jueves, abril 22, 2010

Jaime Ornelas Delgado : La izquierda en Puebla tiene candidato

TENDAJÓN MIXTO
La izquierda en Puebla tiene candidato

Jaime Ornelas Delgado


Un grupo de ciudadanos poblanos, que reconocemos a Andrés Manuel López Obrador como presidente legítimo de México, nos reunimos con Armando Etcheverry, candidato del PT al gobierno del estado, para reafirmar nuestra convicción de que nuestra entidad puede ser distinta y mejor, y que es preciso fortalecer la identidad de la izquierda.

Con Armando, coincidimos en la necesidad de construir una nueva sociedad plural, justa, incluyente y equitativa, a partir de radicalizar la democracia para vencer al régimen autoritario de corrupción, impunidad y privilegios imperante en el país y en el estado.



Armando Etcheverry, egresado de la Facultad de Ingeniería de la UAP y defensor intransigente de Pemex como empresa nacional, sabe que la lucha a la que está convocando a los poblanos, se sostiene en la necesidad de cambiar la situación actual de injusticia económica, social, política y laboral que prevalece en el estado y coincidimos en el deseo de construir una sociedad donde nadie tenga que emigrar en busca de empleo y esperanza; anhelamos una entidad sin pobres; una sociedad donde los niños no mueran de enfermedades curables y en la que ningún poblano se encuentre desempleado, padezca hambre o sufra de enfermedades vinculadas a la pobreza y mucho menos que sea víctima de las arbitrariedades del poder. Queremos, sí, un estado distinto al actual porque sabemos que no puede haber tranquilidad social ni progreso ni seguridad, con tanta desigualdad de ingreso, riqueza y bienestar.

La Puebla que anhelamos, reafirmamos, nos exige fortalecer nuestras culturas y nuestros valores comunitarios de solidaridad y ayuda mutua, para vivir en una sociedad donde prevalezca la igualdad, la inclusión y la justicia en un marco que haga de la democracia una forma de vida perfeccionada continuamente con la participación social. Al mismo tiempo, aspiramos a vivir en un estado capaz de ofrecer su apoyo solidario y reconozca a los pueblos indígenas, a las minorías marginadas y a todos aquellos que construyen, como nosotros, un mundo distinto al neoliberal, un mundo donde podamos vivir todos con nuestras diferencias y nuestros sueños. Con estos anhelos, le propusimos al candidato pugnar por lograr la unidad programática de todas las izquierda y convocar a los ciudadanos a luchar para edificar una sociedad basada en una nueva convivencia social donde prevalezca el interés colectivo sobre el individual y haya justicia para darle a cada niño, a cada joven, a cada anciano, a cada mujer y a cada hombre, nuevas, importantes y poderosas razones para vivir, soñar y ser parte de una sociedad incluyente y solidaria.

Coincidimos con el candidato, en que el neoliberalismo ha negado sistemáticamente la condición política de los ciudadanos y ha restringido su participación al acto electoral. La negación política de los individuos o la limitación de sus derechos políticos, circunscribiéndolos al proceso de elegir, es en realidad la negación del pueblo como soberano y del ciudadano como la única fuente legítima del poder. En cambio, para nosotros, la democracia es el ejercicio del poder ciudadano, no sólo en las urnas sino en todas y cada una de las actividades sociales y políticas. Es decir, la democracia la entendemos como una forma de vida y no como un poder restringido al ámbito electoral.

De ahí que reconozcamos el carácter político permanente de la acción ciudadana y reivindiquemos el quehacer político como una actividad que exalta los más altos valores sociales y contribuye a crear un ambiente social donde se respetan las diferencias como signo de madurez política. De la misma manera, el establecimiento de canales institucionales para la intervención popular en el diseño, evaluación y control de las políticas públicas, es parte del ejercicio democrático y un principio de gobernabilidad incuestionable. Por eso nuestra convicción de que sólo participando en la política podremos construir un país y un estado verdaderamente democráticos, donde “el poder del pueblo” sea una realidad y no frase hueca que legitima las decisiones de unos cuantos a favor de otros cuantos.

La discusión con Armando Etcheverry, nos llevó a expresar la convicción de que una sociedad desigual y sin justicia social, es una sociedad sin felicidad, sujeta a tensiones sociales crecientes por la insatisfacción de sus más elementales necesidades. Por eso, reivindicamos el “derecho a la felicidad”, que significa, entre otras cosas, alcanzar y disfrutar de los beneficios del desarrollo sustentable en un régimen de libertades democráticas. Significa, también, acceder a empleos bien remunerados; el derecho a un sistema de jubilación justo y equitativo; constituir y participar libremente en las agrupaciones sociales que represente los genuinos intereses ciudadanos; así como el acceso a la vivienda digna; a la educación universal, gratuita y laica; a un sistema de salud con calidad y gratuito y, en fin, a disfrutar de todos los beneficios de la seguridad social.

Comentamos en esa intensa reunión, muchos otros temas no menos importantes, como el derecho a la información y la defensa y promoción de las culturas populares y autóctonas; el problema de la migración; la reforma del estado para evitar el sometimiento del Legislativo y el Judicial al Poder Ejecutivo, y de éste a los dueños del dinero; la creciente pobreza rural y urbana; la lucha intransigente contra la corrupción y la impunidad; la necesidad de la fiscalización ciudadana y la defensa de los recursos naturales, a los que proclamaos propiedad del pueblo de México, que debe ser su único usufructuario.

En fin, concluimos en que la candidatura de Armando Etcheverry permitirá a la izquierda construir su propia identidad y empezar a trazar el camino por donde habrá de transcurrir la contribución del movimiento social poblano a la lucha histórica del pueblo de México por su emancipación definitiva. Ahora, al acercarnos a las urnas podremos sufragar y expresar nuestra identificación con la izquierda democrática que, sin duda, sabrá cumplir la tarea de cambiar al país.

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