Julio Hernández López
Astillero
Luvianos, Jalisco, Tres Marías
Pugna en las alturas
Desmiente, que algo queda
Felipe dulcemente informa
El cierre de fin de sexenio acusa una sintomática
virulencia en el tema del narcotráfico que no solamente se refleja en el
incremento de las cifras macabras sino, en estos momentos políticos difíciles,
en una sensación creciente de que los grupos en pugna (tanto los atrincherados
en la institucionalidad como los expresamente considerados criminales) han
entrado en una fase de desesperación activa frente a la cual no hay opción de
control o combate eficaces.
La percepción de desamparo absoluto proviene del número
de muertos y de la dispersión geográfica de los hechos de sangre, pero también
o, tal vez, sobre todo, de la conciencia de que se ha entrado en una fase en la
que las voces y los mandos tradicionales entran en pugna y establecen dichos y
contradichos en condiciones nunca antes vistas. Marinos y agentes
estadunidenses contra federales sin que el siempre protagónico Genaro García
Luna atine a dar cara de manera pública, como si por primera vez en su largo
reinado de fuego estuviese frente a adversarios de mayor poder o como si
estuviesen en curso los ajustes de cuentas correspondientes al término del
calderonismo y el inicio de nueva administración gerencial del gran negocio de
cada sexenio.
Pero también hay órdenes y contraórdenes (un desorden,
según el conocido silogismo militar), versiones y desmentidos, asomos y recular
en sucesos como los de Liévanos, en el emblemático estado de México o en
Jalisco. En el primer caso hubo suficientes versiones, recogidas en portales
informativos de Internet, respecto a un presunto enfrentamiento entre bandos
contrarios de narcotraficantes, con un saldo de cuando menos 30 muertos. Mas no
quedaron cuerpos para comprobar la historia de un enfrentamiento del que se
mencionaron en detalle tanto las poblaciones involucradas como el largo tiempo
de los tiroteos.
No es la primera vez que se habla de que los miembros de
los cártelesconfrontados recogen a sus caídos. También se habla de que las
propias fuerzas federales exterminadoras recogen con ayuda mecánica los restos
mortales para borrar evidencias de masacres con tufo a limpieza social. El
peñanietista secretario de Seguridad Pública del estado de México negó
enfáticamente cualquier posibilidad de que se hubieran producido los hechos
señalados en las redes sociales. Ayer, sin embargo, el gobernador Eruviel Ávila
reconoció que hubo disparos en la zona de Luvianos, pero sin mayores
consecuencias.
En Jalisco también hay misterios por resolver. Así como
en mayo de 2010 se habló de que la Marina había apresado al jefe de la plaza occidental,
Ignacio Coronel (incluso el entonces secretario general de gobierno de la
entidad habló del asunto, con el secuestro de Diego Fernández de Cevallos como
turbio telón de fondo), ahora el mismo cuerpo acuático de aplicada actuación
terrestre ha generado gran ruido al detener a algunos integrantes del cártel
Nueva Generación, de Jalisco, entre la extendida versión, dada a conocer
el mismo día de los hechos en diversos medios electrónicos, de que entre ellos
iría el máximo jefe, Nemesio Oseguera, apodado El Mencho.
Un golpe de tal magnitud volvería explicables las decenas
de narcoboloqueos que se produjeron en la zona metropolitana de
Guadalajara y en otros municipios de la entidad el sábado pasado. Pero ahora se
ha hecho saber que no fue detenido el gran gerente regional, asociado al cártel de
Sinaloa, como en su momento el mencionado Coronel, quien dos meses después de
las versiones de su aprehensión fue acribillado en su residencia tapatía.
Incluso en el delicado caso de los marinos y los
estadunidenses atacados por policías federales están presentes esos signos de
reacomodos y rediseños a toda velocidad, como si un negocio en proceso de
transición gerencial estuviese siendo desprovisto de evidencias inculpadoras o
causas de imputaciones posteriores, o como si las fuerzas controladoras de un
pasado que ya va de salida se resistieran a dejar el manejo de la redituable
firma a los que creen llegado el momento también mafioso de ir tomando el timón
de la nave tan cargada.
Familiares de policías federales habían retrasado en
Cuernavaca, mediante obstrucción intencional, que luego retiraron, por
instrucción de sus abogados, el traslado de estos agentes a la ciudad de
México, invocando a Genaro García Luna para que les ayude y criticando
abiertamente, a gritos y con pancartas, la intervención de los enviados
estadunidenses a los que esos familiares acusan de tomar decisiones
correspondientes a los mexicanos y de presionar para que se castigue a los
subordinados del mencionado secretario federal de seguridad pública quienes,
según la versión oficial, atacaron con armas de fuego la blindada camioneta
diplomática en la que viajaban dos capacitadores gringos y un capitán
de la Marina, con un auto compacto de custodia del que nada se ha sabido hasta
ahora.
Luvianos, Jalisco y Tres Marías dejan testimonio de
pugnas y realineamientos en las cúpulas del poder público, con un saldo notable
en cuanto a número de muertos pero también en cuanto a desasosiego social y
percepción de ingobernabilidad extrema, más que en otros momentos del de por sí
tétrico sexenio. Mientras tanto, Felipe Calderón comparece ante el público de
radio y televisión con una voz suave, casi dulce, la de un hombre
contenidamente contento por haber cumplido con éxito su misión, para informar
de los grandes logros de su sexto y último año de gobierno, enfatizando la
valía que se atribuye en cuanto tuvo disposición para enfrentar el reto del
narcotráfico.
Astillas
Chulada de negocio el de los partidos familiares: el
Panal de la Elbeja Reina designa al nieto de ésta como vicecoordinador de la
bancada en San Lázaro a la que también ha llegado Fernando Bribiesca, hijo de
Martita Sahagún, a quien no le interesa hablar sobre las acusaciones de alta
corrupción fomentada durante el foxismo. Por su parte, el Partido Verde ha
designado coordinador de sus senadores al impresentable Jorge Emilio González,
antes llamado el Niño Verde… ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio
Astillero
No hay comentarios.:
Publicar un comentario