Los Ángeles, California
Domingo 12 de junio de 2011
* Discurso del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, en la asamblea informativa en Los Ángeles, California, con los mexicanos radicados en los Estados Unidos
Amigas y amigos, paisanas, paisanos:
Agradezco mucho su presencia en este acto. Vengo a informarles, en representación de muchos mexicanos, mujeres y hombres que formamos parte del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), sobre lo que estamos haciendo para lograr el renacimiento de México.
Empiezo diciéndoles que, a partir del fraude electoral de 2006, luego que nos robaron la Presidencia de la República, en circunstancias muy difíciles, tomamos la decisión de seguir luchando hasta lograr la transformación del país, de nuestro México. Como ustedes comprenderán, en esos momentos teníamos varias opciones. Había varios caminos. Muchos ciudadanos mexicanos indignados y molestos por el fraude exigían que fuéramos al fondo, que actuáramos con energía y que por ningún motivo se permitiera la imposición de Felipe Calderón.
Esto implicaba movilizaciones y tomas de instalaciones estratégicas que, muy probablemente, nos iban a llevar al enfrentamiento y al derramamiento de sangre. Ese camino lo rechazamos, porque nuestro movimiento ha sido, es y seguirá siendo pacífico; así lo demuestran los hechos: a pesar de que se trató de un tremendo agravio, hemos actuado con absoluta responsabilidad. En todo este tiempo no se ha roto un vidrio, ni nadie puede decir que por culpa nuestra una sola persona haya perdido la vida.
Además, consideramos que la violencia no es el camino para transformar a México. Nunca vamos a caer en la trampa de provocar el enfrentamiento entre hermanos. Los potentados, que son los que realmente dominan, si se desatara una revuelta ni siquiera darían la cara, mandarían a policías y soldados que también son pueblo: forman parte de familias pobres que, inclusive, simpatizan con nuestra causa. Más aun, la vía de la confrontación, por lo general, no cambia el fondo de las cosas.
Ahí está el ejemplo reciente de Egipto. En 18 días de movilizaciones hubo 800 muertos. Se logró, es cierto, la caída del dictador Mubarak, pero actualmente gobierna una junta militar, y nosotros lo que queremos es un cambio profundo. No se trata de quitar a unos para poner a otros, iguales o peores, sino de lograr una renovación tajante de la vida pública.
Otra opción que teníamos era aceptar el fraude, con lo cual hubiésemos actuado como traidores. Ello hubiese significado cancelar por completo la vía democrática, aceptar en los hechos que sólo unos cuantos pueden decidir quién sí y quién no debe gobernar, anulando el derecho del pueblo a elegir libremente a sus autoridades.
También pudimos, después del fraude, hacernos a un lado, retirarnos a nuestras casas y, si acaso, volver a participar, “a correr”, como le llaman aquí, en futuras elecciones.
Afortunadamente, lo que decidimos fue seguir luchando hasta lograr la transformación de la vida pública del país. Y qué bueno que actuamos de esa manera, porque de haber claudicado, o peor aun si hubiésemos transado con la mafia en el poder, hoy no existiría este movimiento que, gracias a la perseverancia de hombres y mujeres libres y conscientes, es la única esperanza para la mayoría de los mexicanos, sobre todo, para los más pobres y desposeídos.
Les informo que, de 2007 a la fecha, me he dedicado a recorrer todo el país para recoger los sentimientos de la gente y mantener encendida la llama de la esperanza. En este tiempo he visitado los 2038 municipios del país de régimen de partido y también los 418 municipios indígenas de usos y costumbres del estado de Oaxaca. Hemos celebrado asambleas informativas en todas las cabeceras municipales de México.
De modo que puedo asegurarles que conozco los municipios de donde ustedes son originarios; es decir, les puedo contar historias, describir el paisaje y la cultura de los 58 municipios Zacatecas, de los 81 municipios de Guerrero, de los 113 de Michoacán, de los 217 municipios de Puebla, de los 570 municipios de Oaxaca, en fin de todos los municipios de México.
De igual forma, nuestro movimiento se ha ocupado de defender la economía popular, de defender los recursos naturales de la nación, en particular el petróleo, y siempre estamos apoyando a quienes son víctimas de abusos, injusticias y de violación de sus derechos humanos.
Las permanentes giras por el país han tenido también la finalidad de ir construyendo, desde abajo y con la gente, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Aclaro que en Morena participan por su propia voluntad, militantes del PRD, del PT y de Convergencia, así como muchos ciudadanos sin partido, mujeres y hombres de buena voluntad, dispuestos a contribuir en la transformación de México.
Actualmente, les informo, ya contamos con comités en todos los municipios y nos hemos propuesto tener un comité en cada una de las 65 mil secciones electorales del país. Hasta ahora, llevamos 31 mil, el 48 por ciento, y para diciembre de este año, cubriremos todo el territorio nacional. Asimismo, hemos echado a andar un plan sencillo, pero eficaz y trascendente: estamos llamando a ciudadanos que simpatizan con nuestro movimiento a que participen como protagonistas del cambio verdadero.
Se trata de que cada mujer, cada hombre consciente, se apersone y convenza, entre familiares, amigos, vecinos, compañeras y compañeros de trabajo, a cinco ciudadanos más. Informo a ustedes que ya se han inscrito más de un millón 300 mil ciudadanos como protagonistas del cambio verdadero y pretendemos que, a finales de este año, vamos a llegar a la meta de contar con 4 millones de protagonistas del cambio verdadero. Si cada uno cumple con su compromiso de convencer a cinco, tendremos el respaldo de 20 millones de ciudadanos.
De esta forma, haciendo cada quien lo que le corresponde y, de manera pacífica, sin violencia, con la participación organizada del pueblo, vamos a lograr que se inicie, en el 2012, una nueva etapa en la historia de México. vamos a iniciar la transformación de la vida pública de México.
Quiero aquí aclarar, porque es necesario. Nuestro movimiento tiene como objetivo superior la transformación del país, no se trata nada más de llegar a los cargos públicos, aunque estemos hablando del cargo público más importante de nuestra pública. No es la lucha del poder por el poder, mucho menos la ambición al dinero.
Lo que queremos es que en nuestro país haya una renovación tajante de la vida pública y para que se entienda mejor, pensemos que sólo han habido tres transformaciones en la historia de nuestro país: la Independencia, la Reforma y la Revolución, y nosotros queremos llevar a cabo la cuarta transformación de la vida pública de nuestro país.
Apostamos a la transformación de México desde abajo y con la gente, porque paisanas y paisanos, no vemos otra salida. Estamos convencidos que el cambio no se va a dar de arriba hacia abajo, porque los potentados no quieren perder, ni dejar de acrecentar sus privilegios, a ellos aunque le vaya mal al país y al pueblo, siempre les va bien y no les importa el destino del país ni el sufrimiento del pueblo.
Ellos padecen de la enfermedad de la codicia y en ese afán no se detienen, aunque se destruya a nuestro país y se arruine a nuestro pueblo. Por eso sostenemos y en esto se sintetiza nuestra estrategia, decimos que sólo el pueblo puede salvar al pueblo y sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación.
Tenemos bastante claro que el principal problema de México es el predominio de una mafia en el poder y que a ello se debe la actual decadencia y la tragedia nacional. Los grandes y graves problemas nacionales se han originado o agravado porque un grupo se ha apropiando de los bienes del pueblo y de las instituciones públicas.
La concentración desmedida de dinero y poder en unas cuantas manos ha cancelado el futuro de millones de mexicanos. Y este desequilibrio de pocos que tienen mucho y muchos que tienen poco, produjo la ruptura del pacto social y el actual estallido de inconformidad, odio y resentimiento que padecemos.
De modo que el único camino es derrotar a esa oligarquía por la vía pacífica, por la vía electoral, para establecer en México una auténtica democracia, un gobierno del pueblo y para el pueblo, que distribuya con justicia las riquezas de la nación y haga posible el bienestar, la tranquilidad y la felicidad del pueblo.
Se trata de construir un nuevo pacto social. Y a eso, precisamente, estamos convocando a todos los mexicanos. En este movimiento participan y hay cabida para indígenas, campesinos, obreros, trabajadores independientes, migrantes, maestros, profesionistas, deportistas, artesanos, artistas, intelectuales, empresarios, comerciantes; jóvenes y adultos mayores, mujeres y hombres de todas las corrientes de pensamiento, creyentes y no creyentes, mexicanos todos de buena voluntad, para lograr unidos, la gran hazaña de salvar a nuestro querido México.
Proponemos también que, esta unidad en la diversidad, se pueda dar teniendo como eje un proyecto alternativo de nación, un nuevo proyecto de nación. Estamos abiertos a que se analice y se enriquezca el que ya hemos presentado, que es fruto del trabajo de un grupo de especialistas e intelectuales, elaborado luego de que se recogieron las opiniones de la gente en una amplia consulta nacional.
En esencia, lo que se plantea es cambiar la política económica de élite que se ha venido imponiendo a costa del sufrimiento del pueblo y del interés nacional; proponemos impulsar actividades productivas y generar empleos; rescatar al campo del abandono y lograr la soberanía alimentaria; apoyar a pequeñas y medianas empresas, que son las que más mano de obra ocupan; impulsar la industria de la construcción para reactivar pronto la economía, construir la infraestructura, las obras que hacen falta y al mismo tiempo generar empleos; utilizar al sector energético como palanca del desarrollo; dejar de vender petróleo crudo al extranjero para procesar en nuestro país la materia prima, mediante la construcción de cinco grandes refinerías y no estar –como sucede ahora— importando 400 mil barriles diarios de gasolinas; reducir la compra de energía eléctrica a las empresas extranjeras y operar a toda su capacidad las plantas de energía eléctrica del sector público, y que todo esto se traduzca en ofrecer a consumidores y a pequeños empresarios, precios más bajos de gasolinas, diesel, gas y energía eléctrica.
También proponemos terminar con las prácticas monopólicas, que haya competencia, se eviten los precios exagerados en bienes y servicios, que los consumidores mexicanos, si se combaten a los monopolios y no se permiten las prácticas monopólicas, que dicho sea de paso están prohibidas en la Constitución, puedan ahorrar hasta el 10 por ciento de sus ingresos; estamos planteando también abolir los privilegios fiscales, porque actualmente las grandes empresas, quienes realizan operaciones en la Bolsa de Valores y las compañías mineras, no pagan impuestos; limpiar al gobierno de corrupción, de arriba hacia abajo, como se limpian las escaleras; acabar con la impunidad y combatir con energía a la delincuencia de cuello blanco.
Se habla mucho de la delincuencia organizada pero no se dice nada prácticamente de la delincuencia de cuello blanco, de los que se han apoderado de todo, que de la noche a la mañana se hacen inmensamente ricos, a costa del sufrimiento del pueblo. Eso se tiene que terminar.
Vamos a reducir a la mitad los sueldos de los altos funcionarios públicos. Es una ofensa que los altos funcionarios públicos en nuestro país ganen más que otros funcionarios del mundo. Es una ofensa que un ministro de la Corte de nuestro país gane más que el presidente Obama de los Estados Unidos.
Vamos a eliminar todos esos privilegios, porque no puede haber gobierno rico con pueblo pobre. Se va a aplicar una política de austeridad republicana.
Se van a eliminar las pensiones a los ex presidentes de la República, se van a suprimir los gastos médicos, las cajas de ahorro, el uso de aviones, helicópteros y otras prebendas de la alta burocracia; vamos a democratizar los medios de comunicación.
No es posible, es inaceptable que en nuestro país los medios de comunicación estén al servicio de la mafia del poder, que existan monopolios en el manejo de la comunicación, que sólo dos televisoras controlen la mayor parte de la audiencia en nuestro país.
Vamos a democratizar a los medios, pero no se van a expropiar a los medios de comunicación, nada más habrá competencia y ya no monopolios, si cualquier ciudadano quiere tener un canal de televisión o una estación de radio, va a poder hacerlo, para que de esta manera haya competencia y se tenga informados a los ciudadanos, con objetividad y con profesionalismo.
Vamos a terminar también con los cacicazgos en los sindicatos. Para que quede más claro, ya no va a haber cacicazgos como el de Elba Esther Gordillo en el magisterio.
Se va a elevar el salario mínimo cuando menos el doble; se va a elegir democráticamente a los ministros de la Corte, porque actualmente los 11 ministros fueron nombrados por Salinas, Diego Fernández, Fox Calderón o Manlio Fabio Beltrones y, como es lógico, a ellos les tienen que servir y no al pueblo.
Tenemos que cambiar la actual legalidad, tiene que haber una nueva legalidad para que el Poder Judicial actúe como faro de la ley, para que de esta manera todos tengamos que ajustarnos a la legalidad, pero que sea pareja, no lo que sucede actualmente, que sólo se castiga al que no tiene con que comprar su inocencia.
Vamos a atender y respetar a todos, pero se va a dar preferencia a los pobres; se va a garantizar a los jóvenes el derecho a la educación; se va a dar atención médica y medicamentos gratuitos para quienes no cuentan con seguridad social y va a haber pensión para todos los adultos mayores y discapacitados del país.
Vamos a enfrentar el problema de la inseguridad y de la violencia, creando un ambiente de progreso y bienestar, con oportunidades para todos, vamos a rescatar a los jóvenes con empleo y educación, antes de que caigan en las redes del crimen organizado; se va a acabar con el contubernio entre autoridades y delincuencia organizada; se va a cuidar que los encargados de seguridad pública y la procuración de justicia sean ciudadanos de inobjetable honestidad; se van a mejorar los sueldos y las prestaciones de todas las corporaciones policiacas; se va a retirar gradualmente al ejército de las calles; no se va a permitir la violación de los derechos humanos; vamos a enfrentar esa obsesión de querer combatir la violencia con la violencia, el mal con el mal, y se va a establecer el principio de que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia.
Se va a proteger la naturaleza y el medio ambiente y se va a impulsar la creación de una nueva corriente de pensamiento, para fortalecer valores culturales, morales y espirituales.
De modo que sí sabemos lo que se tiene que hacer para lograr el renacimiento de México. Pero lo primero es terminar con el predominio del pequeño grupo de potentados que actúan como amos y señores de México. Recordemos que la dictadura porfirista fue definida por Turner, en su libro México Bárbaro, como el régimen unipersonal más perfecto que existía en el mundo; posteriormente, Mario Vargas Llosa, definió al PRI como la dictadura perfecta y ahora lo que nos oprime e impide salir adelante y así lo podemos bautizar, es una dictadura encubierta que ha implantado, que ha montado una República aparente, simulada, falsa, que tiene secuestradas a las instituciones, que es dueña de los medios de comunicación más influyentes del país, con lo cual ha podido hipnotizar a muchos para llevar a cabo, con relativa facilidad, el saqueo más grande que se haya registrado en la historia de nuestro país.
También es necesario decir que este grupo, esta mafia de poder, que no son más de 30, es decir 16 multimillonarios, 11 políticos corruptos y tres tecnócratas. Ellos son los que mandan, lo demás es puro cuento, por ejemplo eso de que las instituciones están al servicio del pueblo, no es cierto, las instituciones están al servicio de la mafia del poder.
Eso que dicen que vivimos en un estado de Derecho, no es cierto, porque vivimos en un estado de chueco. Eso que dicen que vivimos en una democracia, tampoco es cierto, porque la democracia es un gobierno del pueblo y para el pueblo. Lo que se padece en nuestro país es una oligarquía, que significa el gobierno al servicio de unos pocos.
Este grupo, esta mafia, mantiene también y eso es importante tenerlo muy presente, tiene el control, domina en el PRI y en el PAN, ya compraron –si se puede decir de alguna manera— las franquicias de esos dos partidos. Son los dueños del PRI y del PAN. Utilizan a un partido o a otro de acuerdo a lo que le conviene. Por ejemplo, ahora que ya no les funciona el PAN ni Calderón, están sembrando la falacia de que los grandes y graves problemas nacionales se van resolver con el regreso del PRI a la presidencia y con el supuesto triunfo de Peña Nieto en el 2012.
Yo les pregunto paisanas, paisanos: ¿Ustedes creen que se van a resolver los problemas nacionales?
(No, responde la audiencia)
Ustedes piensan así porque son los más avispados del pueblo de México, son la vanguardia, pero hay muchos que ya están cayendo en esta trampa.
Los de la mafia del poder son voraces pero no son tontos. Hay que reconocer que ya mucha gente se está tragando ese plato de mentiras. Por eso, tenemos que trabajar mucho para orientar y hacer conciencia aquí y en nuestra patria; repetir y repetir que el PRI y el PAN son lo mismo, porque esa es la verdad.
Los de la mafia del poder, los dueños de estos partidos, dejan que se peleen el PRI y el PAN, cuando se trata de elecciones municipales o estatales, cuando hay que elegir a un gobernador, pero cuando está de por medio mantener el régimen de corrupción y privilegios, siempre los de arriba los ponen de acuerdo.
Ahora mismo, como parte de la operación de recambio que echaron a andar los que verdaderamente mandan y deciden en el país, a través de sus conductores de radio y televisión, han puesto de moda culpar de todo al PAN y a Calderón, al que ya han convertido, por anticipado, en chivo expiatorio. Es cierto que Fox, Calderón y otros panistas, son responsables del desastre nacional, sobre todo es cierto que mintieron al pueblo, mucha gente de buena voluntad creyó que en el 2000, con la llegada de Fox, las cosas realmente iban a cambiar.
Es cierto todo eso, pero también no debemos olvidar que la actual crisis se originó cuando el PRI estaba en su apogeo, fundamentalmente cuando Salinas entregó a sus allegados las empresas públicas, los bancos y las reservas mineras de la nación. En ese sexenio se creó la actual oligarquía y, en estricto sentido, esa política de pillaje se mantuvo con Zedillo, Fox y hasta ahora con Calderón.
Para tener una idea, paisanas y paisanos, de lo que ha representado el saqueo que se ha llevado en nuestro país en tan solo dos décadas, hablamos del saqueo más grande en la historia de México, no se puede ni siquiera comparar con el saqueo que hubo en la Colonia, entre otras cosas, porque la Colonia duró tres siglos, 300 años, y lo que han hecho ahora, lo han llevado a cabo en apenas dos décadas, que han saqueado a nuestro país.
Para tener una idea de lo que ha significado para nuestro país la llamada política neoliberal, les doy un dato que seguramente no conocen, porque no quieran estar informados, sino porque existe un control casi absoluto de los medios de comunicación: de Salinas a la fecha, se han concesionado a un pequeño grupo de empresas nacionales y extranjeras, 52 millones de hectáreas para la explotación de minas de oro, plata y cobre, propiedad de la nación; es decir, en 20 años han concesionado, han entregado el 27 por ciento de nuestro territorio. Ni durante el porfiriato se había llevado a cabo semejante enajenación de suelo patrio.
Hay muchas comunidades y ejidos en donde los indígenas y campesinos que son poseedores de esas tierras, desde antes de la Colonia, ni siquiera saben que ya esas comunidades y esos ejidos ya fueron concesionadas para que empresas extranjeras exploten el oro, la plata, el cobre en nuestro territorio.
De esta dimensión ha sido el saqueo que se ha llevado a cabo en el país. Y este y muchos otros atracos, los han legalizado con reformas a la Constitución y a las leyes, aprobadas –casi todas— por diputados y senadores del PRI y del PAN, que se hacen llamar representantes populares, cuando en realidad no son más que empleados de la mafia del poder.
Si no fuera porque esta minoría rapaz controla a la mayoría de los medios de comunicación en nuestro país e, inclusive, a algunos de este lado de la frontera, que utilizan para manipular y atontar al pueblo, nadie debería dudar que el PRI y el PAN, desde hace tiempo, están fusionados y representan los mismos intereses.
Por eso, tampoco, es exagerado sostener que la maniobra o el señuelo del regreso del PRI a la Presidencia, sería como el retorno de Antonio López de Santa Anna.
Aquí conviene recordar, porque es muy doloroso para nosotros, los mexicanos. Santa Anna fue once veces presidente de México, cuando llevaba 10 veces siendo presidente, fue cuando nos invadieron los estadunidenses, fue uno de los momentos más tristes en la historia de nuestro país, en 1847 se llegó a izar la bandera estadunidense en el Palacio Nacional, en el Zócalo de la Ciudad de México, ya nos habían arrebatado Texas, luego Nuevo México, Arizona y California y otros más. Nos quitaron más de la mitad de nuestro territorio.
¿Qué pasó entonces? Santa Anna se tuvo que ir al exilio, se fue a Colombia, pero era tanta la desorientación que había en nuestro país, que a los tres años posteriores de esa tragedia, se decidió ir de nuevo a buscar a Santa Anna, para que regresara a gobernar a México, porque él iba a salvarnos. Se le recibió en Veracruz y en todo el camino hacia la Ciudad de México se le vitoreó, se le aplaudió, porque nos iba a salvar.
Se cometió un grave error, porque Santa Anna regresa y todavía vende otra parte del territorio nacional, la Mesilla, y establece leyes en donde se cobraban impuestos hasta por las ventanas y las puertas de las casas y hasta por los perros que tenía la gente. Se convierte en alteza serenísima y fue un desastre.
Por eso digo ahora que el retorno del PRI a la Presidencia sería como el retorno de Santa Anna, acabarían con todo, entregarían los recursos naturales del país, venderían PEMEX, la industria eléctrica, privatizarían, por completo, la educación, la salud y la seguridad social, y terminaríamos como esclavos en nuestra propia tierra.
Tenemos que tener muy claro de que ni PRI ni PAN, no más engaños, vamos por un camino del todo nuevo, ya no el camino trillado de siempre, para eso estoy aquí con ustedes, en Los Ángeles.
Tenemos que tener muy claro. No son nuestros enemigos los priistas y los panistas de abajo, no es con ellos el pleito, porque si lo analizamos bien, ellos están igual de amolados, igual de desinformados y de esperanzados, como lo está la mayoría del pueblo. Las diferencias las tenemos –insisto—con los de arriba, con los de la cúpula del poder, con la mafia que se ha venido adueñando de México y que es la responsable de la actual tragedia nacional. Lo que estamos haciendo es convencer al mayor número de mexicanos, sean del partido que sean y a los que no pertenecen a ningún partido, para que todos juntos logremos la transformación de nuestro país.
Amigas y amigos. Paisanas, paisanos:
En lo que respecta al tema migratorio, desde hace mucho tiempo –tengo constancia de ello— hemos venido sosteniendo que ustedes se han visto obligados a emigrar por falta de trabajo y de oportunidades en nuestro país. Ya sabemos que nadie por gusto deja a su familia y abandona su tierra y su comunidad. Ustedes –lo digo de manera sincera—son seres humanos ejemplares. Su alto sentido de responsabilidad es admirable.
Tengamos en cuenta que durante más de dos décadas de imposición del llamado modelo neoliberal o de la política de pillaje, el crecimiento económico de México ha sido de los más bajos del mundo.
Ayer vino aquí Calderón a decir una gran mentira, nada más porque no puedo dejar pasar este asunto. La verdad que ya no me quiero ocupar mucho de él, porque ya la mafia del poder lo que busca es que nos entretengamos cuestionando a Calderón, mientras ellos van posicionando, van colocando, van enfilando a Peña Nieto, que es el candidato de la mafia del poder para el 2012, quieren que nos dediquemos nada más a estar cuestionando a Calderón.
Y la verdad Calderón se ganó su lugar en la historia, ya pasó a la historia, nada más que al basurero de la historia. Pero ayer vino a decir que marcha muy bien la economía de nuestro país, que hay mucho crecimiento económico.
Puso de ejemplo que en el 2010 tuvimos un crecimiento económico histórico, la verdad es que en el 2010 se creció, pero esto no significa que haya desarrollo y bienestar, porque se puede crecer y si no se distribuye el ingreso, como sucede en México, se beneficia nada más a los de arriba. Pero en términos cuantitativos, sí, en efecto, se creció a una tasa de 5.4 por ciento en 2010, nada más que se le olvidó a Calderón decir que un año antes, en el 2009, se cayó la economía, decreció la economía en 6.1 por ciento, es decir que en los últimos dos ni siquiera se pudo salir a …
Para tener una idea de lo que ha pasado en los últimos cuatro años, el crecimiento promedio ha sido del 1 por ciento, pero si descontamos el crecimiento poblacional, es resultado es cero crecimiento económico.
Eso es lo que ha sucedido de 1983 a la fecha y entonces por eso se abandonó la actividad productiva, se abandonó el campo, se dejaron de crear empleos, y si no hay empleos, no hay bienestar. No se han impulsado actividades productivas, por el contrario se desmanteló toda la política de fomento económico, el presupuesto público, que es dinero de todo el pueblo, se ha convertido en los últimos años en un botín al servicio de una minoría, ello explica con mucha claridad por qué en México en los últimos tiempos pasó a ser el país que más mano de obra exporta al extranjero.
Ustedes son fieles testigos de esta injusta y excluyente política económica, pero también se vale reconocer que a pesar de ello, ustedes han asumido una actitud de gran responsabilidad, que raya en el heroísmo. Ustedes, aún cuando se han visto obligados a emigrar, con su trabajo de este lado de la frontera, sorteando o aguantando el maltrato y la discriminación, de manera permanentemente, han enviado dinero a sus familiares en México, y han contribuido en mucho a la reactivación de la economía, del comercio y a la paz social en distintas regiones del país. No podemos olvidar que las remesas de más de 20 mil millones de dólares anuales, son después del petróleo, la principal fuente de ingresos en nuestro país.
En otras palabras, sin el espíritu emprendedor de ustedes, sin el amor que profesan a sus familias y a sus comunidades, es muy probable que se hubiese anticipado, se hubiese adelantado el estallido de odio y resentimiento, de inseguridad y de violencia que hoy se padece en casi todo el territorio nacional.
Pensemos que muchos jóvenes a los que se les han cerrado las puertas, que no tienen la posibilidad ni de trabajo ni de estudio, y que no han tomado la decisión de ustedes de abandonar sus pueblos, arriesgándolo todo para buscarse la vida de este lado de la frontera, muchos jóvenes que se han quedado han sido tentados y han tomado el camino de las conductas antisociales. Las cárceles en México, y esa es una dolorosa realidad, están llenas de jóvenes y los más de 40 mil asesinados o desaparecidos en la guerra estúpida de Calderón contra la delincuencia organizada, la mayoría, los que han perdido la vida, eran jóvenes sin oportunidades ni destino.
Por si fuese poco, ustedes también nos ayudan a demostrar que el pueblo de México no es flojo ni indolente, porque ustedes aquí, sorteándolo todo, muchos han podido salir adelante, y si no se progresar en nuestra patria, repito y esto lo debemos que tener en cuenta, es porque se padece de un régimen opresor que ha dejado sin futuro de millones de mexicanos.
Tampoco existe ninguna razón para el atraso en nuestro país, para que México no pueda progresar, no hay ninguna razón natural o geográfica que impida nuestro desarrollo. México, a pesar de que lo han saqueado por siglos, es uno de los países con más recursos naturales del mundo. Tiene todavía petróleo, gas, tiene agua, buenas tierras para la producción agropecuaria, litorales, bosques, selvas, minas de oro, de plata y de cobre, y el mejor recurso es su pueblo, bueno, noble, trabajador, un pueblo lleno de bondad.
Por eso nosotros sostenemos que todo depende de que nos organicemos y que se haga a un lado esta lápida y esta piedra, que impide a nuestro pueblo salir adelante y todo depende de que el pueblo se decida a ser libre, a ser dueño y constructor de su propio destino.
Esa es nuestra apuesta, pensamos que la gente va a terminar de despertar y que no va a haber nada que detenga la posibilidad del renacimiento de nuestro país.
También vengo a Los Ángeles, California, a decirles que cuando triunfe nuestro movimiento, que va a triunfar más temprano que tarde, vamos entonces a promover una política exterior distinta, desde luego, a la actual, sobre todo en lo que respecta a la posición del gobierno de México con el gobierno de Estados Unidos.
Al respecto, doy a conocer algunas definiciones básicas:
1. Vamos a mantener una relación de respeto con el gobierno de Estados Unidos, haciendo valer, en todos los casos y bajo cualquier circunstancia, nuestra soberanía. México nunca será base militar, protectorado ni colonia de ningún país extranjero.
2. Conviene a las dos naciones que haya cooperación para el desarrollo, no cooperación militar. Es equivocado pensar que países vinculados por la historia y la cultura y con tres mil kilómetros de frontera, puedan resolver sus problemas con muros, con militarización, con razzias, con deportaciones, con discriminación racial y con violación a derechos humanos. Desde aquí, desde Los Ángeles, manifiesto que en lugar del Plan Mérida y de que nos entreguen armamento y helicópteros, vamos a proponerles, que si realmente quieren ayudarnos, que participen con créditos, no usureros y sin condiciones vergonzantes, para proyectos de desarrollo regional en nuestro país, orientados a reactivar la economía, a crear empleos y a evitar que nadie, por necesidad, tenga que verse obligado a emigrar. Vamos a hacer entender que la mejor política migratoria para Estados Unidos dependerá siempre del desarrollo de México.
3. Desde ahora, exhorto de manera respetuosa al presidente Barack Obama para que cumpla su compromiso de campaña de regularizar la situación migratoria de millones de mexicanos que trabajan honradamente en Estados Unidos. Entiendo que está de por medio la cuestión electoral y que hay en este país una oposición conservadora que se niega a reconocer los derechos de los migrantes y que incluso, han optado por la persecución y el racismo. Pero todos debemos entender, todos los seres humanos, independientemente de razas y fronteras, que por encima de las fronteras, están los derechos universales del hombre, el derecho a la libertad de palabra, el derecho a la libertad de cultos; el derecho a vivir libres de miseria y el derecho a vivir libres de temor; derechos fue fueron proclamados desde los años cuarenta, precisamente, por ese titán de las libertades, ese presidente gigantesco, precursor de la política de la buena vecindad, Franklin Delano Roosevelt, uno de los mejores presidentes que ha habido en Estados Unidos.
Paisanas y paisanos:
Voy a regresar. Visitaré otras ciudades de la Unión Americana. Nos vamos a seguir encontrando. Les pido que nos ayuden, de este lado de la frontera, a informar, orientar, concientizar y organizar al pueblo. Hay que crear los comités del Movimiento Regeneración Nacional, e invitar a que nos ayuden como protagonistas del cambio verdadero.
Nuestro movimiento ha decidido que el embajador Héctor Vasconcelos –a quien le pido que pase para que lo conozcan— sea el enlace con los mexicanos radicados en Estados Unidos y con las organizaciones, clubes y federaciones de migrantes. Héctor Vasconcelos es un hombre de firmes convicciones democráticas y, por si fuese poco, es hijo de José Vasconcelos, el mejor secretario de Educación Pública en la historia de nuestro país.
Por ello Héctor que sirva de enlace, porque hay una realidad, y no vengo a cuestionar, porque lo que buscamos es la unidad de todos, pero hay muchos celos y sentimientos en las diferentes organizaciones y tenemos que mostrar la unidad y anteponer por encima de todo el interés de salvar a nuestro país. Podemos tener diferencias, estrategias distintas, pero nos une el objetivo superior de salvar a nuestro querido México.
Por eso decidimos que sea Héctor el enlace para que nos pongamos de acuerdo aquí, en Los Ángeles y en otras ciudades de los Estados Unidos.
Aprovecho para decir que he recibido la invitación del Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB) para asistir, aquí en Los Ángeles, a la clausura de su congreso estatal. Mis compromisos en México, voy a regresar, tengo otros encargos, otras encomiendas y voy a regresar ahora mismo, en unas horas más, tengo que estar mañana muy temprano, tengo un compromiso muy temprano que me impiden participar en ese importante evento.
Sin embargo, desde aquí, les mando un saludo fraterno y que les sirva de orgullo expresarles, que me consta, que el oaxaqueño es uno de los pueblos con más cultura en el mundo, como el pueblo de México y que no se confunda lo que es educación con cultura, porque hay quienes tienen mucha educación y alcanzan buenos niveles de escolaridad, llegan a tener maestrías y doctorados, y abandonan sus orígenes, abandonan sus costumbres y tradiciones, la cultura que, en el caso nuestro, debe ser siempre un orgullo, porque México se fundó hace 10 mil años, con todo respeto a Estados Unidos, es un país que ha sido muy solidario, también con ustedes y con muchos otros mexicanos en todas las épocas, pero con mucho respeto este país se fundó hace apenas 300 años, todavía pastaban los búfalos en lo que ahora es Nueva York, y ya en nuestro país había universidades públicas. Nosotros somos poseedores de una gran cultura.
Es para mí –se los digo de todo corazón-- ha sido una extraordinaria experiencia haber compartido con ustedes estos inolvidables momentos. Termino recordando que en estas ciudades fronterizas, tengo que referir, se refugiaron y fueron protegidos en algunas ocasiones y en otras no tanto, nuestros héroes nacionales.
El presidente Juárez cuando se tenía que defender nuestra República de la invasión francesa, decidió emprender un peregrinar hacia el norte y resistió, junto con su gabinete, en lo que se llamaba entonces Paso del Norte y que ahora se llama Ciudad Juárez. Aquí estuvieron también los magonistas, cuando no podían seguir orientando y concientizando a los trabajadores en nuestro país, porque eran acosados por la dictadura porfirista, vinieron a estas ciudades fronterizas y desde acá elaboraban el periódico Regeneración, lo sacaban por contrabando a nuestro territorio para despertar al pueblo y también estuvieron presos en otras ocasiones.
Pero aquí también quiero decir que hubo estadunidenses, hombres y mujeres de este país que siempre fueron solidarios con las causas del movimiento magonista. Mujeres estadunidenses que recibían herencias y que podían esos recursos al servicio de las causas de la Revolución.
Desde luego que aquí estuvo también Francisco Villa y otros dirigentes de nuestro país y aquí actuó, en la historia reciente, un gran dirigente, auténtico defensor de los derechos de los trabajadores migrantes, César Chávez, que decía: “Somos hijos de la Revolución mexicana, una revolución hecha por los pobres para obtener el pan y exigir justicia. Nuestra revolución –decía César Chávez— no será una revolución armada, pero nosotros queremos que el orden que existe hoy desaparezca y que un nuevo orden social venga a reemplazarlo”.
¡Viva César Chávez!
¡Vivan los trabajadores migrantes!
¡Viva el pueblo de México!
¡Viva el Movimiento Regeneración Nacional!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
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