martes, abril 27, 2010

Carlos Presuel Salazar : Quiénes son los delincuentes de cuello blanco

Quiénes son los delincuentes de cuello blanco

Qué es el lavado de dinero
Por Carlos Presuel Salazar

¿Qué quiere decir lavado? El verbo lavar indica: “limpiar, asear, eliminar impurezas”. En este caso, en concordancia con la palabra, se utiliza el vocablo, para referirse a las actividades desplegadas por las personas, tanto físicas como morales que dentro de un ambiente lícito, a diferencia de sus “socios capitalistas”, hacen el trabajo de limpieza dentro de otra esfera, la de los negocios. Siendo el narcotráfico lo que detonó la necesidad de lavar las cada vez más grandes cantidades de dinero que ingresan a las arcas de los cárteles, se lava con el fin de darle a las utilidades obtenidas ilícitamente, la aparente licitud que permita integrarlas al sistema financiero mexicano.

Las actividades delictivas en todas sus formas, generan enormes sumas de dinero para las organizaciones dedicadas a ellas. Hablar acerca de esto, nos remite a aquellas historias “gangsteriles”, en las que los hechos sangrientos y la violencia eran la constante en una frenética lucha por alcanzar la cima, a la que sólo lograban ascender los más diestros y crueles en el oficio.
Pero, ¿qué sucede en la actualidad? ¿Acaso el paso del tiempo, más los avances logrados en los campos tecnológico y educativo, nos proveyeron de los elementos necesarios para dejar tales sucesos como meras prácticas ancestrales o hechos históricos destinados al olvido? La respuesta es no; muy a nuestro pesar, la tecnología aunada a la instrucción académica son, en el presente, las herramientas que han permitido crecer, fortalecerse, operar y extender sus dominios a los delincuentes modernos, quienes muestran una desmedida ambición y un irrefrenable afán expansionista.
En los años 60’s, se vaticinó que para el año 2020, habrían de multiplicarse los grupos delictivos, por causa del fraccionamiento de los ya existentes. Ese crecimiento será terriblemente violento, porque los nuevos disputarán los territorios y la supremacía con base a su poder en armas y equipo. En el curso del año 2010, a la mitad de la fecha pronosticada, vivimos ya los efectos de una encarnizada lucha por tener el control absoluto de las diversas plazas.
Hoy se cuentan siete cárteles en México, y se comenta que el grupo de los “Zetas” buscará independizarse, perfilando el uso de los “Mara Salvatruchas” como sus sicarios, con las consecuencias que esto implica.
Se generaliza al aludir a clases de delitos, debido a que en el presente, los cárteles han diversificado su accionar, cuando en el pasado, el narcotráfico era la actividad preponderante.
Hoy, lo mismo venden estupefacientes, que secuestran y liberan a los cautivos a cambio de cuantiosos rescates o los asesinan para obtener los órganos; en algunos casos por ambos objetivos; es decir, cobran los rescates y asesinan a las víctimas para multiplicar las utilidades. A la trata de personas y la prostitución infantil, se suman los asesinatos por encargo, la venta de mercancía pirata y la venta de “protección obligada”; hechos que conjuntamente integran una cadena de ilícitos interminable, cubierta por el velo de la impunidad, en la que también se eslabona el enorme sufrimiento de aquellos que han padecido directa o indirectamente el ataque de estos delincuentes.
Conocido lo anterior, ¿por qué nadie acaba con este flagelo? La respuesta es que estos grupos están amparados por personajes de la política o la vida empresarial de nuestro país. Los políticos, entre los que se mencionan figuras con realce y brillante trayectoria, les otorgan protección a cambio de generosas retribuciones o apoyos. Los empresarios, por su parte, establecen nuevas empresas o corrompen las ya existentes, para recibir grandes cantidades de dinero, como supuestas aportaciones o inversiones; empero, la realidad, es que lo captan para “lavarlo”. Fenómeno que permite la generación de capitales y la transformación de los mismos.
Los registros del Banco Mundial informan que se detectaron vía electrónica 500,000 millones de dólares, sin contar los miles de millones indetectables transferidos por otros medios. Es sabido que de esos 500,000 mdd, en los Estados Unidos se lavó entre el 60 y 65 por ciento, mientras que México se encargó de “blanquear” aproximadamente un 28 por ciento.
Queda claro que los lavadores, también nombrados: “delincuentes de cuello blanco”, tienen amplio conocimiento de los sistemas legales y financieros, lo que les permite operar bajo el amparo de las leyes; de ahí que los informes digan que de cada cien empresas, una lava y se mantiene dentro del más perfecto orden fiscal, orden tan perfecto que no es sino el más perfecto disfraz.
Las fortalezas de los cárteles no sólo radican en los elementos antes mencionados, a éstos hay que adicionar la avanzada tecnología con que cuentan, trátese de armamento o de sistemas para crear la inteligencia o protección, que asegura su permanencia en un primer plano.
Se ha dicho que para neutralizar un veneno debe utilizarse un contraveneno, o sea, un antídoto, esto aplica en materia económica, si a partir de la premisa de que el motivo que mueve a delinquir es la obtención de dinero “fácil” no rastreable, el lavado de dinero es a todas luces evasión fiscal.
Luego entonces, tomando como plataforma de despegue esa realidad, el SAT debiera lanzar una agresiva campaña de fiscalización de las empresas, por ejemplo: todas las que de cinco años a la fecha alcanzaron un desarrollo nunca antes visto; simultáneamente, capacitar a su personal en un amplio y profundo conjunto de normas: Leyes bancarias, aduaneras, fiscales, penales, bursátiles, que le permita conocer quiénes son los sujetos obligados, cuál es su giro, su campo de acción; aprender cómo taparles las salidas y al mismo tiempo cerrar más el cerco en torno a ellos, creando inteligencia financiera efectiva y veraz y, puesto que el lavado de dinero es una práctica internacional; incluir en la instrucción, todos los tratados en la materia.
La estrategia bien planeada, bien pensada y bien impartida en el SAT, acompañada de los correspondientes accesorios: pecuniarios, técnicos y tecnológicos; seguramente redundaría en el nacimiento de una generación de funcionarios dotados con una amplia visión económico-financiera, dispuestos a servir a su país en aras de salvaguardar a toda costa el interés del fisco, con auténtica vocación de servicio y honradez a toda prueba.
Con todo lo anterior analizado, usted lector, ¿cree que los políticos que abusan de la propaganda política a través de espectaculares y pendones en los postes de las calles de nuestro Quintana Roo, estarían ocupados en el tema de lavado de dinero?, eso estimado ciudadano es el que valora y decide su opinión.

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