sábado, febrero 04, 2012

Un avión cargado de…: Francisco Luna Kan



Un avión cargado de…
Francisco Luna Kan


En el campo de noticias la diaria realidad es generosa por cuanto nos nutre de informaciones múltiples sobre diversos sucedidos que se registran a lo largo y ancho del territorio nacional. No sólo en referencia al desarrollo de las acciones de partidos y sus candidatos que aunque todavía no lo son en esa condición, están próximos a registrarse como tales.
El arraigo de tres exgobernadores de Tamaulipas para tenerlos a la mano en el momento que se requiera de escándalo mayúsculo para aminorar causas de mayor impacto, seguramente figuran entre las mañas que no tienen ni los mayores poseedores del ilusionismo en el teatro o en el circo.
Por otro lado, conocer el traslado de 25 millones de pesos en avioneta de registro oficial en el Estado de Veracruz, al llegar la nave a su destino en la ciudad de Toluca, la mente más serena en cuanto a los hechos, necesariamente los liga a acciones que solamente se dan en el campo de las actividades oficiales del narcotráfico.
Aunque nadie informó sobre el estado de transparencia política, se deja lugar a una variedad de interpretaciones diversas; una de las cuales se basa en el apoyo a la campaña de alguna persona próxima a inscribirla oficialmente como candidato de un partido político, que pudiera usar el dinero para ir calentando el ambiente electoral a iniciarse con las formalidades legales, en tiempo y forma.
Todos los mexicanos debemos estar pendiente del seguimiento de este caso, porque no es frecuente el envío de dinero en efectivo y menos en el nivel cuantioso que tiene el caso que se comenta.


Si la nave transportadora de esta fabulosa cantidad, en gran lío ha puesto a su propietario, a la tripulación de la misma y a las autoridades de control de la aviación civil, para que ofrezcan una explicación creíble sobre el remitente, también arrastrarían a los tripulantes y a todos los funcionarios y dependencias que llevan los lineamientos de seguridad en la navegación aeroportuaria.
Si el dinero remitido es para gastos de campaña, existirá dificultad para su comprobación en actos programados en donde hay que pagar el transporte de los invitados, simpatizantes, bases ciudadanas que apoyan estos actos. Propietarios de vehículos que acarrean invitados de poblaciones circunvecinas para que tengan oportunidad de conocer al elegido por los miembros y dirigentes del partido postulante.
Con tales cantidades de dinero, se podrán adquirir banderolas, camisetas, gorras, matracas, trompetas y demás implementos para hacer ruido y demostrar la libre expresión y la espontaneidad de ciudadanos y familiares que ocurren gustosos para conocer y apoyar a la persona que regirá los destinos de la sociedad mexicana en el próximo sexenio y demás posiciones que se elegirán el mes de julio.
De acuerdo a los precios actuales que tienen los implementos usados en propaganda política, tendrán que multiplicarse envíos semejantes a cada Estado o Región Geográfica del país, para influir en el ánimo de los votantes a favor de los candidatos, que verán aumentada su “popularidad” en función de los obsequios otorgados, los festivales preparados, los artistas y conjuntos musicales contratados. También en transportes para llevar espontáneamente a personas, al lugar de concentración programado y por supuesto un pequeño refrigerio aunque sea de una torta y un refresco.
Tal vez también se requiera un orador originario de la población honrada con la sede del acto mayor de la región, en función de la concurrencia lograda. El interesado aprovecharía la oportunidad para dar a conocer sus facultades discursivas y de conocimiento de problemas básicos como agua, alimentos, comunicaciones, escuelas disponibles en todos los ciclos de enseñanza, el impulso al incremento de la producción de la región y de paso, tal vez, pudiera ser el próximo prospecto para ocupar algún cargo administrativo.
En el peor de los casos, si el festival de apoyo no le diera más que una votación raquítica al candidato de la preferencia comunal, la gente se habrá divertido un rato, en el que dejará de pensar en los serios problemas que afectan a los habitantes de la población y su zona de influencia. Al fin que, se supone, el candidato velará por que haya más fuentes de empleo, servicios comunales, atención real de salud, escuelas públicas y libertades cívicas. Que el dinero siga llegando como envío de los dioses protectores de los pobres. Que continúen los avionazos de dinero, aunque sean estímulos que generan ejercicios mentales para la justificación de acciones al margen de la ley.
Desde luego, todo lo recordado no significa adelanto democrático y la sociedad espera una aclaración seria y creíble sobre este caso.

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