miércoles, octubre 24, 2012

A pesar de todo…: María Teresa Jardí


A pesar de todo…
María Teresa Jardí

Consciente de que a muchos de ustedes quizá les parezca necio lo que voy a decir; necio ante la realidad que por lo que hasta ahora se ha visto se empeña en desmentir; la esperanza es lo último que pierde el ser humano incluso en las situaciones más adversas.
El PAN pudo, debió, tuvo en sus manos hacerlo y tiró a la basura, en seis años, lo ganado a lo largo de sesenta. Con una oferta convertida en mentirosa por las últimas generaciones militantes de ese partido que perdieron la mística y tuvieron una sola apuesta: la de convertirse en ricos a costa de un país que no merece la mafia que se encuentra adueñada del poder.
Pudo el PAN, luego de tantos años de PRI como dictadura de partido, quedarse como oferta por muchos años más con tan sólo no haberse exhibido como tan corruptos sus dos exponentes que configuran los peores desgobiernos fallidos. 
Fox no tenía que hacer nada. El plus con el que llegaba le garantizaba la aceptación de un pueblo deseoso de creer en que es posible transitar a una vida más justa para todos de manera pacífica. Le habría bastado con no poner al país en manos de la mujer que lo eligió para encumbrarse y enriquecerse a base de chanchullos y toda clase de abusos. Para enriquecer a sus hijos hasta lo inaudito, hasta el punto de que uno se declara culpable en un juicio que tiene en Estados Unidos.
A Fox le habría bastado con mantenerse soltero y no convertirse en un ladrón para que su mandato se hubiera visto como menos malo luego del desgobierno de Ernesto Zedillo. No programado para llegar y quien luego de asesinatos brutales cometidos contra priístas por priístas, empezó dando un golpe de Estado a una Corte con prestigio, para crearse un Poder Judicial a modo de la derecha neoliberal que deja salir asesinos, mientras llena la cárcel de personas inocentes que como delito sólo tienen el ser pobres. Zedillo inició queriendo reprimir a los zapatistas. Y aunque haya negociado su perdón, de momento, con los gringos. Por su conocimiento y tolerancia a la masacre de Acteal, Zedillo ya se encuentra ubicado en la historia de la humanidad al lado de Calderón como genocida. Zedillo entró dando al traste con el respiro que de alguna manera en lo económico se iba dando en la época de Carlos Salinas. No del todo y no para todos. Un error priorizar el enriquecimiento del Norte dejando al Sur de lado. Y otro garrafal el no entender que incluso las reformas económicas si no van de la mano de las políticas siempre van a acabar mal del todo. Y con el aparato procurador de justicia del todo también acabó Zedillo en aras de vengarse del antecesor que le hacía sombra y al que quería achacar de manera solitaria sus errores económicos, cuando de lo único que podía presumir ese impresentable era de que era economista.
Estoy convencida de que si Peña Nieto diera signos de poder con el paquete obtenido como regalo de las mafias que desgobiernan al país, que no por el voto no comprado de la mayoría ciudadana, el pueblo se lo reconocería.
Si Peña en un acto de inteligencia elemental, tampoco es que el pueblo pretenda mucho más, empezara por nombrar un gabinete impecable, compuesto por seres inteligentes, plural por la inclusión mayoritaria de universitarios sin ligas partidistas, enviando el mensaje de que el cambio es posible, desligándose de la Gordillo de manera rauda, encarcelándola si pudiera, dejando a los maestros decidir lo que les convenga en términos de sus intereses personales y gremiales y ocupándose de la Educación, dando marcha atrás al atraso con el que en un pueblo de analfabetas se nos ha convertido. Con lo lógico. Con lo que los pueblos saben que es lo correcto con esa sabiduría que es inherente a los pueblos aunque sean monolingües, aunque no hayan sido alfabetizados ni en su propia lengua materna que es la que nos da la identidad que propicia el orgullo de pertenencia. Y si al lado de eso se apostara a la prevención y a la salud, de la misma manera que se nos ha convertido en un pueblo enfermo y si además se lograra bajar la violencia a base de la apuesta al control de daños y de impulsar unos cuantos castigos implacables para unos cuantos personeros gubernamentales del crimen organizado. Peña se podría convertir en un gobernante, impuesto de mala manera, pero reconocido por su sensibilidad y la inteligencia para rodearse de los mejores, dando el salto que el país demanda de manera urgente antes de que la confrontación se convierta en regla.

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