lunes, mayo 14, 2012

Lo que pasa en México no es por mala suerte, sino por mal gobierno: AMLO






Lo que pasa en México no es por mala suerte, sino por mal gobierno: AMLO


Poza Rica, Veracruz
13 de mayo del 2012.

Ante unos cinco mil simpatizantes reunidos en el centro cívico de esta ciudad, el candidato de la coalición Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, le apostó a las asambleas informativas frente a la estrategia de las televisoras de imponer a Enrique Peña Nieto.
“Vengo a informarles del movimiento”.
Con esta frase arrancó su discurso en la plaza pública pozarriquense al decir que está viajando por todo el país a ras del suelo y no en aviones, para informar a la gente del momento de crisis que vive el país y de la necesidad de un cambio.
Hoy López Obrador recorrió más de 800 kilómetros por las huastecas tamaulipeca, veracruzana e hidalguense difundiendo su mensaje: “¿Queremos más de lo mismo o un cambio verdadero?”.
Seguido por una veintena de reporteros, fotógrafos y camarógrafos, López Obrador visitó las plazas de Tampico, Huejutla y Poza Rica en Veracruz, La Ceiba y Huauchinango en Puebla, donde conminó a la gente a tener fe y confianza de que ganará la elección el 1 de julio y se dará un “renacimiento de la nación”.
“Esto que está sucediendo no es por mala suerte o porque Dios lo quiso, sino por un mal gobierno”, dijo al llegar a Poza Rica lanzando un discurso que a veces parecía una prédica.
Campesinos, indígenas, trabajadores y comerciantes con banderas del PRD, PT y Movimiento Ciudadano escucharon al tabasqueño decir que no busca venganza sino justicia.
Como un predicador del cambio, López Obrador repitió en todas las plazas el “abc” de lo que –afirmó–, es la clave de su propuesta de gobierno: acabar con la corrupción, gobernar con honestidad y repartir con justicia el presupuesto de 3 billones 700 millones de pesos.

“No migajas para el pueblo, ahora quieren repartir dinero”, dijo al denunciar que los otros partidos ven a la gente como una mercancía que quieren comprar con maletas de dinero.
En medio de aplausos, repitió su mensaje de establecer la cultura de la honestidad y no aceptar la máxima de que “el que no transa no avanza” o que “el PRI roba pero sabe gobernar”.
Con una táctica jesuita de reforzar el mensaje con historias, contó que un indígena veracruzano encontró una cartera en el aeropuerto y luego de anunciar a las autoridades que la había encontrado, resultó ser de un migrante que se había ido a Estados Unidos, y hasta allá fue a entregarla.
“Esa honestidad de los indígenas es lo que hay que poner en el gobierno”, señaló al afirmar que al llegar a la Presidencia impondría esta práctica que aún existe en las familias mexicanas.
Animado por los gritos de “¡presidente, presidente!”, López Obrador anunció que se impulsaría el cambio verdadero en todo el país  y ya como presidente electo regresaría a todas las comunidades para impulsar juntos programas de desarrollo.
Describió un país reforestado con árboles maderables que produzcan en toda la zona huasteca, con campesinos, pequeños y medianos empresarios produciendo, estudiantes con becas y pensiones para ancianos, mujeres embarazadas y la gente con capacidades diferentes.
“A eso me he dedicado toda mi vida, a ayudar a la gente pobre”, manifestó al recordar que después de estudiar en la UNAM y vivir en una casa de estudiantes de la Ciudad de México, regresó a Tabasco como director del Instituto Nacional Indigenista a trabajar con los indígenas.
Con el ejemplo de lo que hizo en la Ciudad de México, aseguró que combatiría la crisis de seguridad con empleo, educación y bienestar social.
“El mal no se puede combatir con más violencia (…) Nadie va a padecer de hambre en este país (…)”, prometió.
Tras criticar otra vez el apoyo de las televisoras al priista Enrique Peña Nieto, el candidato de la izquierda comparó a los periodistas con los soldados, que trabajan en el ejército para ayudar a la gente pero que reciben otras órdenes de sus jefes.
“Los periodistas que nos acompañan nos apoyan a nosotros. Un aplauso”, pidió López Obrador a los asistentes tras aclarar que son los dueños de estos medios quienes están en su contra.
El líder social les habló de Elba Esther Gordillo y prendió el ánimo al asegurar que ya no manejará más la educación como ahora en el gobierno de Felipe Calderón.
Y a los maestros les recomendó decir una “mentira piadosa”: asistir a la reunión a la que los están convocando el próximo 15 en Misantla, Veracruz, aplaudirle a Peña Nieto y decir que lo apoyan para que no haya represalias en su contra.
“Esto no es un pecado, es una pequeña mentira. Pero el 1 de julio hay que darles su verdadero aplauso, porque el voto es libre”, les propuso en medio de aplausos.
Ya al final del acto les delineó un camino nuevo, un gobierno verdadero, un país sereno para los que vienen, que empezará el día de la elección.
Esa misma propuesta la hizo en la comunidad Villa Ávila Camacho antes la Ceiba, en el estado de Puebla, rumbo a Huauchinango.
Ahí, en acto no previsto en su agenda, ante un millar de simpatizantes reunidos en el mercado les pidió confianza, les habló de su origen pobre, de su pueblo en Tabasco, de su peregrinar de 35 años como funcionario público.
Siempre del lado de los pobres a los que nunca va a traicionar, prometió.
Al cerrar su larga gira por Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo y Puebla, cerca de cinco mil personas esperaron a Andrés Manuel López Obrador en la plaza de Huauchinango, donde hizo su compromiso de impulsar los programas de desarrollo y reconciliación nacional.
En el mitin realizado a las 22:00 horas en esta ciudad poblana, no obstante que todo el día habló con sus seguidores, lanzó una advertencia con voz potente que reverberó en toda la plaza:
“Si gana Peña Nieto el país se iría al desastre”, por eso convocó a sus seguidores a convencer a otros para que voten y decirles “que el voto es la única arma para vencer al mal gobierno”.
Insistió en su petición  de que formen una estructura nacional de vigilancia de las casillas.

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