Gordita, viejita y untada de rojo Elba se pone bravera : Alvaro Cepeda Neri

Gordita, viejita y untada de rojo Elba se pone bravera

Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas

Ya envejecida a pesar de sus mil cirugías en la cara, Elba Esther Gordillo, alias “La Maestra”, se llevó de vacaciones a Playa del Carmen a más de 3 mil delegados incondicionales del SNTE. Con ellos organizó su palenque, se mostró con un vestido untado a su gordura, collar de perlas cultivadas, lentes parisinos, cabello rojizo y un escote que ya no le queda porque no tiene qué mostrar. Ya sin voz, de aquel “chorro que tenía” cuando su más que protector: Jonguitud Barrios gritó “¡tráiganme a esa flaca hocicona!”; pues ésta encontró la veta para hacerse notar: reclamarle al cacique potosino. Lo que ahora prohíbe a sus sindicalizados a la antigua: roba sus cuotas millonarias y se colude con quienes mangonean el corporativo magisterial.
Rabiosa, dijo que es “sirvienta” de los profesores del SNTE, pero no de Peña, como de paso calificó a los del grupo de transición y futuros titulares de las dependencias federales. Y marimacha, llamó irresponsables a las madres que envían a sus hijos a la escuela y en lugar de estar en sus casas, van a trabajar. Con ranchos y mansiones; de compras en Nueva York y París y atendida en clínicas estadounidenses, ignora que la crisis económica del calderonismo, que la ha favorecido, como antes Fox, Zedillo y Salinas (y Manuel Camacho con el que mantiene relaciones políticas para apoyar a Marcelo Ebrard como candidato del 2018), obliga a más mujeres a ir al mal pagado mercado laboral.
En una foto le soba el estómago al desgobernador de Quintana Roo y se carcajea con su igual Romero Deschamps; ambos van para fuera por enfermedad, abusos y porque el peñismo necesita unos golpes de timón al llegar y los dos están sentenciados. Gritó que no quiere ser secretaria de Educación, pero buscó esa posición para cerrar el círculo: SNTE-SEP. Cuentan que se baña en sangre de fieras ex professo sacrificadas, en sus viajes africanos y “limpias” de gurús. Supone que se ve joven y es ya una viejita regordeta con vestidos de señorita y lentes a la Sofía Loren. Así, con sus carnes flácidas, caminaba de un lado a otro sobre el tapanco con su vedetismo vulgar, y su coro de profesores “comisionados”, la vitoreaban con sonrisas de burla.
Un asistente me contó que entre ellos murmuraban: “¡pinche vieja creída!”. Y hacían pronósticos de si serán otros seis años… o seis meses. Peña la quiere fuera al precio de su nepotismo, su riqueza mal habida y que sea un adorno mientras el SNTE sufre una crisis de transformación. Con las reformas al sindicalismo, Elba deberá irse a un asilo político y autoexiliarse en sus mansiones, cuidar su maltrecha salud y la carrera de su hija, de su yerno y su nieto. Ya ni presente tiene, pues los profesores disidentes, dentro y fuera de su sindicato, le moverán el tapete. Al cuarto para las doce, los priístas aprobaron en el Senado (que ratificarán los diputados federales) lo que empujaron panistas y perredistas, para que los “líderes” rindan cuentas, transparenten sus actividades internas y sean elegidos por voto secreto. La cuenta regresiva del final de Elba empieza.

cepedaneri@prodigy.net.mx