jueves, julio 26, 2012

Ricardo Monreal Avila: Antidoping electoral

Antidoping electoral
Ricardo Monreal Avila

La política y el deporte tienen muchas similitudes. Por eso, ahora que están por iniciar las Olimpiadas 2012 en Londres, es importante recordar una de las prácticas más comunes y sancionadas en estas justas deportivas: el dopaje o doping.
“La Agencia Mundial Antidopaje define el dopaje o doping como la violación de cualquiera de estas reglas:
1.- La presencia de una sustancia prohibida, sus metabolitos o marcadores, en el cuerpo de un atleta.
2.- El uso, o intento de uso, de una sustancia o método prohibidos.
3.- Rehusarse a suministrar una muestra, no hacerlo sin causa justificada, o evadir de cualquier modo la recolección de muestras.
4.- No estar disponible para las pruebas fuera de competición, no presentar los papeles debidos, o no indicar dónde se encuentra en todo momento (en tres ocasiones a lo largo de 18 meses).
5.- Hacer trampa, o intentar hacer trampa de cualquier forma durante los controles.
6.- La posesión de sustancias prohibidas o de métodos prohibidos.
7.- La compraventa o intento de compraventa de sustancias prohibidas o de métodos prohibidos.
8.- Administrar o intentar administrar sustancias o métodos prohibidos a un atleta, o ayudar, alentar, asistir, encubrir o entrar en cualquier tipo de complicidad que involucre una violación o intento de violación de una regla antidopaje. 


“No se sabe a ciencia cierta de dónde proviene la palabra doping, unos la asocian a una antigua palabra inglesa “dope”, que era como una pasta o grasa lubricante, aunque hoy el término se usa como genérico de droga” (Enciclopedia Británica).
Participar dopado es el delito más castigado en las justas deportivas. La historia registra una centena de deportistas olímpicos o de alto rendimiento que han sido sancionados ejemplarmente por incrementar de manera fraudulenta su desempeño deportivo y buscar ganar la competencia de manera tramposa y hasta dolosa.
Desde Ben Johnson y Marion Jones, hasta Juana Arrendel y Justin Gatlin, uno a uno estos competidores olímpicos fueron despojados de sus medallas de oro después de haberse comprobado que corrieron dopados para obtener una ventaja ilegal e ilegítima.
Esteroides, estimulantes, analgésicos narcóticos, betabloqueantes, clembuterol y diuréticos son sólo algunas de las sustancias más conocidas que se utilizan en el doping, pero “el Comité Olímpico Internacional ha confeccionado una lista de unas cien drogas prohibidas. El problema es que, tan pronto como se prohíbe una de ellas o se desarrollan métodos para detectar su presencia, equipos enteros de médicos y químicos comienzan a trabajar para producir otras. No obstante, todavía existen otros recursos mediante los que los deportistas tratan de mejorar su rendimiento de manera fraudulenta. A fin de aumentar su flotabilidad, algunos nadadores se han hecho llenar los intestinos de gas helio.
“Muchos deportistas han admitido haber recibido transfusiones de sangre para mejorar su rendimiento. Según algunos, la transfusión de sus propios glóbulos rojos mejora el aporte de oxígeno a todas las partes del cuerpo, incluidos los músculos. La prensa ha revelado recientemente que algunas atletas han utilizado el embarazo como una forma de dopaje. Las embarazadas experimentan un aumento de volumen sanguíneo, lo cual, a su vez, incrementa el aporte de oxígeno a los músculos. Algunas atletas, en especial las que participan en deportes que requieren una gran fuerza física, se han aprovechado de las etapas iniciales del embarazo para mejorar su rendimiento, y, después de la competición, han abortado.
“En culturismo de alta competición suele ser habitual el dopaje prohormonal. Sus variados efectos secundarios, pueden abarcar cambios fisiológicos, psicológicos y físicos considerables” (Wikipedia).
Hasta ahora, la droga o sustancia prohibida más utilizada en política para ganar de manera fraudulenta una competencia ha sido el dinero. Por ello, en todas partes, se le pone la lupa a los gastos y al origen de los recursos de una campaña electoral. El dinero es el esteroide más utilizado para incrementar la masa muscular, la fuerza y el “carisma” de un político en una justa electoral.
El Estado de México es una de las entidades en que históricamente se registra un mayor número de impugnaciones por rebase de topes de campaña, es decir, de dopaje por dinero, en elecciones locales y federales. Es tan recurrente el fenómeno que, de hecho, la legislación electoral local es de las pocas que contemplan esta infracción como causal de nulidad de la elección. Pero también, es de las más laxas en la aplicación de este criterio. Por ejemplo, en la elección de gobernador del año pasado, después de comprobar que el candidato del PRI gastó más del doble del dinero permitido, lo único que se obtuvo fue una multa por 26 mil 900 pesos, por una infracción menor y distinta: “acto anticipado de campaña”.
El sello de las distintas campañas que ha realizado el candidato Peña Nieto (diputado local, gobernador y presidente), ha sido el dinero a manos llenas, sin límite alguno. Sin duda posee otros atributos políticos personales de manera natural, pero la marca que más sobresale es el de la numismática electoral. Con oro ha ganado sus medallas de oro, siguiendo tal vez aquel consejo del profesor Carlos Hank, fundador del Grupo Atlacomulco: “en política, lo que se compra con dinero es barato”.
Si se aplicara un antidoping electoral con estándares olímpicos a la campaña presidencial del PRI, por cualquiera de las vías que se utilizan actualmente (sangre, orina, saliva, sudor y hasta lágrimas), el resultado daría positivo a una intensa y densa combinación de níquel, cobre, plata y, por supuesto, Monex.
La consecuencia de este dopaje o fraude tendría que ser también olímpica: la anulación de la competencia y el retiro de la medalla de oro. Así actuaban los dioses griegos del Olimpo. Así lo hacen desde hace décadas los jueces de las Olimpiadas y así podrán actuar los jueces justos en Londres y en México.
En su defensa, el corredor impugnado acusa del mismo delito (dopaje por dinero) a los competidores restantes. Con ello, busca salvarse. Sin embargo, su señalamiento apuntala aún más la necesidad de reponer la elección: si todos la ensuciaron, que todos la paguen y la limpien.
Hasta ahora las anulaciones por dopaje no han afectado en lo absoluto a las Olimpiadas. Al contrario, fortalecen su credibilidad y legitimidad. Tal vez es lo que necesita la novel democracia electoral mexicana: una sanción ejemplar para eliminar de una vez por todas esa sustancia tóxica recurrente que es el dinero ilegal e ilegítimo en las campañas políticas.

ricardo_monreal_avila@yahoo.com.mx
Twitter: @ricardomonreala

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