jueves, febrero 23, 2012

El delito que viene o sobre advertencia no hay engaño : Jorge Lara Rivera



El delito que viene o sobre advertencia no hay engaño
Por Jorge Lara Rivera

Corrupto y cínico. Para eso pintaba, desde el comienzo, el malandrín cuando los retorcimientos normativos para su nombramiento integrándole a la COFETEL y su promoción inmediata a la presidencia de ésta, directo desde su inexperiencia y esbirrotez al servicio del hampón Juan Molinar Horcasitas en la Coordinación de Asesores de SCT. Bien se ha dicho que “el que anda con lobos a aullar se enseña”. Y Mony de Swaan no ha decepcionado a nadie.
A nadie debe tomar por sorpresa entonces lo que ocurra en la FEPADE con Imelda Calvillo Tello, de probidad dudosa y con 2 expedientes en su contra abiertos por la SIEDO como protectora de Zetas y por retardar la ejecución de órdenes de aprehensión contra delincuentes vinculados a su cónyuge, quienes lograron huir; ni mucho menos esperar que, de quedar firme por cobardía y pusilanimidad del Senado, el nombramiento de Ricardo Celis Aguilar Álvarez en el IFAI, aquél por arte de magia deje de ser retardatario y atentatorio contra todo lo que ese Instituto representa en términos de transparencia, rendición de cuentas e independencia de criterio. Sobre todo teniendo en cuenta que hasta el día previo Aguilar Álvarez era Consejero Jurídico Adjunto de la Presidencia de la República, y que su designación fue operada por el Consejero Jurídico de aquélla, Miguel Alessio Robles, su jefe directo, quien en 2009 logró enquistar allí como Comisionadas a Sigrid Arzt Colunga (responsable del equipo de Seguridad Nacional durante el proceso de transición del gobierno federal del actual régimen, y luego Secretaria Técnica del Consejo de Seguridad Nacional en la presente administración) y a María Elena Pérez Jaen Zermeño. La cloaca fue destapada y el régimen hiede a podrido.


Ahora está claro Mony de Swaan realizó adjudicaciones de contratos plagados de anomalías a sus cuates por 2.8 millones y por favorecer a su anfitrión casero del sitio que habita; que violó la Ley de Transparencia al no registrar todos los contratos respectivos y capturando a la baja los montos de éstos, cuando lo hizo. Lo peor es que en estos actos criminales contra México no actuó solo: además de la complicidad del corrupto Molinar Horcasitas, contó con el abrigo cómplice de la Suprema Corte, la cual convalidó el nombramiento, a todas luces irregular, arriesgado e improcedente, y desechó la controversia interpuesta al mismo ante ese alto tribunal por legisladores del PRD y del PRI con base en la carencia de experiencia en el rubro y falta de idoneidad de perfil. La llegada a COFETEL de este mal funcionario incurrió en violaciones flagrantes e igual su vertiginoso ascenso en la presidencia de tal comisión.
Sobre Juan Molinar, su jefe, bien vale la pena recordar que en 2010 tuvo el dudoso honor de rebasar su “récord” previo (entre 600 millones, a juicio de la Auditoría Superior de la Federación, y más de 1 mil millones refería Héctor Osuna, anterior titular de COFETEL) en desvío de fondos: 3 mil millones de pesos entregados a su hermano Javier, para especular en IXE; o bien, para fondear a éste en tanto que integrante del Consejo de Administración de Mexicana de Aviación, compañía a la cual quebró deliberadamente, ya con apoyo de la SCT en manos de su todólogo hermano. Y allí está la Cuenta Pública 2010 como evidencia de que este régimen no sólo es corrupto, ineficaz sino oneroso. El colmo de la desvergüenza es que la Secretaría de la Función Pública no aprobara más que 3 de las 7 evaluaciones del desempeño oficial y reprobara 4.
Mientras, de nuevo el ex vocerito metido a secretario de Gobernación, Alejandro Poiré Romero, intenta minimizar el impacto de la imprevisión oficial para desencadenar la guerra contra la delincuencia organizada y el narcotráfico, origen de las condiciones de hacinamiento indiscriminado que fueron críticas en la tragedia de Apodaca, Monterrey, N.L.; y al pelele José Espina del CEN panista buscando justificar con excusas de “cortina de humo” y preocupaciones “porque Chepina mejoró en las encuestas” (algo por otro lado inexacto, ya que los puntos que aumentó provienen de los sectores de sus correligionarios que le negaron el respaldo inicialmente), el que Luisa María. “Cocoaína” Calderón Hinojosa no haya hecho campaña para ganar las elecciones internas de su partido y prefirió agenciárselas “a billetazos”. La señalada como adicta al cohecho amaga que “denunciará al PRI por espionaje”. ¿Pero, no es eso mismo lo que el panismo ha venido haciéndole al tricolor sistemáticamente desde el CISEN, la SIEDO y la prensa de Alejandro Junco? Irrita ver actuar de nuevo las 2 pesas y 2 medidas de la moralina panista cuando se ven ante “filtraciones” que evidencian su inmoralidad y cinismo, aunque patiños y payasos desde medios afines, propiedad del duopolio, quieran minimizarlo.

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