viernes, febrero 10, 2012
Enterrar los valores acaba siempre por cobrar muy altas divisas : María Teresa Jardí
Enterrar los valores acaba siempre por cobrar muy altas divisas
María Teresa JardíA pesar del regreso de la falange al poder no puede creerse, por tratarse del pueblo español que por donde quiera que se le analice es libertario, la condena al juez Baltazar Garzón. La condena a once años, de momento, de inhabilitación, por jueces, sus pares, pero fascistas de corazón, embozados en el más alto tribunal de la Península, como venganza, en uno de los casos fabricados a modo para poder juzgarlo por haber intentado juzgar los crímenes de la dictadura franquista.
Dictadura que no tiene perdón. Porque si bien es cierto que los republicanos también cometieron a veces excesos. La realidad lisa y llana es que la República era el gobierno legítimo elegido de manera mayoritaria por el pueblo español y Franco surge de un golpe de Estado en contra de la decisión del pueblo, lo que pretenden que se olvide, vanamente, los que juzgan a Garzón con la venia del partido que hoy gobierna en España por el voto en contra de los socialistas españoles debido a la traición al pueblo, a Europa y al mundo de Rodríguez Zapatero, quien tenía la razón cuando no quería aplicar las recetas del FMI y del BM con las que se asesina al mundo. Traición a su pueblo, para quedar bien con un impresentable, Obama, que le hace una llamada y le cambia la opinión. Un estúpido imperdonable Rodríguez Zapatero. Pero que no olvide Rajoy que él ni siquiera es un gobernante elegido más allá de la condena a la equivocación por parte del líder, entonces, de los socialistas españoles.
La falange embozada detrás de las instancias judiciales del Estado español se venga. Regreso al fascismo, por vía de Rajoy, que responde a Rubalcaba: “que sí que las cosas van mal, que están difíciles, que habrá que apretarse el cinturón...”, cuando en parte el responsable de la situación española es el PP. Partido que no dejó de atacar a Rodríguez Zapatero, por boca de Rajoy, por cierto, cuando el PSOE defendía la no aplicación de las recetas expedidas por el FMI y por el BM, repito, con las que los dueños del mercado envenenan al mundo.
En parte, porque la traición de Rodríguez al pueblo español, a Europa y al mundo en respuesta a una llamada del impresentable Obama, no tiene perdón.
Garzón ha sido convertido, con esa sentencia a modo de la venganza falangista, en el moderno perseguido político de la falange española.
Sí, a la Falange que hoy gobierna en la Península y en general a la burguesía fascista que hoy condena a Garzón convirtiéndolo en víctima, amén de ser un claro perseguido político del fascismo español, la encuentro definida en un párrafo de esa trilogía, imperdible, de Ruiz Zafón, quien, junto con otros autores, de manera novelada está escribiendo la historia de cara a que el pueblo español no pierda la memoria de la canalla dictadura franquista.
“... La envidia es la religión de los mediocres. Los reconforta, responde a inquietudes que los roen por dentro y, en último término, les pudre el alma y les permite justificar su mezquindad y su codicia hasta creer que son virtudes y que las puertas del cielo sólo se abrirán para los infelices como ellos, que pasan por la vida sin dejar más huella que sus traperos intentos de hacer de menos a los demás y de excluir, y a ser posible destruir, a quienes, por el mero hecho de existir y de ser quienes son, ponen en evidencia su pobreza de espíritu, mente y redaños. Bienaventurado al que ladran los cretinos, porque su alma nunca les pertenecerá...”.
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