Los de entonces, no somos los mismos
La defensa a ultranza de Wal-Mart hecha
por Luis Téllez
Ortiz Tejeda
Me la esperaba, pero no tan tupida. La
regañada fue demasiado severa pese a que, aclaro, jamás pretendí una
trasnochada defensa del joven Juan Pablo Castro. Intenté, si acaso, la
explicación de un comportamiento que lo muestra más víctima que culpable.
Juan Pablo no surgió de
generación espontánea: tiene padres, espero que también abuelos, o sea, raíces.
Es producto, resultado. Sabemos que el sistema de creencias y valores de cada
persona se conforma desde los momentos iniciales de la vida: padres, hermanos
y, por supuesto, la escuela y los grupos sociales de los que forma parte la
familia toda, van conformando su escala valorativa.
Juan Pablo, como los
miles de adolescentes inscritos en las escuelas confesionales ubicadas en el
pleistoceno intelectual, estudian apologética, el catecismo de Ripalda o G.M.
Bruño, Historia Sagrada y lo que llaman Moral pero, para el pensamiento
científico, y aún para el cristianismo de a de veras, están forrados de teflón.
Son generaciones y generaciones de chavos reprimidos y por lo mismo irascibles,
irracionales y caldo de cultivo para toda clase de hogueras del fanatismo.
Recuérdese que en Estados Unidos casi no hay asesino serial o crimen de carácter
sexual, cuyo responsable no sea un lector compulsivo de la Biblia.
Ya acabé para siempre
con este tema: basta de injustas reprimendas. Si acaso subrepticiamente
deslizaré (sigue de necio Ortiz): no hay que contestar intolerancia con
intolerancia ¿Han pensado en los días Y LAS NOCHES de todos los Juan Pablos,
cuando ni el agua bendita ni las más efectivas jaculatorias pueden dominar la
impetuosa libido de un veinteañero? ¿Cuándo las poluciones nocturnas son
insignificantes placebos para las urgencias de la edad? Sus exabruptos tienen
una sola e irrebatible razón: están viviendo contra natura. La de Juanito fue
una evidente reacción orgásmica, que lo dejó más tranquilo que una semana de
ejercicios espirituales con los jesuitas. Contra este problema no hay más cura
que la edad: hace años, los hermanos lasallistas me recomendaban que, al
segundo de pasar del estado onírico al de vigilia, de inmediato debía saltar de
la cama, antes que la lujuria hiciera presa de mí y me obligara a pecar
irremisiblemente. El sábado pasado duré horas en mi cama invitando, convocando,
provocando, retando a la lujuria y me hizo el mismo caso que una llamada de
urgencia al 066.
Premios, premios, me
exigen. Hoy propongo dos. Al primero lo podemos llamar: Al carajo la Omertá, es
decir, la Ley del silencio de la Cosa Nostra, el código de honor de la mafia
siciliana. En muchos años ni la DEA, la FBI o la CIA han logrado que alguien se
arriesgue a romper este juramento: la vida le va en juego. Solamente ciudadanos
de un valor de excepción se han atrevido a arriesgarlo todo por dar a conocer
la verdad. Propuesta: Don Luis Téllez, presidente de la BMV. Su audacia sin
límites se remonta a 2009, cuando, enfrentándose a una opinión pública nacional
que, de manera singularmente unánime y sin fisuras, consideraba a los hermanos
Salinas de Gortari la rencarnación de los probos, austeros, incorruptibles
Varones de la Reforma, se atrevió a romper la Omertá y reveló que éstos habían
privatizado la multimillonaria partida secreta de la Presidencia. Por supuesto
nadie le creyó. Téllez, por su parte, alegó que como era secretario de
Comunicaciones se sentía obligado a comunicarlo todo. Otros opinaron que abrir
la caja de Pandora era, para él, su única forma de Purificación.
Cuando a Don Luis se le
dio su segunda oportunidad, se le obligó a asumir uno de los votos esenciales
de la orden Cartuja: el silencio. Reconozcamos que lo cumplió como dos años,
pero finalmente su vocación por la verdad lo ha enfrentado Solo contra el
mundo (película australiana de los 80 y canción de JHT, rapero
colombiano). Veamos una apreciación dialéctica de su opinión.
A finales de abril, The
New York Times, uno de los periódicos más importantes del mundo, publicó la
confesión de Sergio Cicero Zapata, ex abogado de bienes raíces de WM, donde
daba a conocer que el gran desarrollo de la empresa en nuestro país se debía a
los 24 millones de dólares gastados, perdón, invertidos en sobornos a diversos
funcionarios mexicanos, para conseguir toda clase de ilícitas autorizaciones.
Antes que la empresa reaccionara, ya le había surgido un abogado defensor pro
bono (es decir, ¡honorífico!), quien declaró: WM es una gran empresa muy
apreciada por el público inversionista mexicano (faltaba más que los
inversionistas se quejaran de quien les ha dado a ganar, de 2001 a la 2011, 156
mil 635 millones. El costo anual total de las tarjetas de crédito expedidas por
el banco WM (autorización concedida por el inimputable Vicente Fox), es el más
elevado de todos los bancos, la mayoría extranjeros, que operan en México:
55.4%). Es la empresa que más ha crecido en los últimos años (operan
en la actualidad más de 240 tiendas en el territorio, pese a que acciones de la
sociedad civil han detenido la apertura de 31, por flagrantes violaciones a
diversas leyes: en Chetumal afectó 30 hectáreas de semiselva y en Ciudad del
Carmen logró el cambio de uso del suelo de terrenos federales). Es la
empresa privada que más empleo da en nuestro país (la Junta Local de
Conciliación y Arbitraje informa que WM ocupa el primer lugar en demandas
laborales y que sólo registra a seis de cada 10 empleados en el Seguro Social). Es
una gran empresa que sin lugar a dudas ha generado riqueza en el sentido amplio
de la palabra en términos de empleo, de ingresos para sus trabajadores (la
expansión de WM ha sido un verdadero tsunami para los
tendajos, las tienditas de la esquina y las cocinas económicas, y ha provocado
el cierre de 400 changarros semanales y destruido tantos
empleos como los que se ufana de haber creado. WM exprime a proveedores y
productores. Ha hecho confeti el artículo 123 constitucional y la Ley Federal
del Trabajo: salarios, jornadas laborales, libertad de asociación sindical,
prestaciones (los cerillos firman contratos con obligaciones, pero sin
derechos), hasta los uniformes corren por su cuenta y cubren jornadas de 10
horas en lugar de seis. Son permanentemente acusados de robo o maltrato de
mercancías que se les descuentan de sus exiguos salarios. Eso sí, se les
denomina pomposamente voluntarios o asociados de tienda. No fue fácil discernir
sobre el premio: el secretario de Hacienda y la procuradora pujaron fuerte. Él
afirmó no tener suficientes elementos para proceder, y ella hizo dos
comentarios que la describen: no se si podamos intervenir de oficio o debemos
esperar denuncias. Ignoramos si (los asuntos denunciados) son competencia
nuestra. ¡Vaya competencia profesional de la señora procuradora!
La sala regional del
Trife con sede en Guadalajara confirmó la candidatura panista al Senado de Javier
Corral. Nunca tuve duda del resultado. Además de la pruebas y testimonios
contundentes, la presencia del magistrado Jacinto Silva era garantía de un
fallo apegado a estricto derecho (los genes cuentan). Lo siento por la cúpula
panista y sus asociados de canal.
La exagerada reacción
ante la demostración palpable de que un 38-D no es resultado exclusivo de la
imaginación de Rubens o de Botero, se debió a que la talla del debate fue AAA. Chucho Tapia
es un productor conocedor y responsable. Si él y doña Juliaubérria tienen
contratos, deben respetárseles.
Me preguntó un joven de
mi afecto: ¿Por qué López Obrador la trae contra Santana? (en su casa todos son
pejistas, aclaro). Santana –agregó– es considerado el quinceavo guitarrista de
todos los tiempos, ha ganado chorros de premios Grammy y tira una rolas muy
chidas. ¿Desubicación? ¡Por supuesto! ¿De quién?
En la política hay que
ser muy cuidadosos para detectar a los infiltrados, a los provocadores; son
peligrosísimos. Lo son más, sin embargo, los lambiscones y los amigos pendejos.
Es imprescindible que los dirigentes a los que competa investiguen a qué
categoría pertenecen los responsables de la manta exhibida en una ventana del
hotel Majestic, la noche del maravilloso concierto del joven Paul McCartney.
Próxima entrega: Quadri,
postulado para un premio merecidísimo. El nuevo nombramiento papal a Don
Onésimo Cepeda.
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