miércoles, agosto 29, 2012

Pleito entre narcos


Pleito entre narcos
María Teresa Jardí

La verdad acaba por establecerse, muchas veces, a partir de la intuición de la gente. Se saben las cosas a pesar del inmenso encubrimiento que como plus de la impunidad y como pago se ha puesto también en manos del gran poder mediático en que se han convertido las televisoras. A las que Calderón deja como pago una gran bancada televisiva. Una vergüenza es todo lo que pasa hoy en el país como producto de los doce años de paso por el Ejecutivo de la derecha panista, con un usurpador como cabeza los últimos seis. País que ocupa el primer lugar como el que mayor número de analfabetas colecciona, como el más corrupto, el más irrespetuoso del Estado de derecho, el más violento, el menos democrático...
Las televisoras y su cuate García Luna han exhibido hasta el cansancio el nivel de impunidad que han tenido a lo largo del, hasta ahora, más sangriento sexenio de nuestra historia. Televisoras que hasta le han permitido hacer los shows que le han convenido a ese mayúsculo enemigo de la nación mexicana; creador de un impune, también, ejército paramilitar, que se queda para continuar siendo sufrido por los mexicanos desde la delincuencia organizada por el gobierno y desde la organizada por fuera del gobierno, quién sabe por cuánto tiempo.
Pleito entre narcos la última exhibida de ese enemigo de la nación Genaro García Luna, protegido de Felipe Calderón. Los de la CIA tuvieron suerte de no haberse convertido en más “daños colaterales” o “en ajuste de cuentas entre narcos mexicanos y extranjeros”, que en el fondo es, sin ninguna duda, de lo que trató la balacera de hace unos días. 
Capos, los de la CIA, del cártel controlador del resto de capos que afectan al mundo. Capos gringos del narcotráfico usando como su chofer a un marino mexicano. Qué vergüenza la entreguista Marina a la mexicana, convertida en otra institución con la estructura ética del todo desarmada. Pero peleando también, los almirantes, para ver si alguno de ellos es el favorecido con el hueso de ser nombrado como Secretario de la Defensa, que tanto deja. Y quizá hasta lo logren, a final de cuentas el último show del hacedor principal de espectáculos de Televisa, también los incluye.
Enfrentados a tiros elementos integrantes del capo de capos mexicano y elementos del cártel que acaba con el mundo: los paramilitares vestidos de negro que García Luna comanda contra elementos de la CIA que responde a los intereses del imperio yanqui. El dinero ya se sabe que es lo primero para EUA, que con el dinero del narcotráfico mantiene su sistema financiero. Porque no nos equivoquemos más. No se trata sólo de la droga mantenida como mercancía clandestina: la CIA es impulsora también, a donde llega, del terrorismo y que está involucrada en el lavado de dinero y en el tráfico de armas; y, debe controlar, sin duda, toda la gama del resto de delitos que tienen que ver con el crimen organizado: trata de blancas, secuestro, pederastia, asesinato de mujeres para deleite en películas pornos de los ricos que controlan el planeta...
Si no fuera tan dramática la situación debido a las consecuencias que para el conjunto del país va a tener la exhibición entre narcos “disputando el control de una plaza caliente”, hasta risa daría la nueva película producida por “García Luna shows”, que cualquier cosa por extrema que sea, en la que se quiera pensar, garantizan.
Hace unos días el del aeropuerto de la Ciudad de México disputándose seguramente un cargamento y ahora en Huitzilac, Morelos, para ver si de una vez a México invaden del todo los yanquis. A lo mejor eso es lo que busca Calderón ante la imposibilidad de haber logrado un estallido para justificar lo mismo, viendo que el tiempo se le acaba de manera rauda.
Murió el lunes la madre de los González Torres y les quiero enviar desde aquí mi más sentido pésame a los hijos. Sé que lo mucho que todos la querían los va a llevar a extrañarla de manera muy intensa. En particular sé que la pérdida va a ser enorme para el Enrique González Torres S.J. Inapelable es la muerte aunque a Enrique lo acompañe su firme creencia en un más allá mejor, sin duda que el acá que vamos a seguir sufriendo los que temporalmente seguiremos transitando por el aquí.

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