Alejandro Encinas Rodríguez
Nuevo pacto social para el Edomex
A pesar del despliegue industrial de otras épocas, de la red de infraestructura construida al paso de las décadas, de su ubicación estratégica en el centro del país, a pesar del esfuerzo individual de los mexiquenses, nuestro nivel de desarrollo está muy por debajo de su potencial y de lo que se ha prometido recurrentemente por los gobiernos del PRI en la entidad y por los federales del PAN.
Hoy cerca de 7 millones de personas viven en la pobreza en una entidad cuyo gobierno presume de vanguardista, pero cuyos resultados están lejos de lo requerido. Al menos 45 de cada 100 mexiquenses tienen insuficiencia de ingresos o carencias sociales que les impiden una vida digna, 37% de los mexiquenses está en condiciones de vulnerabilidad por ingresos bajos, más de 3 millones enfrentan insuficiencias en acceso a la alimentación, más de la mitad de los niños y niñas menores de 11 años del estado están en pobreza, en especial en el medio rural y en las familias que tiene como cabeza a una madre (23% de los hogares); 2.7 millones de mexiquenses tienen rezagos en educación, 6.6 millones tienen rezagos en servicios de salud y casi 10 millones en acceso a la seguridad social; 1.3 millones tienen rezagos en servicios básicos y en espacios de vivienda.
Cambiar esta situación implica un nuevo pacto social en la entidad, para que los mexiquenses sean sujetos de derechos sociales, dejando atrás la cultura del peticionismo y las dádivas gubernamentales, renovando la vida pública en el estado mediante un gobierno austero y el manejo honesto y eficiente de las finanzas públicas.
Nuevo pacto social para el Edomex
A pesar del despliegue industrial de otras épocas, de la red de infraestructura construida al paso de las décadas, de su ubicación estratégica en el centro del país, a pesar del esfuerzo individual de los mexiquenses, nuestro nivel de desarrollo está muy por debajo de su potencial y de lo que se ha prometido recurrentemente por los gobiernos del PRI en la entidad y por los federales del PAN.
Hoy cerca de 7 millones de personas viven en la pobreza en una entidad cuyo gobierno presume de vanguardista, pero cuyos resultados están lejos de lo requerido. Al menos 45 de cada 100 mexiquenses tienen insuficiencia de ingresos o carencias sociales que les impiden una vida digna, 37% de los mexiquenses está en condiciones de vulnerabilidad por ingresos bajos, más de 3 millones enfrentan insuficiencias en acceso a la alimentación, más de la mitad de los niños y niñas menores de 11 años del estado están en pobreza, en especial en el medio rural y en las familias que tiene como cabeza a una madre (23% de los hogares); 2.7 millones de mexiquenses tienen rezagos en educación, 6.6 millones tienen rezagos en servicios de salud y casi 10 millones en acceso a la seguridad social; 1.3 millones tienen rezagos en servicios básicos y en espacios de vivienda.
Cambiar esta situación implica un nuevo pacto social en la entidad, para que los mexiquenses sean sujetos de derechos sociales, dejando atrás la cultura del peticionismo y las dádivas gubernamentales, renovando la vida pública en el estado mediante un gobierno austero y el manejo honesto y eficiente de las finanzas públicas.
Este pacto social debe erradicar las causas generadoras de la desigualdad y la pobreza. Se trata de un acuerdo que pone por delante el interés de los pobres y las clases medias, y facilita la movilidad social, propicia la igualdad, combate la exclusión y orienta el crecimiento económico en el estímulo al empleo, y en el impulso para que cada persona, familia y comunidad desarrolle su potencial humano.
Se trata de que la población tenga acceso a medios económicos, sociales y humanos necesarios para desarrollarse de forma sana, culta y segura en un medio habitable, sin riesgos, donde exista un entorno de cooperación y movilidad social, solidaridad entre las comunidades y apoyo permanente del gobierno. Donde bienestar signifique estar bien, sin incertidumbre.
La igualdad social es valor fundamental de la democracia y un requisito para la libertad política. Sin una relación virtuosa entre igualdad social y libertad política no hay verdadera democracia.
La política social en el Estado de México se ha basado en concesiones de parte del gobierno, a través de las organizaciones corporativas y de las instituciones gubernamentales. De donde surge la nefasta idea de que la mejora social es un beneficio provisto por la autoridad y gestionado por un intermediario, lo que conlleva a condicionar el ejercicio efectivo de los derechos civiles a la subordinación a la autoridad.
Fincar la política social en la ciudadanía implica reconocer sujetos y no sólo beneficiarios, reconocer interlocutores y no subordinados. Desplegar la ciudadanía social demanda una acción pública que enfrente la pobreza y el rezago social, a fin de fortalecer una ciudadanía activa y plena. Una democracia sin ciudadanía social es una democracia amenazada, expuesta al riesgo de la manipulación y el intercambio de votos por dádivas gubernamentales. La pobreza no se distribuye de forma homogénea, y en los hechos algunos grupos están más afectados que otros. Más de la mitad de los niños y niñas menores de 11 años del Estado de México están en condiciones de pobreza, sobre todo en el medio rural. En especial, las familias que tienen como cabeza a una madre soltera, que corresponden al 23% de los hogares del estado, enfrentan condiciones que facilitan la reproducción generacional de la pobreza.
Candidato a gobernador por la coalición Unidos Podemos Más en el Estado de México
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