora que correrían la misma suerte de Edelmiro Cavazos?