jueves, abril 01, 2010

JAIME ORNELAS DELGADO : Calderón, el Estado fallido y su gobierno ilegítimo

TENDAJÓN MIXTO
Calderón, el Estado fallido y su gobierno ilegítimo

JAIME ORNELAS DELGADO
Al inaugurar un hotel en la Riviera Maya, el presidente Felipe Calderón Hinojosa intentó refutar a quienes consideran al mexicano como un Estado fallido y aseguró que México ha demostrado que es capaz de enfrentar varias crisis de manera simultánea. Tal vez México sí, pero no su gobierno, y para muestra bastan algunos botones.


Al clausurar el 24 Encuentro Nacional de Vivienda, el señor Calderón evaluó –tal vez sin quererlo– lo que podemos considerar el resultado de su estrategia de guerra contra la delincuencia organizada emprendida apenas unas semanas después de iniciado su ilegítimo gobierno (que seguirá siendo ilegítimo a pesar de las alianzas que ahora hagan los “Chuchos” del PRD con el PAN): “Los criminales –señaló Calderón– son una ‘bola de maleantes’ y una ridícula minoría montada en el miedo, la corrupción y la cobardía de muchos y que se asumen como dueños de la plaza (porque) se les abrió la puerta y ya están hasta la cocina”. Más aun, sostuvo Calderón que se sienten como una autoridad distinta, porque cobran impuestos, ponen leyes y cuentan con una fuerza pública, “que son, por cierto, las definiciones del Estado”. Señor Calderón, si esto no es un Estado fallido usted es un astronauta que describió a la perfección lo que es un Estado que fracasa en su elemental propósito de asegurar la gobernabilidad del país.

Pero si el gobierno es incapaz de acabar con la violencia, el señor Felipe Calderón se especializa en ofrecer disculpas después de los yerros de su gobierno, como en el caso de los dos estudiantes de posgrado del Tecnológico de Monterrey asesinados aún no se sabe por quién y calumniados por diversos funcionarios. En su caso, las autoridades difundieron que los jóvenes estudiantes no eran tales sino sicarios al servicio del narco. El gobernador de Nuevo León manifestó que la información que él difundió se la dio la Procuraduría General de Justicia de la República; por su parte, el procurador de Nuevo León señaló que fue el Ejército quien ofreció esos datos, cosa que la Sedena negó de inmediato. En fin, nuevamente otras víctimas de esta guerra sin perspectiva y calumniados.

Eso sí, cuatro días después de la muerte de los jóvenes, Calderón envió a los deudos de ambos una carta de pésame donde se dice “indignado” por la tragedia producto de un enfrentamiento entre fuerzas del orden y miembros del crimen organizado. Sólo disculpas...

Pero el Estado fallido no sólo lo es por la ingobernabilidad, sino también por su incompetencia para afrontar los problemas sociales. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en México cerca de 23 millones de personas experimentaron “inseguridad alimentaria severa y moderada” y 25.8 millones, “inseguridad alimentaria leve”. De ese universo total de pobres, 11.2 millones no pudieron ni siquiera adquirir la canasta de alimentos (de 864 pesos mensuales) con la que el Coneval traza la línea de pobreza extrema. Esta situación, habla de un Estado fallido cuyo gobierno no ha podido ofrecer a los habitantes del país un mínimo de bienestar y sí, en cambio, ha sido incapaz de impedir la generalización de la pobreza.

Frente a esa realidad, que en otras partes obligaría a cambiar la estrategia para enfrentar las causas de la pobreza y no sólo sus síntomas, el gobierno se muestra inflexible y dogmático. Por ejemplo, el titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Heriberto Félix Guerra, aseguró que “el Coneval ha informado que los índices empiezan a descender.” Esta actitud mentirosa y complaciente, impide la autocrítica y justifica la permanencia de una estrategia fallida y muestra también las debilidades del gobierno como es el de Felipe Calderón que a su ilegitimidad agrega su incompetencia y lleva al Estado a una grave situación de inmovilidad.

Aquelarre

La semana pasada se reunieron los gabinetes de seguridad de México y Estados Unidos sin que hubiera resultados visibles que permitieran entrever alguna solución a la cada vez más grave crisis de seguridad en México, ocasionada por la imprudente guerra calderonista (financiada por el gobierno de Estados Unidos), que tuvo tintes demagógicos y que hoy se ha visto sólo se improvisó “pensando” que únicamente con el enfrentamiento militar se vencería a los carteles de la droga.

Según la canciller mexicana, Patricia Espinosa, la reunión giró alrededor de la Iniciativa Mérida que ya no se reducirá, como fue planteada inicialmente, al financiamiento encaminado a fortalecer la capacidad de fuego de la fuerza pública, sino que se extenderá a temas relacionados con el “desarrollo económico y social” como la educación y la salud, así como a “desarticular las organizaciones delictivas en ambos países, el desarrollo de una frontera segura y la adopción de medidas de apoyo mutuo para fortalecer a las instituciones de seguridad” de ambos países.

Por su parte, la señora Clinton reconoció lo evidente: la responsabilidad de su gobierno “al no poder detener (sic) el contrabando de armas y por el elevado consumo de drogas que alienta su producción y tráfico”. Como se ve, nada nuevo. Sólo buenas intenciones y propósitos que no se dice como se cumplirán, ni el compromiso explicito de no violar la soberanía nacional, que ya sólo preocupa a unos cuantos.

Finalmente, se acordó un “plan piloto” para Ciudad Juárez, sustentado “en mejorar la capacidad de respuesta de las fuerzas de seguridad”, es decir, la misma criticada estrategia basada en soluciones que no lo son. Sin embargo, por los pírricos resultados visibles de la reunión y dada la práctica común de los acuerdos secretos, es de sospechar que haya habido algo más que no se informó a la opinión pública.

Paraíso fiscal

A mediados de marzo, el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) descubrió que en 2007 la Secretaría de Hacienda autorizó la condonación del pago de contribuciones federales por cerca de 74 mil millones de pesos a distintas personas físicas y morales. Pero eso no es nada frente al hecho de que, la semana pasada, el auditor superior de la Federación, Juan Manuel Portal Martínez, revelara que en 2008 de los 463 mil 890 millones de pesos en créditos fiscales otorgados por la Secretaría de Hacienda, esta dependencia sólo recuperó 8 mil 944 millones, es decir, 1.9 por ciento del total, lo que significó una perdida de 454 mil 946 millones de pesos. Por supuesto, las autoridades guardaron como un tesoro el informe sobre quiénes son los beneficiarios de los créditos fiscales y de la devolución de impuestos.

Con este paraíso fiscal y los bajísimos salarios que pagan, cómo no van a obtener tan grandes ganancias las empresas en México.

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