miércoles, octubre 24, 2012

Calderón, el Cristóbal Colón del petróleo : Alvaro Cepeda Neri


Calderón, el Cristóbal Colón del petróleo
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas

Para Felipe García Murillo

En franca huída y no a Texas, porque los estudiantes de su universidad rechazaron su ingreso para impartir clases de exterminio, el señor Calderón no halla cómo armar mitote para hacer como que trabaja y estar presente en sus últimos días como uno de los peores presidentes. Se muestra zalamero con Peña y “dispuesto” a entregar el poder para supuestamente mantener la estabilidad política, pero ya lo comprometió a mantener a los militares en las calles, le avienta cáscaras de plátano para que caiga delante de los trabajadores y le mina el camino hacia las cúpulas sindicales, permitiendo una acelerada alza de precios que se inició por la falta de huevos (en el doble sentido de la expresión).
Provocador, deja una violencia sangrienta como la de Victoriano Huerta; el borrachín que traicionó a Madero y ordenó matarlo tras el Golpe de Estado que implantó. Calderón traicionó a su partido y su militarismo tiene a la Nación sometida al golpismo de su guerra fallida. No pudo darle al pueblo ni pan, ni PAN ni circo y deja al país en el empobrecimiento masivo, el desempleo de 14 millones apretujándose en el comercio informal, más de 4 millones despedidos, 7 millones de jóvenes rechazados de escuelas de educación superior y sin oportunidad laboral. Y 50 millones en la miseria alimentaria y víctimas de enfermedades.
Pero sigue siendo el “Cristóbal Colón” del petróleo, del que más del 50 por ciento de su explotación y comercialización está en manos privadas, y Peña entregará el resto. Anuncia “descubrimientos” a ojo de mal cubero. Dice que “hay probables y posibles” yacimientos que ya eran conocidos, verbigracia: el Golfo de México, y donde los estadounidenses lo extraen con la tecnología del “popote”, pisoteando la soberanía mexicana y la propiedad ajena. Suelta rumores de Pemex como novedades. Y desatina sobre miles de millones de barriles, aventurando cifras como quien avienta confeti. No para. Gesticula con la ceja izquierda alzada y voz agresiva para anunciar que la violencia militar-policiaca-marina va a seguir hasta el último minuto de su pésima administración para responder a la violencia de los delincuentes, aunque las víctimas sean mexicanos hartos de ese Colón del petróleo.
“Descubridor” de hallazgos sin fundamento o evidenciados de antemano (como el mago que saca conejos del sombrero de doble fondo), no quiere irse sin hacer ruido. Es un chivo en cristalería: brinca, corre y da de topes. En seis años nada hizo, fiel a la divisa de que el mercado todo lo hace (“dejad hacer, dejad pasar”, dijeron los fisiócratas que inauguraron el capitalismo salvaje), y a punto de poner pies en polvorosa, escandaliza a diestra y siniestra. Los yacimientos petroleros que “descubrió” son cortinas de humo, porque dilapidó los ingresos petroleros enriqueciendo a su equipo con sueldos y prestaciones. Los calderonistas del primer círculo salen ricos. Muchos, millonarios… y todos le hicieron su guardadito, incluyendo empresarios y banqueros beneficiados. Cristóbal Colón creyó haber descubierto las Indias. Calderón delira “descubriendo” yacimientos de petróleo.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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