viernes, mayo 11, 2012

En política (y más electoral) los trapos sucios se lavan en público



En política (y más electoral) los trapos sucios se lavan en público
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
Apenas han zarpado las naves mar adentro del proceso electoral, cuando los capitanes sin propuestas, salvo mutuas acusaciones tienen a los ciudadanos hartos con sus dimes y diretes. La mala suerte sigue acompañando a la marinera de buen tiempo que, cuando no se marea, la echan del comedor con las quesadillas o no funciona el sistema televisivo donde la iban a entrevistar. El capitán López Obrador va viento en popa, a punto de alcanzar al yate de Peña y parece que entre los dos se decidirá la competencia, sin que nadie haya precisado cómo resolverán el problema sangriento, imparable y angustioso de la inseguridad provocada por la insolencia de las delincuencias, y porque la estrategia de la guerra calderonista no ha dado resultados, salvo la captura de sicarios que son de inmediato sustituidos por los capos.

Empero, es importante que los ciudadanos que estén dispuestos a cumplir con su derecho-obligación de votar, haciendo de “tripas corazón”, se enteren hasta de cosas tontas en esos encuentros verbales, donde Josefina, Enrique y Andrés Manuel, entre medias verdades y mentiras, se dicen lo que saben uno de otro respecto a su honradez, eficacia, cumplimiento de sus compromisos y abusos del poder, cuando ocuparon cargos públicos. En política, los trapos sucios deben lavarse en público, a diferencia de los asuntos privados que, aconseja el refrán, han de lavarse en casa a escondidas de mirones y orejas en alerta. Con ataques al por mayor y algunos dan en el blanco y nos muestran sus actos de corrupción. Como que Peña dejó sin cumplir sus promesas, llevándose entre las patas a los notarios que dieron fe. O los más de 9 mil millones de Josefina, tirados al basurero cuando siendo titular de la SEP permitió el incumplimiento de las aulas con pantallas electrónicas.

A AMLO le echan en cara la clausura por varios meses de la principal avenida de la Ciudad de México, en complicidad con Ebrard. Sus excesos populistas. Y que un día “mandó al diablo las instituciones”. La ocupación de los pozos petroleros, en Tabasco. Y la panista no le perdona que haya llamado “chachalaca” a Fox, aunque ambos lo tildaron de “un peligro para México”. Como sea, hay que aguantar que los tres se tiren hasta con la cubeta. Y batiéndose en el cochinero, pongan un ventilador para rociarse mejor la suciedad. Algunas son mentiras para hacer valer aquello de “difama que algo queda”. Y se sacan los trapos sucios, con la mira de que los electores escojan al menos embarrado de porquería.
No importa que harten a los electores con tanta verborrea. Entre ellos se investigan para dar a la opinión pública la información que esconden. Desnudarlos políticamente, es el único método para saber lo que ignoran los ciudadanos. En cuanto las discusiones suban en calidad, sobre lo que son y lo que proponen, los jueces electorales decidirán a quienes premian para cargos de representación. Y a quien le conceden el beneficio de la duda para desempeñar la Presidencia de la República. Esto, sólo dejando que los trapos sucios se laven en público. No hay otra.
cepedaneri@prodigy.net.mx


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