Carlos
Fernández-Vega
México SA
Aliados importados
¿La panza es primero?
Maíz, frijol, arroz, trigo
La buena noticia, o cuando menos así se
quiere presentar, es que el índice de precios de la canasta básica de consumo reportó
un descenso mensual de 0.85 por ciento en abril de 2012, de tal suerte que la
inflación anualizada en este renglón se ubicó en 5.78 por ciento. La mala, que
este avance se mantiene muy por arriba del crecimiento inflacionario general
(3.36 por ciento para el mismo periodo, según cifras oficiales) y que los precios
de algunos productos de consumo popular están por las nubes, amén de que la
importación de alimentos crece con singular alegría, en franco deterioro de la
soberanía alimentaria, un delicado problema nacional que, dicho sea de paso, ni
por aproximación ha sido abordado seriamente por los candidatos al hueso mayor.
La panza es
primero, diría el maese Rius, aunque nadie sabe la de quién, porque
en México más de 28 millones de personas carecen de recursos suficientes para
adquirir la canasta básica, y muchos apenas si la libran. Pero bueno, algunos
optimistas consideran que la aparente reducción de precios en los productos de
dicha canasta es algo para celebrar, por mucho que la mayoría carezca de
ingreso suficiente para comprar lo que el cuerpo requiere y reclama, al tiempo
que la producción interna se mantiene en descenso. ¿Por cuánto tiempo se
prolongaría la presunta reducción de precios de los alimentos?
En su reporte periódico
sobre el particular, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara
de Diputados deja en claro que si bien en lo que va de 2012 las variaciones han
sido menores, la volatilidad e incertidumbre de los precios al mayoreo dentro
del mercado nacional ha sido una constante a lo largo de los 15 meses
recientes. Durante marzo pasado, por ejemplo, los precios al mayoreo de algunos
granos y oleaginosas de granos cotizados en la Central de Abasto de Iztapalapa
redujeron su tasa de crecimiento (no bajaron los precios, sólo se atenuó su
crecimiento) por tercer mes consecutivo debido a la menor volatilidad y a la
disminución en las expectativas de desabasto de productos agropecuarios. Sin
embargo, factores especulativos, climatológicos y la incertidumbre sobre el
nivel de existencias de productos agrícolas, luego de la menor superficie de
siembra realizadas en el año agrícola de 2011, continúan favoreciendo el
sobreprecio de algunos alimentos.
En el tercer mes de 2012
los precios al mayoreo de la alubia chica, maíz blanco y frijol negro de
importación crecieron en términos reales 38.58, 13.93 y 8.46 por ciento anual,
respectivamente. Esta situación contrasta con los aumentos del nivel salarial,
ya que para dicho mes el sueldo promedio mínimo general en la República
Mexicana apenas creció 0.46 por ciento anual, también en términos
reales. No obstante los apoyos gubernamentales a productores afectados por
los fenómenos climatológicos y las mayores importaciones de granos realizadas,
los precios de la tonelada de frijol y maíz blanco mantienen su tendencia
alcista. En el mes de marzo la tonelada de frijol negro de importación se
cotizó en 18 mil pesos, es decir, 2 mil pesos más que el precio alcanzado en el
mismo mes de 2011; en tanto que la tonelada de maíz aumentó aproximadamente mil
pesos entre marzo de 2011 y marzo de 2012. Esta tendencia se debe a que en el
año agrícola de 2011 la producción de frijol sólo alcanzó 45 por ciento de lo
programado originalmente; en tanto que la producción de maíz se ubicó 42.71 por
ciento por debajo del nivel de producción programada previamente.
Por lo anterior, el
precio de la tortilla continúa al alza. Durante marzo, el precio promedio a
nivel nacional del kilogramo de este alimento se ubicó en 12 pesos con 16
centavos, es decir, 14.9 por ciento por arriba del precio registrado en el
mismo mes de 2011 (10.59 pesos por kilo). La ausencia de un control de precios
a nivel nacional para este producto de consumo básico explica la amplia brecha
existente entre el precio más alto y el más bajo. Al 31 de marzo de 2012 el
mayor precio del kilogramo de tortilla se reportó en la ciudad de Hermosillo
con 16.30 pesos el kilo; mientras que en la zona metropolitana de Puebla se
ubicó en 8.80 pesos, con lo que el diferencial alcanzó 7.50 pesos. Con esta
diferencia, mientras que una persona en Puebla podría comprar casi un kilo de
tortilla, en Hermosillo, la misma persona no lograría comprar ni medio kilo.
Por lo que toca a la
canasta básica, el análisis del CEFP señala que el índice general inflacionario
resulta menor, sustancialmente, al reportado por los precios de dicha canasta. El
mayor incremento del índice de precios de los alimentos se debe a que a su
interior los precios de productos básicos como el maíz y sus derivados siguen
mostrando variaciones mayores a dos dígitos, ya que pese a registrar un menor
dinamismo en sus tasas de crecimiento, en el mes de marzo el índice de precios
del maíz aumentó 17.41 por ciento anual, la masa y harina de maíz lo hicieron
en 14.32 por ciento, mientras que el kilogramo de tortilla aumentó 14.16 por
ciento anual.
Y por el lado de la
importación de alimentos, el citado centro de estudios revela que la balanza
agroalimentaria se inclina, de manera predominante, hacia el lado de la
adquisición de esos productos en el exterior. En febrero pasado, de acuerdo con
el reporte del Banco de México, las importaciones de alimentos crecieron 22.5
por ciento para alcanzar un monto de 2 mil 192.1 millones de dólares; en
contraste, las exportaciones no mostraron crecimiento comparadas con las de
igual mes de 2011. El maíz se mantuvo como el producto que encabeza las
importaciones agropecuarias en términos de valor, con un incremento de 162.4
por ciento respecto a febrero del año pasado, seguidas por las de trigo que
tuvieron un aumento de 80.3 por ciento. A excepción del trigo, las importaciones
en ese mes se adquirieron a precios más elevados. El arroz es otro producto
básico cuyas importaciones subieron 21.4 por ciento comparadas con las de
febrero de 2011, lo que representó una compra. Resaltan aún más las
importaciones de frijol, con un crecimiento de 187 por ciento en ese periodo.
Pero no se preocupen: en
abril los precios de la canasta básica descendieron 0.85 por ciento.
Las rebanadas del pastel:
El asunto de Mexicana de Aviación es icono
de ineficiencia, burocratismo y tomadura de pelo. Nadie resuelve nada, y casi
21 meses después, 8 mil 500 trabajadores se mantienen sin ingreso y en paro
obligado, el país carece de aerolínea bandera (Aeroméxico es de Citi-Banamex),
los acreedores no recuperan un centavo y los inversionistas son de papel,
mientras el juez Felipe Consuelo Soto y la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes están fascinados jugando a pipis y gañas.
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