martes, mayo 01, 2012

Delitos del candidato priísta : Gilberto Balam Pereira



Delitos del candidato priísta
Gilberto Balam Pereira
Topes de campaña


Y Enrique Peña Nieto ni se acalambra, ni se acongoja.
Pero es que la campaña de Peña Nieto no se circunscribe al período propiamente electoral, sino que prácticamente desde el momento que asume la gubernatura del Estado de México, comienza a aplicar estrategias, compra de tiempos de imagen con las televisores del duopolio, funge como una “estrellita” de ambos medios de comunicación, que se regodean con la exhibición de supuestas “obras” realizándose en Edomex, sin que correspondieran a la realidad, sobre todo en el ramo de construcción de carreteras. Ambas televisores callan sobre el desvirtuado manejo público de los recursos de la segunda entidad más densamente poblada del país. También callan sobre el aumento de los feminicidios que han logrado, por temporadas, rebasar en número a los de Ciudad Juárez. Y por consiguiente callan igualmente sobre los niveles de pobreza y desempleo que caracterizaron al régimen mexiquense apoyado por el grupo de Atlacomulco y por Salinas.
Los millones gastados en compra de imagen del copete nos llegaron al copete de la indignación de los mexicanos. Letreros espectaculares, giras con el más ofensivo dispendio, uso de helicópteros y lujosos aviones particulares, acercamientos vergonzosos a la Iglesia con el mensaje de la antilaicidad, visita al Vaticano con tan numerosa comitiva (de los que comen, que tragan), la impunidad de las raterías del tristemente célebre tío Arturo Montiel cuyo caso no es nada novedoso, si la memoria nos trae una extensa galaxia de especímenes iguales de ladrones inmensamente ricos como Carlos Salinas y hermanos, Roberto Madrazo, Gamboa Patrón y otros padrinos de derroche del erario.

Desde cuándo se superó el tope de la campaña de EPN que es de 334 millones de pesos, pero los mariachis callaron.
Hace cuatro años se legisló sobre la causalidad de la nulidad de elección de diputados y senadores: la superación de los topes de campaña y el uso de recursos públicos a favor o en contra de un partido político o candidato.
Los senadores rechazaron la modificación, argumentando errores en la técnica legislativa, aunque se comprometieron a introducir dichas causales “antes de la elección presidencial del 2012”.
Todos los que desfilaron por la pasarela del Senado se pronunciaron a favor de que las causales de delito mencionadas fuesen incluidas en la legislación.
Pero dicha unanimidad parece que fue una verdadera función de reality show, porque hasta el día de hoy, a los cuatro años después de que se acordaron tales disposiciones, no han sido aplicadas en las campañas, ni siquiera aparecen en ninguna norma en la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral. Los delitos electorales cometidos por EPN son suficientemente punibles como para la sanción de la pérdida del registro de su partido. Y como pena al candidato delincuente tendría una multa de hasta 5 mil días de salario mínimo vigente para el DF, lo cual equivales a 311 mil 650 pesos.
Pero recordemos en qué modelo de país vivimos. Al tal Peña Nieto y a su equipo de campaña, toda esa lista de delitos electorales los tiene sin cuidado.
Y considera que sus opositores desempeñan muy bien su papel de oposición. Por su parte, el IFE también le entra al mito y se atreve a recordar que una de las reformas “faculta a su Unidad de Fiscalización, en casos de excepción y con previo acuerdo del Consejo General, la mencionada Unidad podrá abrir procesos extraordinarios de fiscalización con plazos diferentes a los establecidos en el artículo correspondiente”.
Esto sí que es el colmo de la burocracia. Y pensar lo que ésta le cuesta al erario. Porque ahora este Instituto nos sale con la novedad de que las supuestas penalizaciones de campaña se aplicarán, pero hasta después de las elecciones. ¡qué tal!
Y en el supuesto caso de que la Unidad de Fiscalización comprobara fehacientemente la causalidad de los delitos electorales de EPN y su partido el PRI, y con el ánimo de cumplir con su aparente obligación de sanción, el IFE, después de realizar las investigaciones correspondientes, llevaría hasta el teatro del absurdo, más ficticio que el del dramaturgo francés de origen rumano, Ionesco, la conclusión de que se incurrió en los delitos electorales citados.
Peña Nieto ni tiembla ni se deprime ante esos “riesgos”. Imperturbable junto con su partido, al cabo que su dispendio de recursos, la máxima afrenta insultante a la población empobrecida por su equipo político y demás congéneres, lo mantienen sin cuidado.
En el peor de los casos, si ganara este engendro del PRI, después de su rendimiento de protesta, el 1º. de diciembre, pagaría la multa que se le impusiera, que sería como quitarle un pelo al zorro. Otra consecuencia sería la pérdida del registro del PRI y del Partido Verde. Más del teatro del absurdo conocido ahora como reality show. Porque la multa al candidato violador, entonces “Presidente” (¿otro espurio?) no sería más que una farsa deleznable, al igual que la recuperación del registro de los partidos defensores y continuadores del neoliberalismo. Para lo que le costaría al régimen priísta rescatar sus partidos de estado.
Pero no se crea que las violaciones electorales han sido exclusivas del PRI.
En el 2000, hubo contundentes evidencias de las violaciones que se cometieron. Pruebas de los delitos fueron suficientes como para que los legisladores propusieran iniciativas de reformas correctivas. Ahí quedaron inmunes los cínicos “amigos de Fox”. Y desde 2006, permanecen sanos y salvos los autores de la “guerra sucia” contra AMLO.
No es nada improbable que en 2012, los enemigos de México, los verdaderos peligros de México intenten una vez más incurrir en las fechorías a que tienen acostumbrada a la población en sus inmorales transas.
Pero mis estimados, a pesar de todo lo anterior, ¿habrá mexicanos que voten en la jornada de los comicios por los barbajanes continuadores del neoliberalismo en México? Mayor atrocidad contra el país no puede existir. El crecimiento económico en México ha ido disminuyendo hasta llegar el día de hoy a 0% cero por ciento. PRI y PAN vienen con la espada desenvainada para seguir enajenando a México a los EU. Privatizar Pemex. Aumentar el precio de la gasolina y del diesel. Subir las tarifas de la corriente eléctrica. Seguir importando alimentos caros. Enajenarnos al clero político y más calamidades.
Tanto Peña Nieto como Josefina Vásquez Mota han hecho como lemas de su campaña la continuación del modelo económico del neoliberalismo, que ha hecho trizas al país: desempleo, miseria, delincuencia, corrupción galopante, etc.
Por todo lo anterior, no votaré ni por el PRI ni por el PAN, ¿y tú mi estimado? La única alternativa de cambio la ofrecen AMLO y su MORENA.


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