La crisis internacional y su efecto en México
Antonio Gershenson
La monodependencia del país fue una causa importante para
que México tuviera una de la peores crisis en 2009, una baja en el producto
interno bruto (en lo internacional se usa producto doméstico general: en inglés
GDP, gross domestic product) de 6.3 por ciento. Sólo Brasil, con un
comercio mucho más diversificado, tuvo en ese mismo año una baja de 0.3 por
ciento, casi nula especialmente frente a la de México. El otro extremo fue
China, que bajó de 14.2 por ciento en 2007 y 9.6 por ciento en 2008 a un
crecimiento en 2009 de sólo 9.2 por ciento (ya quisiéramos); e India, que pasó
de 10 por ciento en 2007 y 6.2 por ciento en 2008 a 6.6 por ciento en 2009,
todas estas cantidades, positivas.
Ahora viene otra baja. Estados Unidos está mejor que
Europa, pero de todos modos viene en baja: en el cuarto trimestre del año
pasado creció 3.0 por ciento de GDP. En el primer trimestre de este año aumentó
2.2 por ciento, y en el segundo, ya sólo 1.5 por ciento.
El Reino Unido bajó, ya con puras bajas, de menos 0.4 por
ciento por ciento en el último trimestre de 2011 a menos 0.3 por ciento en el
primero de 2012, y en el segundo trimestre la cifra más negativa, menos 0.7 por
ciento.
En España, en los tres últimos trimestres ya mencionados,
todas son cifras negativas, menos 0.3, menos 0.3 y menos 0.4 por ciento.
Para Alemania hay previsiones de más 0.5 por ciento, pero
en junio la producción industrial bajó 0.9 por ciento. Para Francia las
previsiones son de cero y luego de baja de 0.1 por ciento para el GDP
para el tercer trimestre de este año. El gobierno socialista francés ha tomado
medidas favorables al crecimiento y a la población, pero hasta el momento no se
reflejan en las cifras de las que hablamos.
Para China, ésta explica la influencia de la crisis de
Europa Occidental en su declinación del GDP. Las exportaciones a Europa se
desploman, y las importaciones de Europa son más baratas y aumentan. La moneda
china, yuan o renminbi, se encareció frente al euro, desde 2010, en 23 por
ciento. De ahí que en los últimos tres trimestres el ritmo de crecimiento del
GDP haya decaído: 8.9, 8.1 y 7.6 por ciento. El promedio de China en los años
2007-2012 fue de 10.1 por ciento.
Para India, ya se preveía desde finales del año pasado el
efecto de la crisis europea sobre la economía de ese país. En una discusión en
el Ministerio de Haciendaindio, Amartya Sen, premio Nobel e investigador de la
economía social, expuso el tema.
Este profesor, como ya lo dijimos entonces, critica a los
gobernantes europeos por impulsar programas de austeridad para tratar de
remediar sus problemas. Dice que esos programas llevaban a una catástrofe
en espiral que estaba afectando a más países europeos e invitando a
Estados Unidos a sumarse a la caída.
Continúa que Europa va por un camino de crecimiento lento
de 10 años o más, y que el problema es que tiene amplios nexos con India,
afectándola aunque el efecto sea mucho menor que el que se tiene en la propia
Europa.
Entonces, los dos últimos trimestres para India (no se ha
publicado el segundo de este año) fueron de 6.1 y 5,3 por ciento de crecimiento.
Su promedio fue, en 2007-2012, de 7.9 por ciento.
Los otros dos países del llamado BRIC tienen los
siguientes promedios en los años 2007-2012: Brasil, 4.0 por ciento, y Rusia,
que tuvo caída en 2009, de 3.1 por ciento. Rusia, sin 2009, tuvo todos los años
4 por ciento o más, cada uno. Estos dos países tienen menores ritmos de
crecimiento que China e India, pero claramente mayores que cualquiera de los
países de cierta importancia que no están en el BRIC.
En cuanto a México, es clara la dependencia. Las
exportaciones en primer lugar van a Estados Unidos –que ya vimos que crece cada
vez más despacio– y en segundo lugar a Europa occidental –peor tantito–.
Mientras que Brasil exporta productos agrícolas y minerales, y a más países,
incluso China también lo hace con productos de fabricación nacional. México exporta
productos como materia prima, maquila y refacciones, a los destinos mencionados
cuyas economías están empeorando. Mientras Brasil tiene un mayor mercado
interno, el de México está deprimido, sobre todo el mercado de la mayoría más
pobre de la población.
Si la crisis vuelve a llegarnos al estilo de 2009, ya
tenemos en ese año el ejemplo de lo que nos espera. Los discursos no van a
resolver nada.
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