miércoles, abril 14, 2010

Virginia González Melgarejo : La impunidad del Ejército

La impunidad del Ejército
Virginia González Melgarejo



El Ejército Mexicano, en las últimas semanas se ha visto envuelto en penosos acontecimientos en los que las víctimas han sido civiles. No es la primera vez que esto sucede, las quejas de violaciones a los derechos humanos cometidas por militares han ido en aumento desde que se decidió, en una clara violación a lo establecido en la Constitución, que el Ejército realizara labores que por ley le corresponde a la policía. Organismos internacionales, como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, en sus recientes informes lo denuncian puntualmente. En México, ombudsman, Raúl Plasencia, reportó que en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, las denuncias por abusos del Ejército han aumentado 500 por ciento en los dos últimos años.


La forma en como fueron muertos los menores, Martín de nueve años y Bryan de cinco años, el pasado 3 de abril en Tamaulipas, pone de manifiesto la falta de oficio y la brutalidad de el Ejército en el trato con civiles, esos niños fueron baleados por soldados, no fue en un fuego cruzado como lo han hecho creer, simplemente a los militares les parecieron sospechosos y atacaron; igual lo hicieron en el caso de los estudiantes del Tecnológico de Monterrey, en donde aún no se esclarece lo sucedido. Estos hechos se repiten con mayor frecuencia, ya en 2007 en Sinaloa en un retén el Ejército abrió fuego en contra de una familia, matando a cinco personas entre ellas tres menores.

En este contexto, las declaraciones del secretario de la Defensa, Guillermo Galván, de que el Ejército debe permanecer en las calles cinco o 10 años más, resultan alarmantes. Al secretario se le olvida que este sexenio termina afortunadamente en menos de tres años; además, el propio secretario reconoció que las fuerzas castrenses realizan labores que están al margen de la ley, e insistió en la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional en la cual se autorizaría el ingreso de los soldados a los domicilios de particulares cuando “se sospeche” que en ese lugar se podría estar llevando a cabo un delito; o que se les permita interrogar a detenidos, retenerlos hasta por 24 horas antes de presentarlos a la autoridad civil (aunque se les pase la mano como en el caso de el joven detenido en Santa Catarina por personal de la Marina y luego encontrado sin vida en un lote baldío); además de intervenir las comunicaciones y suspender espectáculos si lo creen necesario, entre otras aberraciones. Aquí el Legislativo deberá obrar con mucha responsabilidad respecto de esta iniciativa y, de plano, rechazarla.

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