jueves, junio 16, 2011

Militares en dos “guerras”; gran fiasco en el caso de Hank Rhon : Félix Fuentes


En la Línea 

Félix Fuentes 
Militares en dos “guerras”; gran fiasco en el caso de Hank Rhon


 En las dos guerras emprendidas por el presidente Felipe Calderón, la del narcotráfico está claramente perdida, y en la política, recibió espectacular derrota al ser puesto en libertad, dos veces en un día, Jorge Hank Rhon. En ambas confrontaciones es incluido el Ejército, exponiéndolo a pérdidas de vidas y críticas mordaces.
Sin estrategia para enfrentar a la delincuencia, los militares reciben órdenes de perseguir a un enemigo desconocido, en ocasiones invisible, y el resultado es trágico. Ya no se informa cuántos soldados han muerto en emboscadas y choques directos.
La otra guerra, la política, era esperada. De las filas panistas trascendió que su gobierno emprendería acciones en serie contra el PRI, a fin de evitar su retorno al poder. Así se entiende la persecución obtusa, falaz, contra el dueño de casinos, Jorge Hank Rhon.
Sin orden judicial, ni de cateo, un centenar de militares irrumpió con alrededor de 18 vehículos en la residencia del multimillonario dedicado a las apuestas. Le señalaron la posesión de 88 armas, 78 sin licencia.
Hank fue puesto contra la pared durante dos horas mientras era registrado su domicilio, y a la carrera, sin pensar cómo sería hecha la acusación de él y 10 empleados suyos, se les trasladó al Distrito Federal y fueron recluidos en la SIEDO.


A la titular de esa dependencia, Patricia Bugarín, le entregaron las armas, sin especificar dónde estaban y quiénes las encontraron. Ella formuló la consignación por acopio de armas, sin recibir elementos acusatorios de otros ilícitos.
Tras largos interrogatorios, los detenidos fueron regresados a Tijuana y metidos al penal El Hongo, esposados y con trato de delincuentes, incluso los veladores.
La juez de Distrito Blanca Evelia Parra Meza recibió los expedientes plagados de contradicciones (inconsistencias) con lugares y horas distintas de los arrestos. A su vez, el séquito de abogados de Hank ofreció filmaciones del arribo de militares a la mansión de Agua Caliente y sobre el despliegue de que hicieron gala.
Así concluyó la juez que no hubo flagrancia en el asunto de las armas —las cuales pudieron ser “sembradas” por militares—, ni averiguación previa, ni orden de cateo. Nada. Así hubo de decretar la libertad de todos y fue apoyada plenamente por el Consejo de la Judicatura Federal.
De madrugada, Hank fue sacado de El Hongo, lo tuvieron perdido dos horas y reapareció en el Hotel San Luis, donde debería ser arraigado 30 días, como presunto “autor intelectual” del homicidio de una mujer relacionada con alguno de sus hijos. Esto porque lo dijo un “testigo protegido”.
NINGÚN JUEZ QUISO dictar el arraigo ante la falta de pruebas. Y si el golpe estaba dirigido al gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, como tanto se comenta, en eso quedó y se prepara para los que siguen.
De aprehensiones similares, por delitos inexistentes, con base en declaraciones de testigos falsos, se llenan las cárceles. Estas víctimas carentes de cámaras filmadoras en sus domicilios y de abogados como los de Hank.
Los militares no son culpables de lo sucedido en este y en otros casos. Van a donde los mandan y no saben de órdenes judiciales ni de cateo. E igual sucede en la “guerra” contra el narcotráfico. Mueren los soldados “en el cumplimiento de su deber” y las viudas no reciben las pensiones o se las retrasan.
Sobre incursiones del Ejército, como en el caso Hank, sólo el Presidente de la República tiene la autoridad para ordenarlas. Es el “jefe nato” y así está escrito en la Ley Orgánica de la Defensa Nacional.
(Perdido Luis Felipe Bravo Mena en el Edomex —se siente hoy Napoleón—, Felipe Calderón insiste en la reforma política para dar vida a las candidaturas ciudadanas. ¿Nadie de su equipo lo convence?)

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