martes, mayo 15, 2012

'¡¡¡Fuera, fuera, fuera!!!' : Guadalupe Loaeza


'¡¡¡Fuera, fuera, fuera!!!'
http://www.reforma.com/libre/online07/imggc/pix.gif
Guadalupe Loaeza  
www.reforma.com

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Por más que veo y vuelvo a ver los diversos videos en YouTube de la visita del candidato a la Presidencia por el PRI a la Ibero, no observo, entre la multitud de estudiantes que echaba fuera al candidato de la universidad, acarreados. No, no eran acarreados los que protestaban y abucheaban a Peña, ni dentro ni fuera del auditorio José Sánchez Villaseñor, donde se llevó a cabo el encuentro, eran jóvenes de clase media hartos e indignados por todo lo que representa el priista: los abusos de poder de Atenco, Carlos Salinas de Gortari, Televisa, corrupción, impunidad, Moreira, el góber precioso, Carlos Hank, el grupo Atlacomulco, Montiel, etcétera, etcétera. No hay duda que estos universitarios no leen TVNotas, ni siguen las telenovelas de La Gaviota, ni creen una sola palabra de lo que dicen los noticiarios del Duopolio.

Las universitarias de la Ibero, muchas de ellas niñas bien pensantes, no mueren por un beso de Peña, ni por una foto tomada desde su celular posando al lado del candidato, ni mucho menos creen en los slogans de su campaña; al contrario, a muchas de ellas en estos videos les escuché gritar desde el fondo de su corazón: ¡¡¡Ignorante, ponte a leer!!! ¡¡¡Telecandidato de basura!!! Las que ya no podían gritar, porque se habían quedado sin voz, sacaban sus cartulinas escritas con su plumón de punto grueso bien negro: ¡¡¡Peña, entiende, la gente pensante no te quiere!!! En los videos, resulta muy evidente que el candidato no escuchaba, no obstante muchos de estos reclamos eran lanzados a tan solo unos metros de donde se encontraba. Peña estaba demasiado nervioso como para poner atención a lo que decían centenas de chavos y chavas. El candidato del Canal de las Estrellas se veía tenso, con una mirada ennegrecida, fruncía los labios, se llevaba los dedos hacia las comisuras como para limpiarse la resequedad de la saliva, le sudaban las manos, estaba pálido, para esos momentos, su copete se veía bastante desinfladito. Respecto a su peinado, del clásico alumno de preparatoria consentido de la maestra, llama mucho la atención el contraste que hacía con los peinados de los demás jóvenes que intentaban rodearlo y que no dejaban de preguntarle a gritos: ¿¿¿Y Atenco??? Aunque ya desinflado, el peinado de Peña se veía acartonado, totalmente demodé, como si esa mañana se hubiera peinado con mucho limón, pero sobre todo, se veía sumamente provinciano.
Es curioso pero su body language es del típico priista de los setenta. El mexiquense no se ve joven, es como un señorcito, como si toda su vida la hubiera pasado en casa de sus abuelos, como si siempre hubiera estado rodeado por personas de la tercera edad. Aunque se vista de chamarra, de camisas de cuadritos o de playeras tipo "polo", el candidato se ve antiguo. Como si comprara su ropa en una de las tiendas muy tradicional de los portales de Toluca. Sus corbatas se ven rígidas. Se ven de poliéster. Más que un candidato a la Presidencia, parece como un steward de Delta o de una línea de aviación rusa.

Me llega el correo de un estudiante que estaba en la Ibero desde las ocho de la mañana: "...con la explanada repleta, comenzó el primer incidente: un grupo de estudiantes acusaron que un hombre de traje oscuro y corbata azul, integrante del equipo de Enrique Peña Nieto, ofrecía 250 pesos a cada joven para que no hiciera preguntas incómodas". "Preguntas incómodas", eso es precisamente lo que no soporta el priista. De hecho no le gustan las preguntas en general. Odia que le pregunten: ¿Cuáles han sido los tres libros que más lo han marcado en su vida? ¿Y Atenco? ¿Cuánto dinero se ha gastado en Televisa? ¿Es usted un padre responsable? Pero no nada más detesta las preguntas, lo que sucede es que tampoco las entiende, como sucedió cuando le preguntó Mario, estudiante de Humanidades, dentro del auditorio: ¿qué haría para mejorar la calidad de los indígenas, envueltos en una "anomia"? El candidato no pudo evitar poner cara de what??? por aquello de anomia. Fue allí que Mario le gritó "¿Te lo explico?", le preguntó el estudiante de "tú por tú". Las risas no se dejaron esperar. Ja-ja-ja, retumbaban contra las paredes de la Universidad Iberoamericana.

Los que también estaban nerviosísimos eran los guardaespaldas de Peña Nieto. Corrían de un lado al otro, con su respectivo chicharito, bien colocado en la oreja. Por más que trataban de resguardar las espaldas de su patrón, más corrían y gritaban detrás de él los universitarios. Muchos iban con sus celulares al aire para filmarlo mientras el candidato caminaba rápido, rápido buscando una salida en esa inmensa universidad: ¡¡¡La Ibero no te quiere!!!, continuaban gritando a todo pulmón. No faltaba el que mostrara sus cartulinas en donde se preguntaban por los feminicidios del Estado de México, otros llevaban la cara cubierta con la máscara de Salinas y algunos mostraban sus manos pintadas de rojo. De pronto, Peña quiso ir al baño. Pero las escaleras por donde pasaba estaban bloqueadas. Cruzó un pasillo largo, largo y en la prisa y con los nervios de punta, entró al baño de mujeres. Thank God, echó reversa. En un dos por tres, se metió al sanitario de los varones. Se tardó. Pasaban los minutos y él en el baño. Los miembros del Estado Mayor ya no sabían qué hacer. Las escaleras seguían llenándose de más en más de estudiantes furiosos. Afuera de la universidad, ya estaba esperando la camioneta negra Jeep Liberty del candidato. Por fin logra Peña Nieto escapar por la puerta 9. Buen número de la suerte. ¡¡¡Fuera, fuera, fuera!!!, continuaban los gritos de universitarios "fresas, pero no pendejos".

 
gloaeza@yahoo.com

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