CARPETA
Méndigos rateros
SERGIO CORTÉS SÁNCHEZ
El encabezado corresponde a la respuesta de un inmigrante poblano radicado en el estado de California a la pregunta sobre los apoyos recibidos de parte del gobierno poblano. Las opiniones vertidas por los líderes de 20 organizaciones de inmigrantes poblanos radicados en varias entidades de Estados Unidos son el objeto de este artículo y parte de la ponencia que mañana presentaré, en coautoría, en el Foro del campo poblano (en el Complejo Cultural Universitario); dicho acto forma parte de los trabajos preparatorios del 8º Congreso de la Asociación Mexicana de Estudios Rurales que tendrá como sede a la UAP.
La estimación del número de inmigrantes mexicanos radicados en Estados Unidos varía por muchas razones: lo medido; la vara para medir; el medidor; el tiempo y el espacio en que se realizó la medición; la definición de inmigrante y de mexicano y el uso del dato. La crisis reciente de Estados Unidos nos devolvió un millón de mexicanos y el flujo laboral anual con destino hacia ese país se redujo a la mitad del registrado en el año 2007. Con relación a la población residente en México, los inmigrantes en Estados Unidos son 11 por ciento; si la comparación es entre la población económicamente activa de México y los inmigrantes mexicanos de 16 años incorporados a las actividades económicas en aquel país, el porcentaje es de 20 por ciento, y si lo que estamos considerando es a la población de origen mexicano radicada allá (los nacidos en México y los nativos en Estados Unidos con ascendientes mexicanos), el porcentaje es de 28 por ciento con relación a la población residente en México.
La entidad poblana, al igual que todos los estados de la República, participa en la emigración laboral hacia Estados Unidos. Son muchas las razones del éxodo laboral; entre otras, la precariedad de las remuneraciones que no garantizan un nivel de vida decoroso y la insuficiencia en la creación de nuevos empleos. La pérdida de población es cercana a los 12 millones, y la entidad poblana ha contribuido con 6 por ciento (con un más o menos 1 por ciento de variación en función de lo medido); no siempre ha sido así: hace un cuarto de siglo su participación no llegaba al 1 por ciento; la reestructuración del aparato productivo; mayores importaciones; la relocalización de industrias; el impulso oficial al desarrollo de maquilas en la frontera norte y una severa contracción en la oferta nacional de empleo reconfiguró los desplazamientos laborales de muchos, entre ellos, de los poblanos.
En Puebla existe una sólida cultura migratoria; tan sólo en el municipio de Puebla, según nuestra propia fuente, 22 por ciento de los hogares tienen familiares radicando fuera de la entidad, la mitad de ellos en el extranjero. Si la referencia es la emigración internacional en el último quinquenio de un miembro de la familia nuclear, una de cada 20 familias está en esas condiciones; lo mismo se observa con relación a los antecedentes migratorios del jefe de familia del municipio de Puebla, uno de cada 20 estuvo en Estados Unidos. Todo el territorio poblano es fuente de expulsión de fuerza de trabajo, y toda entidad de Estados Unidos es lugar de destino, aunque la mayoría de los poblanos se concentra en California y en Nueva York.
La dispersión geográfica de las localidades de expulsión de fuerza de trabajo poblana no ha sido obstáculo para qué novedosos mecanismos de comunicación permitan trasmitir, en tiempo real, las vicisitudes de los emigrados hacia Estados Unidos. De primera mano se conoce la ineficiencia administrativa del consulado mexicano; del atropello de los cuerpos policiacos norteamericanos; del abuso de empleadores que les niegan las prestaciones laborales mínimas consignadas en la ley federal; de la discriminación y xenofobia de que son objeto y del riesgo del cruce indocumentado. Esas percepciones se reflejan en la encuesta que aplicamos los días 4 al 9 de diciembre del año 2010 a mil 200 ciudadanos radicados en el municipio de Puebla u entrevistados en sus hogares: 95 por ciento de ellos considera inadecuado el trato que la migra le da a los connacionales: 78 por ciento considera que el gobierno de Estados Unidos no respeta a los inmigrantes mexicanos; 75 por ciento manifiesta desconfianza hacia Estados Unidos; 78 por ciento manifiesta que el gobierno mexicano ha demostrado debilidad ante su par del país del norte y 83 por ciento dice que poco o nada ayuda el gobierno mexicano a los connacionales que radican en Estados Unidos.
En dicha encuesta se mencionan algunos temas de la agenda migratoria que deberían ser objeto de ocupación del próximo gobernador de Puebla: 77 por ciento de los ciudadanos se pronunció por una solución bilateral del tema migratorio; 79 por ciento desea que haya libre tránsito entre México y Estados Unidos; 41 por ciento dijo que se iría a trabajar a Estados Unidos y 21 por ciento cruzaría sin documentos el Río Bravo.
El Instituta Nacional de Mexicanos en el Exterior registra mil 788 organizaciones de mexicanos en Estados Unidos, de las cuales, 46 corresponden a Puebla. La mayoría de los clubes poblanos se crearon en el último quinquenio y, por lo general, refrendan su origen étnico y sus compromisos con sus comunidades de origen: se definen como mexicanos, no como chicanos, México–Americanos, estadounidenses, latinos o multiétnicos; sus áreas de interés responden al desarrollo social de sus comunidades más que a su integración a la sociedad estadounidense y los objetivos explícitos de los clubes poblanos corresponden a proyectos económicos, sociales y culturales de sus comunidades de origen más que a las condiciones de vida y de trabajo de los inmigrantes poblanos. Del total de 46 organizaciones de poblanos registradas, 20 atendieron la petición de valoración de la gestión migratoria de Mario Marín Torres; 13 de ellas no respondieron la llamada ni al correo electrónico enviado; siete manifestaron que el teléfono estaba equivocado y en seis organizaciones el teléfono está fuera de servicio. De las dos decenas de organizaciones con la que establecimos contacto, 14 niegan haber recibido algún tipo de ayuda o asesoría y seis manifestaron haber sido ayudados. Transcribo algunas respuestas a la pregunta ¿qué tanta ayuda (o ausencia de) recibieron ustedes del gobierno de Puebla en el último sexenio? (17 entrevistas telefónicas y tres entrevistas escritas realizadas entre el 12 y el 14 de enero del año 2011):
“¿Ayuda? ¿Cuál ayuda? ¿El 3x1 migrantes por mencionar uno? y en el cual yo me interesé en un principio: un fraude más por escrito y a la vista pública, le debería de dar pena al secretario de Sedesol al proponer que uno como ciudadano financie un proyecto de agua potable o la construcción de escuelas. Estamos en pleno siglo XXI, esos servicios son básicos para la vida diaria y en México se pagan más impuestos que aquí en América, hasta por tener una cuenta bancaria y depositar dinero te cobran impuestos, méndigos rateros, ¿por qué no les alcanza todo lo que roban para hacer obras públicas?
No se ayuda en nada, solo nos hablaban para acompañar a Marín en sus giras de trabajo en Estados Unidos, pero nunca se hizo nada benéfico para el Club; se propuso un proyecto de crianza de engorda de borregos y vacas, pero no se dio respuesta, no se concretó.
“No obtuve ayuda; es muy difícil trabajar con el gobierno. Desafortunadamente para mí y mi comunidad hay un muro burocrático enorme y las personas que buscamos trabajar por un futuro mejor no podemos por esa burocracia.
“No se ha recibido la ayuda necesaria para operar correctamente, ya que se opera en casa propia, no se cuenta con oficinas para la atención, y además los trámites para acta de nacimiento, de defunción, certificados entre otros, tarda mucho en ser obtenidos por la gente que los pide, a veces tarda hasta más de seis meses y eso dificulta la continuidad de las peticiones.
“No hubo ninguna ayuda, los proyectos que se tenían como el de la siembra de nopal y comercialización del mismo no se concretó por falta de apoyo y administración, además de que el Club no recibe ninguna ayuda económica del gobierno del estado; opera mediante recursos propios.
“No se recibió ningún apoyo del gobierno del estado, sólo fueron palabras, al principio había comunicación con delegados de la Casa Puebla, luego se perdió; había ocasiones que nos invitaban a fiestas o a eventos. No se dio continuidad al programa 3x1 migrantes. Además el proyecto que se pretendía elaborar no se concretó, que fue la crianza de engorda de ganado vacuno y su comercialización.
“Sí se recibió ayuda del estado de Puebla, se realizaron dos proyectos, el de la rehabilitación de los parques en la localidad de Atzitzintla y de la ampliación del atrio de la iglesia .
“Sí se ha apoyado a la Organización y a la gente, dado que (el gobierno de Puebla) aportó el sueldo de las personas que laboran en ésta y la renta de las oficinas; ha sido una ayuda suficiente para las necesidades de la gente. Además, durante su sexenio (de Mario Marín) no se cobró ningún trámite de documentación.
“Sí se recibió ayuda por parte del gobernador en algunos proyectos referidos al programa de inversión de los migrantes en su comunidad, como fue el proyecto de remodelación de la iglesia de Coatzingo y otro proyecto que no se pudo concretar que fue el de los invernaderos. Además, se ayudó a la gente con documentación de actas de nacimiento, repatriación de los migrantes muertos, licencias de manejo, constancias, etcétera. No se cobra ningún trámite y la renta de las oficinas es cubierta por el gobierno del estado de Puebla.”
Los testimonios mencionados reflejan las opiniones encontradas acerca de la gestión administrativa de Mario Marín, pero no dejan duda acerca de la orientación general del balance; siete valoraciones negativas y tres positivas. Hay consenso entre los inmigrantes poblanos radicados en Estados Unidos de que los distintos niveles de gobierno deben hacer más por las comunidades de alta intensidad migratoria y por México, sobre todo, ser eficientes y probos, justos e incluyentes y aplicar políticas que beneficien a la mayoría de la población.
El encabezado corresponde a la respuesta de un inmigrante poblano radicado en el estado de California a la pregunta sobre los apoyos recibidos de parte del gobierno poblano. Las opiniones vertidas por los líderes de 20 organizaciones de inmigrantes poblanos radicados en varias entidades de Estados Unidos son el objeto de este artículo y parte de la ponencia que mañana presentaré, en coautoría, en el Foro del campo poblano (en el Complejo Cultural Universitario); dicho acto forma parte de los trabajos preparatorios del 8º Congreso de la Asociación Mexicana de Estudios Rurales que tendrá como sede a la UAP.
La estimación del número de inmigrantes mexicanos radicados en Estados Unidos varía por muchas razones: lo medido; la vara para medir; el medidor; el tiempo y el espacio en que se realizó la medición; la definición de inmigrante y de mexicano y el uso del dato. La crisis reciente de Estados Unidos nos devolvió un millón de mexicanos y el flujo laboral anual con destino hacia ese país se redujo a la mitad del registrado en el año 2007. Con relación a la población residente en México, los inmigrantes en Estados Unidos son 11 por ciento; si la comparación es entre la población económicamente activa de México y los inmigrantes mexicanos de 16 años incorporados a las actividades económicas en aquel país, el porcentaje es de 20 por ciento, y si lo que estamos considerando es a la población de origen mexicano radicada allá (los nacidos en México y los nativos en Estados Unidos con ascendientes mexicanos), el porcentaje es de 28 por ciento con relación a la población residente en México.
La entidad poblana, al igual que todos los estados de la República, participa en la emigración laboral hacia Estados Unidos. Son muchas las razones del éxodo laboral; entre otras, la precariedad de las remuneraciones que no garantizan un nivel de vida decoroso y la insuficiencia en la creación de nuevos empleos. La pérdida de población es cercana a los 12 millones, y la entidad poblana ha contribuido con 6 por ciento (con un más o menos 1 por ciento de variación en función de lo medido); no siempre ha sido así: hace un cuarto de siglo su participación no llegaba al 1 por ciento; la reestructuración del aparato productivo; mayores importaciones; la relocalización de industrias; el impulso oficial al desarrollo de maquilas en la frontera norte y una severa contracción en la oferta nacional de empleo reconfiguró los desplazamientos laborales de muchos, entre ellos, de los poblanos.
En Puebla existe una sólida cultura migratoria; tan sólo en el municipio de Puebla, según nuestra propia fuente, 22 por ciento de los hogares tienen familiares radicando fuera de la entidad, la mitad de ellos en el extranjero. Si la referencia es la emigración internacional en el último quinquenio de un miembro de la familia nuclear, una de cada 20 familias está en esas condiciones; lo mismo se observa con relación a los antecedentes migratorios del jefe de familia del municipio de Puebla, uno de cada 20 estuvo en Estados Unidos. Todo el territorio poblano es fuente de expulsión de fuerza de trabajo, y toda entidad de Estados Unidos es lugar de destino, aunque la mayoría de los poblanos se concentra en California y en Nueva York.
La dispersión geográfica de las localidades de expulsión de fuerza de trabajo poblana no ha sido obstáculo para qué novedosos mecanismos de comunicación permitan trasmitir, en tiempo real, las vicisitudes de los emigrados hacia Estados Unidos. De primera mano se conoce la ineficiencia administrativa del consulado mexicano; del atropello de los cuerpos policiacos norteamericanos; del abuso de empleadores que les niegan las prestaciones laborales mínimas consignadas en la ley federal; de la discriminación y xenofobia de que son objeto y del riesgo del cruce indocumentado. Esas percepciones se reflejan en la encuesta que aplicamos los días 4 al 9 de diciembre del año 2010 a mil 200 ciudadanos radicados en el municipio de Puebla u entrevistados en sus hogares: 95 por ciento de ellos considera inadecuado el trato que la migra le da a los connacionales: 78 por ciento considera que el gobierno de Estados Unidos no respeta a los inmigrantes mexicanos; 75 por ciento manifiesta desconfianza hacia Estados Unidos; 78 por ciento manifiesta que el gobierno mexicano ha demostrado debilidad ante su par del país del norte y 83 por ciento dice que poco o nada ayuda el gobierno mexicano a los connacionales que radican en Estados Unidos.
En dicha encuesta se mencionan algunos temas de la agenda migratoria que deberían ser objeto de ocupación del próximo gobernador de Puebla: 77 por ciento de los ciudadanos se pronunció por una solución bilateral del tema migratorio; 79 por ciento desea que haya libre tránsito entre México y Estados Unidos; 41 por ciento dijo que se iría a trabajar a Estados Unidos y 21 por ciento cruzaría sin documentos el Río Bravo.
El Instituta Nacional de Mexicanos en el Exterior registra mil 788 organizaciones de mexicanos en Estados Unidos, de las cuales, 46 corresponden a Puebla. La mayoría de los clubes poblanos se crearon en el último quinquenio y, por lo general, refrendan su origen étnico y sus compromisos con sus comunidades de origen: se definen como mexicanos, no como chicanos, México–Americanos, estadounidenses, latinos o multiétnicos; sus áreas de interés responden al desarrollo social de sus comunidades más que a su integración a la sociedad estadounidense y los objetivos explícitos de los clubes poblanos corresponden a proyectos económicos, sociales y culturales de sus comunidades de origen más que a las condiciones de vida y de trabajo de los inmigrantes poblanos. Del total de 46 organizaciones de poblanos registradas, 20 atendieron la petición de valoración de la gestión migratoria de Mario Marín Torres; 13 de ellas no respondieron la llamada ni al correo electrónico enviado; siete manifestaron que el teléfono estaba equivocado y en seis organizaciones el teléfono está fuera de servicio. De las dos decenas de organizaciones con la que establecimos contacto, 14 niegan haber recibido algún tipo de ayuda o asesoría y seis manifestaron haber sido ayudados. Transcribo algunas respuestas a la pregunta ¿qué tanta ayuda (o ausencia de) recibieron ustedes del gobierno de Puebla en el último sexenio? (17 entrevistas telefónicas y tres entrevistas escritas realizadas entre el 12 y el 14 de enero del año 2011):
“¿Ayuda? ¿Cuál ayuda? ¿El 3x1 migrantes por mencionar uno? y en el cual yo me interesé en un principio: un fraude más por escrito y a la vista pública, le debería de dar pena al secretario de Sedesol al proponer que uno como ciudadano financie un proyecto de agua potable o la construcción de escuelas. Estamos en pleno siglo XXI, esos servicios son básicos para la vida diaria y en México se pagan más impuestos que aquí en América, hasta por tener una cuenta bancaria y depositar dinero te cobran impuestos, méndigos rateros, ¿por qué no les alcanza todo lo que roban para hacer obras públicas?
No se ayuda en nada, solo nos hablaban para acompañar a Marín en sus giras de trabajo en Estados Unidos, pero nunca se hizo nada benéfico para el Club; se propuso un proyecto de crianza de engorda de borregos y vacas, pero no se dio respuesta, no se concretó.
“No obtuve ayuda; es muy difícil trabajar con el gobierno. Desafortunadamente para mí y mi comunidad hay un muro burocrático enorme y las personas que buscamos trabajar por un futuro mejor no podemos por esa burocracia.
“No se ha recibido la ayuda necesaria para operar correctamente, ya que se opera en casa propia, no se cuenta con oficinas para la atención, y además los trámites para acta de nacimiento, de defunción, certificados entre otros, tarda mucho en ser obtenidos por la gente que los pide, a veces tarda hasta más de seis meses y eso dificulta la continuidad de las peticiones.
“No hubo ninguna ayuda, los proyectos que se tenían como el de la siembra de nopal y comercialización del mismo no se concretó por falta de apoyo y administración, además de que el Club no recibe ninguna ayuda económica del gobierno del estado; opera mediante recursos propios.
“No se recibió ningún apoyo del gobierno del estado, sólo fueron palabras, al principio había comunicación con delegados de la Casa Puebla, luego se perdió; había ocasiones que nos invitaban a fiestas o a eventos. No se dio continuidad al programa 3x1 migrantes. Además el proyecto que se pretendía elaborar no se concretó, que fue la crianza de engorda de ganado vacuno y su comercialización.
“Sí se recibió ayuda del estado de Puebla, se realizaron dos proyectos, el de la rehabilitación de los parques en la localidad de Atzitzintla y de la ampliación del atrio de la iglesia .
“Sí se ha apoyado a la Organización y a la gente, dado que (el gobierno de Puebla) aportó el sueldo de las personas que laboran en ésta y la renta de las oficinas; ha sido una ayuda suficiente para las necesidades de la gente. Además, durante su sexenio (de Mario Marín) no se cobró ningún trámite de documentación.
“Sí se recibió ayuda por parte del gobernador en algunos proyectos referidos al programa de inversión de los migrantes en su comunidad, como fue el proyecto de remodelación de la iglesia de Coatzingo y otro proyecto que no se pudo concretar que fue el de los invernaderos. Además, se ayudó a la gente con documentación de actas de nacimiento, repatriación de los migrantes muertos, licencias de manejo, constancias, etcétera. No se cobra ningún trámite y la renta de las oficinas es cubierta por el gobierno del estado de Puebla.”
Los testimonios mencionados reflejan las opiniones encontradas acerca de la gestión administrativa de Mario Marín, pero no dejan duda acerca de la orientación general del balance; siete valoraciones negativas y tres positivas. Hay consenso entre los inmigrantes poblanos radicados en Estados Unidos de que los distintos niveles de gobierno deben hacer más por las comunidades de alta intensidad migratoria y por México, sobre todo, ser eficientes y probos, justos e incluyentes y aplicar políticas que beneficien a la mayoría de la población.
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