jueves, enero 27, 2011

Jaime Ornelas Delgado : La crisis sigue ahí

TENDAJÓN MIXTO
La crisis sigue ahí
Jaime Ornelas Delgado


A la memoria de Don Samuel Ruiz,

quien dio voz a los desposeídos.

La última gracejada de Bruno Ferrari, quien finge ser secretario de Economía del gobierno (de alguna manera hay que llamarlo) de Felipe Calderón, no tiene desperdicio. Resulta que para el señor Ferrari, quien tiene maestría en relaciones familiares y matrimoniales, la cuesta de enero, que hoy más que nunca agobia a los mexicanos, es “algo cultural”, es decir, que para don Bruno los precios suben el primer mes del año por costumbre, “porque cambia el calendario” y no porque suban los combustibles o el campo se encuentre devastado, los monopolios acaparen los alimentos y especulen con ellos ante la mirada (eso sí, muy) complaciente de las autoridades, sino por simple tradición cultural.

Sin embargo, terca realidad desde hace algún tiempo muestra que los precios de los productos básicos se mueven constantemente al alza sin esperar a enero para hacerlo y a lo largo de todo el año crecen más que el escuálido y renovado índice nacional de precios al consumidor que mide la inflación general. Pero los funcionarios no pueden engañar a los consumidores que día a día resienten los feroces incrementos en los precios de los bienes que consumen, situación que todo el tiempo pulveriza los salarios.


Debido a la absurda política neoliberal que despojó al país de su capacidad para producir alimentos, México es hoy profundamente dependiente de la producción externa, por eso es necesario e inevitable observar el comportamiento del mercado mundial de granos, cuyo comportamiento en nada beneficia a países como el nuestro.

Alarma, sin duda alguna, enterarse de la caída del inventario mundial de maíz y soya; el primero disminuyó en las últimas semanas al nivel más bajo en 15 años, y en 30 años en el caso de la soya, situación que abonó al efecto inflacionario que la escasez ha provocado en el precio internacional de estos productos.

Un seguimiento de precios elaborado con base en datos del Fondo Monetario Internacional, prevé que los precios del maíz, el trigo, el arroz, la soya y la avena alcanzarán sus niveles máximos en los próximos seis meses, a lo que se suma el hecho de que el aumento de la producción de etanol producido con maíz va a absorber 40 por ciento de la producción del grano en Estados Unidos, lo que sin duda, como ha venido sucediendo, afectará la disponibilidad de maíz en México.

A nivel mundial, el precio promedio de un conjunto de productos alimentarios, en el que se incluye cereales, aceites vegetales, carne, pescados, azúcar, plátanos y naranjas, repuntó 29.5 por ciento en el último semestre de 2010, lapso en el cual el incremento en el precio del maíz fue de 64.2 por ciento; el del tigo 94 por ciento y de 17 por ciento en el arroz.

Al incremento de los precios de alimentos en los mercados internacionales se ha sumado la previsión de una menor oferta de granos en los próximos meses. En este sentido, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, anticipa para este año una menor oferta de cereales, advirtiendo que la producción mundial de productos agrícolas será de 2 mil 812 millones de toneladas, cantidad inferior en 2.2 por ciento a la del año pasado. Esta oferta de alimentos será la más baja de los últimos tres lustros.

Por su parte, la fuerte demanda prevista para el aceite de soya va a situar sus inventarios en sus niveles más bajos de los últimos 30 años y el resultado podría consistir en el racionamiento o en precios más elevados con vistas a frenar la demanda.

Todas estas alzas de precios, sólo tiene un impacto directo en el gasto de la despensa sino que también es un factor desencadenante de la inflación y se añade a las causas del deterioro en el poder de compra del ingreso. Esto ha significado en México, quiera o no el señor Ferrari, una fuerte pérdida de poder adquisitivo de los salarios. En efecto, datos del documento “Balance de las Economías de América Latina y el Caribe”, elaborado a fines de 2010 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, muestran que de todos los países de América Latina, México fue el único que en ese año sufrió una reducción de 0.6 por ciento en el salario medio real, en cambio en Brasil tuvo una recuperación de 2.4 por ciento; Chile, de 2.1 por ciento y Argentina, de 12.6 por ciento. El caso extremo fue el de Honduras, pues en un intento de legitimar el golpe de Estado, por decreto presidencial se incrementó el salario mínimo 70 por ciento el año pasado. Finalmente, el menor poder adquisitivo en México se reflejó en una caída real de 2.4 por ciento en las ventas de las tiendas de autoservicio durante el año pasado, hecho que muestra que la crisis sigue ahí, aunque el señor Bruno Ferrari diga que eso es apenas “algo cultural”.

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