lunes, mayo 21, 2012

El efecto boomerang del miedo : María Teresa Jardí

María Teresa Jardí

El efecto boomerang del miedo


No levanta la candidata del PAN ni movida por una grúa. Y es falso que Peña Nieto vaya adelante en las preferencias ciudadanas. Entre Calderón sin aceptar su yerro y sin mover ni un ápice su obsesión genocida, y la telebasura que busca imponer a Peña Nieto como uno más de los muchos productos chatarra vendibles que el duopolio anuncia sin tomar en cuenta la opinión ciudadana. AMLO va solo porque los mexicanos, a pesar de la baja en la educación, intuimos que es el único candidato que representa la posibilidad del cambio que el país a gritos demanda. Hasta los muchos que estaban convencidos de la necesidad del voto nulo o del voto en blanco, salta a la vista que se van decantado por el voto a favor de AMLO.


Basta preguntar a quién sea, de taxistas a empresarios, de marchantes a estudiantes... El pueblo mexicano ha tomado la decisión inapelable de darse a sí mismo la oportunidad de salir adelante y la única posibilidad de lograrlo es saliendo a votar por el Peje. En algunos lugares como Michoacán y como Yucatán, por razones conocidas por los involucrados. En el primer caso, debido al desastre que significó para ese lugar el paso del PRD por el gobierno estatal y en Yucatán donde el PAN con Patricio Patrón Laviada dejó curados de espanto a los yucatecos y porque Ivonne Ortega lo ha hecho bien en muchos rubros, saldrá la gente a votar por el PRI, aunque tampoco tan mayoritariamente como le gustaría al PRI por lo que toca a la contienda federal.



Priistas y panistas de antaño es obvio que también ya han tomado la decisión de votar por Andrés Manuel. Y es lógico que así sea. Sesenta o setenta mil u ochenta o cien mil impunemente ejecutados los que, además, dejan círculos familiares y sociales con deseos de cobrar venganza, a todo ser pensante espanta por igual y más cuando se pretende que siga como si de una opción de vida a largo plazo se tratara, que es lo que ofrece de manera directa la panista y por lo que toca a Peña su ausencia de credibilidad es inmensa.


Como Espartaco, de regreso y levantándose de las tumbas, los ejecutados impulsan al pueblo a imponer al único que genera esperanza de cambio por lo que toca a la inseguridad convertida en regla.


El efecto boomerang producido por el miedo. El miedo volteado contra los impulsores del miedo. Terror despierta la continuidad que la panista garantiza y el regreso a más de lo mismo que es lo que el PRI oferta. El PRI no entendió que el voto a favor del PAN lo fue en contra de ese instituto que pudo y debió hacer un alto y regresar a los mandatos que incluso estaban impresos en sus propios estatutos. Pero lo que hoy exhibe ese partido como futuro es peor, si cabe, que lo que llevó a los ciudadanos a pronunciase para sacar al PRI de Los Pinos.


De manera generalizada, a lo largo y ancho del país, el voto está decidido que mayoritariamente sea por AMLO. Universitarios y amas de casa, burócratas y homosexuales, lo mejor de las iglesias y profesores no manejados por ese ente siniestro al que le regalara Salinas el sindicato de los maestros... Todos, pobres y ricos, clasemedieros y miserables, todos sabemos que en AMLO está la única posibilidad de cambio, de un poder en manos de un genocida, a un gobierno que empiece a tomar medidas para controlar la salvaje violencia, inaudita, que se nos ha impuesto, convirtiendo a México en laboratorio para América Latina, por entreguistas que han aceptado incluso convertir al país en enorme cementerio y de ahí que se le vayan levantando de sus tumbas a la derecha panista los cadáveres de migrantes por todos lados.


Y de ahí muy probablemente venga la necesidad, enferma, de Calderón de desprestigiar, ya sin ningún rubor, al Ejército nacional. El único Ejército constitucional que en México tenemos. Y de ahí lo peligroso del silencio, preocupante, de García Luna que para algo se habrá creado su propio ejército paramilitar de hombres de negro ¿no?

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