A DEBATE
En defensa de los maíces criollos... una vez más
Susana Rappo
La primera semana de marzo de 2010 se realizará en Guadalajara una conferencia de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), cuyos objetivos son plantear las oportunidades y opciones que tienen los países pobres frente a la crisis alimentaria y climática.
Para algunos especialistas y organizaciones, dicha conferencia es un intento para promover los transgénicos en beneficio de las trasnacionales que los monopolizan. No es fortuito que la misma se realice a la par que se autorizan las siembras de maíz transgénico en México, a pesar de un fuerte movimiento social que ha procurado detener dicha siembra por ser el país, centro de origen del cultivo.
Por ello se han propuesto diversas acciones; por ejemplo, la Red en Defensa del Maíz, Vía Campesina y la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales convocan el 2 y 3 de marzo a una primera audiencia titulada “La contaminación transgénica del maíz: ¿crimen de lesa humanidad?”, mientras que un conjunto de organizaciones harán llegar una carta a dicha institución mencionado la consternación que existe por “ la decisión de la Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación al patrocinar una conferencia técnica sobre las biotecnologías agrícolas en un momento en el que el gobierno mexicano ha autorizado la siembra experimental de maíz transgénico, amenazando el centro de origen del maíz y su centro más importante de diversidad, con la contaminación transgénica irreversible. Este hecho ha sido vigorosamente denunciado –en este año internacional de la biodiversidad de las Naciones Unidas– por la sociedad civil mexicana, los pueblos indígenas, campesinos y todos los que están en defensa del maíz y de su historia en México”.
Señalando que la Evaluación Internacional de Conocimiento Agrícola, Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (IAASTD), evaluación completa, revisada por pares sobre el estado de los conocimientos agrícolas por más de 400 científicos y expertos de todo el mundo, copatrocinado por la FAO y otras agencias de Naciones Unidas, ha concluido que los cultivos transgénicos no aportan una contribución sustancial a las soluciones de los problemas fundamentales que enfrenta la agricultura hoy en día; por el contrario, la ingeniería genética es una tecnología en la búsqueda de un problema, una distracción, costosa y arriesgada, de las soluciones reales para resolver los problemas del hambre, la pobreza y los retos inminentes del cambio climático. Un aumento en el financiamiento a las soluciones que brinda la agricultura ecológica puede contribuir a la reparación de los ecosistemas degradados y proveer resistencia frente al cambio. Es el camino a seguir.
La FAO, se menciona, debe utilizar sus recursos para aplicar las opciones que se brindan en el resultado de la Evaluación Internacional de Agricultura. Para proteger el centro de origen del maíz, el gobierno mexicano debe poner en marcha las recomendaciones formuladas en 2004 por la Comisión del TLCAN para la Cooperación Ambiental en su informe sobre maíz y biodiversidad.
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