jueves, febrero 16, 2012

Ricardo Monreal Avila : Empleo informal, desempleo formal



Empleo informal, desempleo formal
Ricardo Monreal Avila


Hace más de un mes la Secretaría de Trabajo y el IMSS salieron a festinar con bombo y platillo que se había creado 590 mil nuevos empleos formales durante el último año. Hace cinco días, el Inegi vino a mostrar el otro lado de la moneda: el empleo informal creció dos veces más que el formal. En efecto, reveló que el año pasado un millón 684 mil personas se sumaron a la informalidad, para hacer un total de 14 millones de personas, lo que representa el 29.2% de la PEA: un nivel nunca antes registrado.
En el 2010 esa cifra era de 12 millones 400,000 y representaba 28% de la PEA, lo que resulta preocupante, pues “habla de la magnitud que ha alcanzado el empleo informal en donde los trabajadores no tienen acceso a la seguridad social”, advirtió Alfonso Bouzas, especialista laboral de la UNAM. Lo anterior refleja que hay un deterioro en la calidad del empleo, ya que el empleo informal no otorga prestaciones de seguridad social y tampoco contribuye a la economía nacional.
Según el Inegi, 42% del millón de empleos generados fue con acceso a instituciones de salud. Sin embargo, esta cifra contrasta con el incremento de 623,379 plazas reportado por el IMSS. Ello implica una pérdida de 196,100 empleos ligados al acceso a instituciones de salud distintas al IMSS.


En dicho periodo, la PEA creció en 2.4 millones de personas, lo que representa un crecimiento del mercado laboral que llega a 50 millones de trabajadores en el país. Así, mientras que 77 de cada 100 hombres en estas edades son económicamente activos, en el caso de las mujeres 43 de cada 100 están en esta situación.
El incremento neto de la ocupación total en el país, según la encuesta trimestral que levanta el Inegi, fue de 2 millones 474 mil. Esto quiere decir que dos de cada tres nuevas ocupaciones en la nación se crearon en la informalidad.
Además de este hecho, algo singular pasó en el mercado laboral mexicano el año pasado, advierte el analista económico del diario Reforma, Enrique Quintana (“Coordenadas”, 13 de febrero del 2012).
La Población Económicamente Activa (PEA) subió en 2011 en casi 2.4 millones de personas, cuando lo tradicional era un aumento promedio cercano a un millón por año. “La razón es que más y más gente se puso a buscar trabajo o a chambear de lo que sea. Le recuerdo que quien está de ocioso o estudia o se dedica al hogar no forma parte de la PEA. Para estar allí, además de tener edad laboral, se requiere estar trabajando o buscando trabajo”.
La Población No Económicamente Activa (PNEA), de hecho, se redujo en 887 mil personas. “Eso se puede ver como algo positivo si más gente piensa que es factible conseguir alguna ocupación, o como negativo en el sentido de que quizá más y más integrantes de la familia se han visto en la necesidad de buscar algún empleo para llevar dinero a la casa”.
Otra de las mediciones de la informalidad poco empleadas es la relativa a los patrones o empleadores. La encuesta del Inegi revela que el número de patrones al cierre de 2011 fue de 2 millones 290 mil personas, 553 mil más que un año antes.
“Sin embargo, cuando se observan las estadísticas del IMSS, se ve que el número de patrones registrado en el Instituto es de sólo 828 mil 529 y que la variación del año pasado fue una reducción de 26 empleadores”.
Esto implica que cerca del 64 por ciento de los empleadores en México se encuentran en la informalidad, una cifra muy superior al casi 30 por ciento de las personas ocupadas.
O si lo quiere ver de otra manera, “es probable que dos terceras partes de las unidades productivas del País sean informales y le den trabajo al 30 por ciento de los trabajadores”.
El empleo informal es en realidad un desempleo formal. El trabajo precario o vulnerable es causa y efecto de otros desequilibrios económicos. Por ejemplo, acentúa la desigualdad y la pobreza, hunde a la economía en la improductividad, fomenta la ilegalidad y la corrupción, deteriora las finanzas de los gobiernos, fomenta los bajos sueldos de la economía formal, alienta la economía de lo ilícito y termina perjudicando al consumidor, que es el último eslabón de la economía informal.
Además del desempleo formal, uno de los grandes alicientes de la economía informal son los bajos salarios que se pagan en México. Desde hace 25 años, la política económica ha buscado hacer competitivo al país, en el mercado global de inversiones, manteniendo bajos el ingreso de los trabajadores.
El Departamento del Trabajo de los Estados Unidos hace un seguimiento de los costos laborales comparativos en 31 países, considerando tanto los salarios directos como otros costos en los que incurren las empresas, como los pagos de la seguridad social o impuestos específicos que el patrón debe cubrir por contratar.
De acuerdo con el análisis de la autoridad norteamericana, México está en el penúltimo lugar de esa lista, sólo adelante de Filipinas.
El costo por hora trabajada en nuestro país es de 6.23 dólares.
Esto significa un costo mensual para las empresas de 20 mil 484 pesos por trabajador manufacturero. La cifra está muy por arriba de los promedios salariales generales por considerar sólo las manufacturas y además incluir los costos sociales adicionales.
Sin embargo esa remuneración es apenas la mitad de lo que se paga en promedio en Argentina; 38 por ciento menos de lo que se paga en Brasil y 25 por ciento por abajo de lo que se desembolsa en Taiwán, por no citar que es 82 por ciento inferior al promedio de Estados Unidos.
Sueldos bajos, empleo informal, economía precaria y desigualdad son los ingredientes que han hecho de México lo que es hoy: un país que se ha ido rezagando frente a otras naciones en los indicadores básicos de competitividad, crecimiento y bienestar. Con la mitad del cuerpo social metido en el fango de la pobreza, con dos terceras partes de los trabajadores en la informalidad y con una espiral de violencia e inseguridad en la mitad del territorio, ¿cómo vamos a convertirnos en una potencia económica?
ricardo_monreal_avila@yahoo.com.mx
Twitter: @ricardomonreala

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