“Exitos panistas”: década de endeudamiento
Julio Pimentel Ramírez
La profunda crisis que padece México y que lo tiene colocado al borde del insondable abismo de la instauración de un Estado policiaco y de estallidos sociales de incalculables consecuencias, se deriva tanto de políticas económicas instrumentadas durante décadas que han generado una sociedad de extremos contrastes, con un puñado de oligarcas al lado de más de 60 millones de mexicanos en la pobreza y la desesperanza, como de la estrategia criminal de guerra contra algunos cárteles del narcotráfico desatada por el ilegítimo Felipe Calderón.
En las ocho décadas de predominio del PRI, régimen sustentado en el corporativismo, la corrupción, el autoritarismo, la represión y la impunidad, los mexicanos fueron testigos del agotamiento del modelo surgido de la Revolución de 1910 y el paso a un nuevo esquema de acumulación y reproducción del capital, el neoliberalismo, que en forma acelerada desmantela lo que queda de las estructuras de atención social y traslada a manos privadas cuantiosos recursos públicos.
No olvidemos que bajo los dos últimos mandatarios de la etapa “populista”, Luis Echeverría Alvarez y José López Portillo, México padeció además de cruentos capítulos represivos, crisis económicas y devaluaciones que se reflejaron en mayores desequilibrios sociales y en el empobrecimiento de la mayoría de sus habitantes, incluida las llamadas capas medias que a partir de esa época se erosionan paulatinamente.
Sin embargo, lo que a los priístas tomó ocho décadas al panismo diez años le han bastado: el crecimiento económico es el más bajo de nuestra historia, la pobreza se generaliza y se profundiza, la educación y la atención a la salud se degradan, la deuda se dispara, el desempleo y subempleo alcanzan índices estremecedores, entre otras cosas.
Por ejemplo, al comparar el número de empleos formales de 15 millones a marzo de 2011, con el total de la población que está en condiciones de trabajar, que son más de 47 millones, se advierte que el empleo en el país es completamente insuficiente. Al confrontar los mismos 15 millones de trabajadores formales con los 112.3 millones de habitantes que tiene el país, se advierte el tamaño real de la brecha.
Según cifras del Banco de México el endeudamiento público interno del país ha experimentado, durante la década de administraciones federales panistas, un incremento de más de 350 por ciento, para ubicarse actualmente en un máximo histórico de 3 billones 257 mil 85 millones de pesos. Recuérdese que un billón es un millón de millones.
El dato es relevante si se le compara con los indicadores existentes cuando Vicente Fox asumió la Presidencia de la República, en diciembre de 2000: en ese entonces, la deuda interna, que ascendía a 714 mil 773 millones de pesos, se distribuía en razón de 7 mil 331 pesos por habitante; en cambio, al iniciarse el mes actual, esa proporción pasó a 28 mil 993.9 pesos, un crecimiento de 295 por ciento, a pesar del incremento en casi 15 millones en la población del país durante ese lapso. Cada mexicano está, en suma, más endeudado que nunca.
La cifra, que está actualizada hasta el 6 de junio de este año, implica que el endeudamiento interno se multiplicó por 4.5, sobre la base de la cantidad registrada al inicio de la primera gestión panista en diciembre de 2000. El endeudamiento interno equivale a 23 por ciento del Producto Interno Bruto.
Los datos relacionados con el pago de intereses de la deuda interna, generados por la SHCP, están actualizados hasta abril de este año.
La carga representada por la deuda interna repite un fenómeno que el país ya vivió en la década de los 80 y 90 del siglo pasado, pero con la deuda externa. El país transfería recursos públicos a sus acreedores por un monto que superaba el endeudamiento original y, sin embargo, los pasivos no dejaban de crecer.
En la última década, sobre una deuda interna gubernamental que en diciembre de 2000 era de 668 mil 321 millones de pesos, la administración federal ha transferido a sus acreedores recursos por un billón 104 mil 881 millones de pesos, para cubrir los intereses y comisiones generados por esos pasivos, indican los datos de la SHCP.
No obstante, en el periodo comprendido entre diciembre de 2000 y abril de 2011 –para hacer la cifra comparable en el tiempo con el pago de intereses– la deuda interna del gobierno federal creció en 2 billones 331 mil 806 millones de pesos.
Se trata de una cantidad que multiplica por 4.4 el saldo registrado al inicio de la primera gestión panista al frente del Ejecutivo federal.
El monto de recursos públicos empleado para pagar los intereses y comisiones relacionados con la deuda interna duplican el monto de la inversión física directa del gobierno federal, que entre 2001 y abril de 2011 sumó 503 mil 149 millones de pesos, indicaron los datos de la SHCP.
Este es el tamaño del “éxito” de los sabios neoliberales del panismo, que como todo fenómeno socioeconómico debe entenderse en su contradicción: lo que unos pierden otros lo aprovechan, en este caso el despojo de recursos públicos engorda los bolsillo de la mafia del poder.
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