jueves, febrero 02, 2012

El turno de Tamaulipas : Julián Andrade



El turno de Tamaulipas
Por Julián Andrade


La forma fue tortuosa, pero no queda duda de que la PGR está tras las huellas de tres ex gobernadores tamaulipecos.
Manuel Cavazos, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández están en la mira de las autoridades, o eso parece.
Este hecho no puede desprenderse del contexto electoral en el que se desarrolla.
Desde hace meses circulaba la versión de que se procedería contra mandatarios o ex mandatarios de extracción priísta.
Esta idea no es gratuita y más bien se alimenta del profundo odio que sienten por el PRI en algunos círculos del poder federal.
La elección de julio no va a ser un paseo y el tema de Tamaulipas es una muestra.
El cómo conocimos la información también es interesante. Durante horas circuló el absurdo de que se había decretado “una alerta migratoria” que impedía a los tres políticos, a sus familiares y a algunos de sus colaboradores, salir del país.
Sólo un juez, o el Ministerio Público, en casos urgentes y bajo su responsabilidad, pueden impedir la libre circulación de las personas.
No era el caso, por supuesto, y el funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que “malinterpretó” una solicitud de información sobre los viajes de los ex mandatarios, ya fue separado de su cargo.
El funcionario del Aeropuerto de Tampico, al parecer creyó, o así se lo hicieron saber, que tenía que actuar de modo enérgico, aunque ninguna ley lo facultara para ello.
Otro tanto hizo el agente del Ministerio Público encargado del asunto.
No sabemos si en realidad existen elementos contra quienes gobernaron Tamaulipas de 1993 a 2010, o sólo se trata de una diligencia de rutina, producto de la obsesiva búsqueda de fechorías que habrían cometido los tricolores.


También es probable que el enredo no respondiera a una instrucción superior, sino más bien al ambiente que ya priva en algunas instituciones.
Esto explicaría la tardanza de la PGR, de más de 18 horas, para dar una explicación, a lo que se tendría que añadir que cuando la dirigencia priísta solicitó información, se le respondió que estaban investigando, lo que se demoró casi hasta las 23 horas del lunes.
Es tanta la urgencia de demostrar los vínculos de los priístas con el crimen organizado, que acaban por cometerse despropósitos.
Hay maquinarias, en las procuradurías, que una vez echadas a andar son difíciles de detener.
Por ello sería lamentable que de nuevo se esté sustentando una indagatoria en testigos protegidos o en indicios dudosos.
No conviene enturbiar, todavía más, el ambiente político y menos aún en las puertas de una elección presidencial y ante una situación de alta violencia.
Nadie va a dar la cara por Cavazos, Yarrington y Hernández, pero lo que les está ocurriendo debería trascender las fobias para atender el sinuoso y peligroso camino por el que estamos transitando.
julian.andrade@razon.com.mx
Twitter: @jandradej

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